Patxi López volvió a reunir ayer en el patio central de Lehendakaritza a sus altos cargos y asesores, como lo hizo al principio de su mandato para pedirles «bolsillos de cristal», y hace un año para anunciar la puesta en marcha de «un contrato social» y una buena cantidad de proyectos concretos a desarrollar a lo largo de 2010.

Después de que muchos de esos proyectos sigan pendientes y que el propio Ejecutivo haya tenido que reconocer que casi todas las leyes propuestas arrastran importantes retrasos, el lehendakari prefirió centrarse ayer en marcar líneas ideológicas en defensa del Estado del Bienestar, la libertad, la democracia y nuestras instituciones.

«Si alguien piensa que sólo hemos venido a gestionar de forma honrosa la administración vasca hasta el 2013, se equivoca profundamente», les dijo López a sus cargos de confianza. «Hemos venido a defender nuestros ideales políticos, a poner en marcha un nuevo modelo de convivencia que sea integrador y que reconozca al otro como compañero del mismo proyecto», les explicó.

Insistiendo en la idea y frente a «una década de discutir sobre la identidad», Patxi López aclaró que «no somos gestores de una comunidad de vecinos: proponemos una alternativa política diferente y global que afecta a la vida cotidiana de nuestra ciudadanía y condiciona su futuro bienestar y progreso». Lo que resumió en «dos frases sencillas: garantizar la libertad e igualdad de toda la ciudadanía; y defender, consolidar y mejorar el Estado de Bienestar y el progreso, para hoy y para las generaciones futuras».

Gestión y percepción

El lehendakari hizo una lectura autocomplaciente de la primera mitad de su legislatura, resumida en el epígrafe «gestionamos bien». López afirmó que «el mito de que el PNV era el único capaz de gestionar Euskadi ha caído para siempre: Nuestro Gobierno ha demostrado que sabemos gestionar y sabemos hacerlo mejor: nos ha tocado hacer más con menos. Nos hemos enfrentado a la mayor crisis de los últimos 80 años, que el anterior Gobierno no quiso reconocer, echando la culpa a las cigarras españolas. Aunque después hemos visto que en Euskadi fue incluso más dura que en el resto de España».

Lamentablemente para el Gobierno del PSE, tan buena gestión como la relatada en su discurso de ayer no es percibida de igual forma por la ciudadanía, de forma que todas las últimas encuestas, incluida la del propio Ejecutivo, muestran una desconfianza creciente en el equipo de Patxi López. Revelador fue el dato del sondeo gubernamental que mostraba que el 34% de los encuestados confiaban menos en él que hace un año.

En enero de 2010 López realizó una reestructuración de Lehendakaritza y optó por crear una Secretaría General de Comunicación y aparcar la anunciada de Asuntos Económicos. El nuevo equipo lleva ya un año trabajando, pero el resultado no se deja ver en la aceptación social que muestran las encuestas.

Continuidad y apoyos

En su discurso, el lehendakari destacó que «este Gobierno ha dado tranquilidad y normalidad a la vida política y social», y vaticinó que «el cambio ha venido para quedarse». Pero para eso necesitará seguir contando con sus apoyos.

La víspera, en una entrevista en TVE, Patxi López había asegurado que «el cambio» operado en Lakua tendría continuidad también en diputaciones y ayuntamientos, tras las próximas elecciones. Sin embargo, el presidente del PP de la CAV, Antonio Basagoiti, le respondió ayer que «no va a haber pacto global en ese sentido porque creemos que no se puede excluir a formaciones como el PNV, que me parece una parte importante de la sociedad». En Radio Popular de Bilbo apuntó que «estamos por el cambio político, pero porque se les haga a otros el 'cordón sanitario' que se nos ha aplicado a nosotros durante muchos años, porque eso no es bueno para Euskadi».