Victoria Mendoza Psicoterapeuta
Actuemos con responsabilidad
Si aún deseamos insistir en que no hay nada nuevo y dejamos pasar este momento, sólo nos queda ser honestos y sabernos responsables de que no actuamos de forma inteligenteEsperábamos el comunicado de ETA con esperanza, a la vez que muchos nos temíamos la reacción y la respuesta tan poco madura e inteligente de políticos que insisten en sus declaraciones en decir que no hay nada nuevo, y parece poco responsable el hecho de que no se quiera ver ni admitir que se están dando los pasos necesarios para este cambio definitivo de panorama político.
Al no poder explicar y debatir esto desde una perspectiva más intelectual, voy a compensar esta carencia intelectual en comentar algo que en mi trabajo diario he podido presenciar de forma muy cercana. He tenido en consulta a familias y personas afectadas de forma muy directa por este conflicto, he podido escuchar versiones y argumentos de las diferentes partes y he podido trabajar con todo el respeto profesional que se requiere en estos casos, con el dolor de todas las partes y, sobre todo, he podido ver a unos y otros hablar de su dolor y admitir el dolor de la otra parte. Se han podido encontrar dos madres que han sufrido pérdidas por diferentes motivos, dos madres que lloran a sus hijos, han podido percibir que el dolor y el sufrimiento de una y de otra es el mismo, por más que unos crean que esto no es así.
Están madres han podido avanzar a su propio dolor y han entendido al menos que en lugar de seguir profundizando las heridas, hay que sanarlas. En lugar de seguir hundidas en un sufrimiento hay que sanarlo y evitar nuevos dolores y esta parte tan humana y emocional es algo que deben considerar los políticos, las víctimas del terrorismo y todos los demás afectados por este conflicto.
Es decisión de cada persona si quiere seguir toda la vida enfadada, resentida, dolida o vengándose de lo que le pasado, así como también uno es responsable de decidir si quiere avanzar más allá de su dolor y, precisamente por tener esa experiencia, decidir que ya no se quiere vivir lo mismo ni que nadie de su entorno vuelva a pasar por lo mismo.
Lo veo en mi persona, puedo vivir resentida toda mi vida por que me torturaron, porque han torturado a mis hermanos, por que han violado a mi hermana, porque han hecho sufrir a mis padres, o bien decidir trabajar todo ese dolor y luchar de por vida por erradicar la tortura. No se trata de vengarme de mis torturadores, sino de procurar que no exista la tortura; no se trata de seguir vengándose sostenidos por un dolor crónico, sino de avanzar y procurar que entre todos consigamos un mundo más justo y, sobre todo, con menos conflictos y sufrimientos.
Por lo tanto, podemos seguir insistiendo en que no hay nada nuevo y dejar pasar esta oportunidad o podemos atrevernos a ver más allá de nuestro propio dolor y facilitar el camino para que todos podamos vernos libres de nuevos conflictos. Si aún deseamos insistir en que no hay nada nuevo y dejamos pasar este momento, sólo nos queda ser honestos y sabernos responsables de que no actuamos de forma inteligente y, por lo tanto, podemos sentirnos responsables de que esto se estanque o retroceda, o tenga o no tenga un buen final.