«Twelve» Jóvenes ricos y ociosos del Upper East Side
M. INSAUSTI | DONOSTIA
Es lógico que Joel Schumacher haya sentido interés por llevar al cine la novela de Nick McDonell, incluso antes de su publicación, porque le devuelve al ambiente juvenil de mediados de los 80, cuando rodó “St. Elmo, punto de encuentro”. No por casualidad la figura del narrador literario es asumida en la película por Kiefer Sutherland, del que sólo se oye su voz. Es un guiño a la participación del actor en aquella década en “Luces de neón”, adaptación cinematográfica muy significativa de la novela de Jay McInerney, uno de los autores, junto con Bret Easton Ellis, que sacudieron a la sociedad de entonces al descubrir una generación de jóvenes ricos y ociosos metidos en experiencias extremas a espaldas de sus acomodadas familias.
“Twelve” no puede ni pretende impactar de la misma manera, entre otras cosas porque el tiempo transcurrido ha servido para asimilar una serie de hábitos que ya están extendidos y no sorprenden tanto. Es más, son daños colaterales admitidos como el precio a pagar a cambio de mantener el alto nivel de consumo marcado. Los excesos forman parte de esa cultura, sin que las fiestas privadas supongan ningún tabú, como tampoco lo hay a una escala más popular en la práctica del botellón en plena calle. Los padres prefieren pensar que es el sarampión que han de pasar sus hijos, y que eso quedará atrás según vayan cumpliendo años.
Los pijos del Upper East Side de Manhattan responden también a dicha coyuntura y, aquellos que se pasan un poco más de la raya, acaban metidos en problemas, siempre y cuando la compra y venta de sustancias ilegales anda por medio. Para sumergirse en la atmósfera nocturna del lugar, el director de fotografía Steven Fierberg utiliza la cámara digital Red One, dotando de una inmediatez y un ajustado realismo a la película. Una credibilidad extensible al reparto, gracias a que Schumacher ha buscado rostros del momento en las nuevas series televisivas. Chace Crawford y Emma Roberts tal vez sean los más reconocibles, pero en conjunto se trata de intérpretes todavía no muy famosos.
