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Derrota en Valladolid

Hundidos ante un huracán de ilusión

Los de Dusko Ivanovic no tuvieron la tensión precisa para superar a un Valladolid que lograba plaza como cabeza de serie en la Copa.

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VALLADOLID 78

CAJA LABORAL BASKONIA 64

Arnaitz GORRITI

Igual que la potencia sin control, la ilusión sin una idea de juego tampoco sirve de nada. El Valladolid sabe, empero, a qué juega, y conoce tantos sus puntos fuertes como sus puntos débiles. Uno de sus puntos fuertes, amparados en el trabajo bien hecho por los jugadores liderado por el señor Porfirio Fisac, es, precisamente, la ilusión.

Había que ver a todo el polideportivo Pisuerga -jugando en LEB hace sólo dos temporadas y con muy graves problemas económicos- rugir como si hubiera ganado la Euroliga. Ante semejante huracán de ilusión desatado, los de Dusko Ivanovic naufragaron como un barquito de cáscara de nuez.

La afición del Bizkaia Bilbao Basket arrugaba el entrecejo al enterarse de que la derrota baskonista ante el cuadro pucelano impedía a los vizcainos presentarse en el sorteo copero de hoy como cabeza de serie. Más allá del lógico -y leve- disgusto, hay que añadir que, si es por merecimientos, los de la orilla del Pisuerga se han ganado esta cuarta plaza. El triunfo de ayer, más bien la derrota baskonista, no es sino reflejo de un equipo que se veía incapaz de parar el juego de un rival que se dejaba la vida en cada balón. Si el duelo de ayer hubiese sido eliminatorio, o de un play off, a lo mejor la actitud gasteiztarra hubiese sido más aguerrida -porque no dejó de ser profesional, ojo, aun y con 21 balones perdidos-, pero ayer era el Valladolid quien quería escribir su propia página de historia -hacía 12 años que no lograban clasificarse para la Copa-, y ante eso, los de Ivanovic no hallaron respuesta.

Perdidos tras el descanso

Con todo, el Caja Laboral Baskonia estuvo en el partido casi hasta el final. A pesar del mejor arranque de su rival, la entrada de Logan, recuperado de su gripe, que martilleaba el aro pucelano con tres triples seguidos, hizo que los gasteiztarras lograran situarse en cabeza cerca del tiempo de descanso: 35-37. No obstante, un arreón liderado por Nacho Martín -el ex jugador de Bruesa GBC, también a las órdenes de Fisac en aquellos años, está viviendo sus mejores días como jugador profesional- y Jason Robinson puso a los locales por encima en tiempo de descanso: 41-38.

El cuadro baskonista había ganado en la cancha vallisoletana en las nueve últimas campañas, pero ayer no se pudo completar la década. El mal inicio tras el descanso tuvo buena parte de culpa en semejante descalabro. Fede Van Lacke y Lamont Barnes tomaron el mando del partido, mientras que la defensa gasteiztarra hacía aguas y en el ataque se perdían más balones de lo que se puede tolerar.

Ivanovic paró un partido que se le escurría de entre los dedos, incapaz de dar con la tecla para regular su juego -Teletovic anotaba pero no defendía, Oleson no era ni la sombra del jugador que maravilló en el derbi de Donostia, Batista y Barac no podían con los interiores pucelanos...- y mediado el último período, pareció haber hallado una solución en Bjelica, que al fin, debido al evidente bajón físico que está sufriendo San Emeterio, está teniendo minutos. De la mano del serbio, aún parecía haber espacio para la remontada: 66-60.

Vanas esperanzas. El polideportivo Pisuerga llevaba en volandas a un equipo que se sabe hecho con retales y sin nombres de relumbrón, pero cuya ilusión fue capaz de pasar como un huracán sobre uno de los mejores equipos de Europa.

números que cantan

Perder 21 balones, frente a los 9 del rival, habla de los problemas que tuvieron los baskonistas ante el Valladolid. Asimismo, los gasteiztarras padecieron un mal porcentaje tanto en tiros de dos, 12/32, como en tiros libres, 10/16.

Pape Sow continuará un mes más como jugador baskonista

Tampoco fue el mejor día de Pape Sow. De hecho, el de ayer no fue el mejor día de ningún jugador baskonista, pero el jugador africano, que viene ofreciendo un rendimiento aceptable para el juego interior gasteiztarra, pudo volver a la capital alavesa con una pequeña buena noticia en el zurrón.

Pape Sow seguirá en la disciplina del Caja Laboral Baskonia un mes más, de modo que podrá disputar la Copa y el arranque del Top 16.

El pívot de Dakar, de 29 años y 2,08 metros, ha disputado seis partidos de la ACB con la elástica baskonista en los que ha promediado 16 minutos, 5,4 puntos, 2,6 rebotes ofensivos y otros 3,4 en defensa. Mientras, en la Euroliga, Sow jugó el último partido de la primera fase ante el Partizan de Belgrado, en el que anotó 13 puntos y capturó 5 rebotes en los 21 minutos que estuvo en pista.

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