Raimundo Fitero

Alcantarillas

A mí también me la trae floja la roja, pero como estamos hablando de televisión y sus circunstancias, deberemos atender, de vez en cuando, las cosas del fútbol entendido como uno de los asuntos políticos de mayor tendencia al populismo. Sí, claro está, la Roja y su triunfo en el Mundial, ayudó a una cierta cohesión del concepto de lo español en positivo. Es así. Es el recurso del conformista. Con los toros en declive, el sol muy repartido en el globo terráqueo, el fútbol, además del circo constante y cotidiano, es un símbolo en el nivel de seleccionados que no da casi nada al PIB, pero reconforta las carencias en ciencias y letras, y sirve para que se reproduzcan las alucinaciones patrioteras.

El fútbol, en televisión  está copado, también, por la caverna españolista, retrógrada y de extrema derecha. Y con la excusa del fútbol y con la roja como apoyo han estado esta semana orquestando una de esas campañas xenófobas que surgen como consecuencia de esa costumbre de la prensa españolista en considerar que sus deseos son las verdades absolutas y que los rumores son noticias confirmadas. Habían decidido que el Balón de oro fuera para Iniesta, el jugador de Fuentealbilla, provincia de Albacete, que es español, español, español, pero se lo dieron a Messi, que es argentino, argentino, argentino, y han montado en cólera.

En esa cólera iban montados desprotegida su impotencia de cualquier paño de serenidad y lucidez, cuando aparece una noticia sobre un jugador brasileño, y uno de los fijos de un programa deportivo diario va y suelta barbaridades de tal calibre contra Brasil y Río de Janeiro, que debería estar detenido e imputado por los jueces. Con quinientos dieciséis muertos por las inundaciones en Río, se alegra de ello, hace gestos obscenos, dice algo así como que se jodan, y suelta como colofón de su pensamiento: “señores: antes construir alcantarillas que organizar Juegos Olímpicos”. Si ese ser de alcantarilla sigue apareciendo en pantalla, si no lo expedientan quiere decir que la cadena apoya esas declaraciones de cafre, de fascista integral. Son así, unos peligrosos fanáticos no del fútbol, ni del deporte, sino de la España imperial.