El Vaticano trató de limar ayer sus diferencias con Egipto al expresar que comparte la preocupación del Gobierno egipcio de «evitar la escalada de enfrentamientos y tensiones por motivos religiosos» tras el atentado contra cristianos coptos de la pasada Nochevieja en Alejandría.

El «ministro de Exteriores» vaticano, el arzobispo Dominique Mamberti, se lo transmitió así a la embajadora de Egipto, Lamia Aly Hamada Mekhemar. El encuentro se produjo después de que El Cairo llamara a consultas a su embajadora a raíz de unas declaraciones del papa Benedicto XVI sobre el atentado, que el país árabe considera una injerencia en sus asuntos internos.

La tensión se elevó ayer en Egipto tras la muerte de un copto de 71 años por disparos de un policía en un tren parado en la estación de esta Samalut, unos 250 kilómetros al sur de El Cairo. El policía, que según las autoridades egipcias fue detenido en su domicilio tras haber huido del tren, hirió además a otras cinco personas.

Posteriormente, manifestantes cristianos se enfrentaron a efectivos policiales frente al hospital donde están ingresados los cinco heridos en el ataque.