El vicepresidente primero y ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, no comparte la opinión de Jesús Eguiguren. Preguntado sobre la cuestión en una entrevista televisiva, contestó que «hay quien piensa, y es legítimo, que si Batasuna entra en las instituciones eso hará más irreversible este alto el fuego de ETA». «Pero yo no creo que ésa sea la vía», sentenció.

Rubalcaba sostiene que Batasuna está haciendo «esfuerzos por distanciarse de ETA», pero matiza que «aún tiene que mejorar». En ese sentido, le pidió a la formación ilegalizada «el esfuerzo máximo» de romper con ETA o convencerla para que lo deje porque, de lo contrario, advirtió de que no estará en las instituciones.

Volviendo al estilo de la víspera de hacerse él mismo las preguntas, explicó que la situación de la izquierda abertzale «es como quien tiene que atravesar un río, tiene que llegar a la orilla y la orilla no se va a mover, tiene que pasar el río entero. ¿Está usted remando? Sí. ¿Rema a suficiente velocidad? No. ¿Está usted lejos? Todavía está lejos».

En cuanto al comunicado, repitió que se siente «más tranquilo» y que «es mejor que si no lo hubiera hecho», pero apostilló que eso no quiere decir que el alto el fuego decretado anteayer «sea el fin de ETA». «¿Estamos más cerca del fin? Sí, pero falta mucho», dijo.

Rubalcaba reconoció que «el pueblo vasco tiene un problema aunque ese problema lo sufrimos todos, pero el origen es ahí y la resolución final será allí, hay que explicarle que sabemos dónde vamos y que la firmeza y la unidad es la que nos va a llevar al final».

Rechazó que tanto Batasuna como ETA se arroguen la representación del pueblo vasco y, paradójicamente, Rubalcaba les exigió a la vez que cedan la palabra al pueblo vasco y dejen de «condicionarle».

Asimismo, el vicepresidente, aunque cerró la puerta a un nuevo proceso de diálogo con la organización armada, reivindicó que las negociaciones llevadas a cabo por los distintos gobiernos «no fueron inútiles» ya que, a su juicio, pese a que se vieron frustradas «ha habido un fortalecimiento del Estado y un debilitamiento de la banda. Al final, visto en perspectiva, la que perdió fue ETA».

Finalmente, Rubalcaba aseguró que todo esto se produce porque ETA está muy débil: «Que nadie se lleve a engaño; si ETA tuviese la potencia de fuego que tenía a principios de los años 80, esto no habría pasado. Pueden matar, pero su debilidad es enorme. Tardará en llegar porque 50 años matando no se cierran en una tarde, pero estamos viendo el principio del fin».