Los bajos fondos de Melbourne y uno de sus peligrosos clanes delictivos
«Animal Kingdom»
El cine australiano triunfa en Sundance de la mano del joven debutante David Michôd, que se ha abierto paso internacionalmente con una crónica negra y familiar de la delincuencia en la ciudad de Melbourne. Retrata, a la manera de Corman o Aldrich, a un violento clan regido por una matriarca de armas tomar. Pero lo hace con una estética de la violencia, mediante la cual la descripción de la actividad criminal cobra una belleza brutal que no deja indiferente.
M.I. | DONOSTIA
La crítica internacional se ha rendido ante la fuerza descriptiva del debutante David Michôd, cuya ópera prima «Animal Kingdom» ha sido saludada como un «Malas calles» australiano. Se le ve, por lo tanto, como al nuevo Scorsese de las Antípodas. Alguien capaz de exhibir por el mundo un tipo de delincuencia local, tal como antes otros han hecho con las mafias italianas, las irlandesas, las afroamericanas o las procedentes de Centroamérica. El joven cineasta afirma que no se ha sacado ese caldo de cultivo delictivo de la nada, y que Melbourne cuenta con una tradición propia de literatura negra, por lo que ha buscado inspiración en las novelas de su paisano Tom Noble, en las cuales se retrata el ambiente criminal de la ciudad en los años 80.
«Animal Kingdom» ha llamado también poderosamente la atención porque recupera el modelo de la bandas familiares lideradas por una matriarca, por una mujer capaz de mandar sobre un grupo de hombres aparentemente incontrolables. Y de ahí que se vea en esta película una actualización de clásicos como «Mamá sangrienta», de Roger Corman, o «La banda de los Grissom», de Robert Aldrich. Son títulos que vinculaban el fenómeno gangsteril a la época de la depresión, por cuanto resultan perfectamente reproducibles en tiempos de crisis como los presentes.
La actriz que doblega al reparto masculino de «Animal Kingdom» es Jacki Weaver, que hace una extraordinario trabajo a base de compensar con un fuerte carácter su aspecto físico más bien frágil y menudo. Entre sus hijos, a cada cual más peligroso, destaca por su brutalidad imprevisible el que encarna Ben Mendelsohn. La familia es contemplada por un sobrino huérfano, un menor recién llegado a este nido de serpientes.
Dirección: David Michôd.
Producción: Liz Watts.
Intérpretes: Jacki Weaver, James Frecheville, Guy Pearce, Ben Mendelsohn.
Fotografía: Adam Arkapaw.
Música: Antony Partos.
País: Australia, 2010.
Duración: 112 minutos.
El australiano David Michôd es la gran promesa del cine australiano. Para poder encontrar producción para su atípica ópera prima, rodó un corto previo hace tres años titulado «Crossbow», con el que se dio a conocer internacionalmente. En su país es conocido por sus trabajos como actor y guionista en series televisivas. También ha escrito el guión de la película independiente de Spencer Susser «Hesher», premiada en Sundance y protagonizada por Natalie Portman y Joseph Gordon-Levitt. Su anterior realización ha sido el documental «Solo», sobre el viaje solitario en kayak de Andrew McAuley entre Australia y Nueva Zelanda.
M.I.