Hay chicos nuevos en la ciudad, chicos nuevos en Hollywood. Eric Gordon y Blake Griffin presentaron al mundo del baloncesto las credenciales de los nuevos Clippers. Y es que el equipo pobre de Los Angeles, siempre entre comillas, se impuso a los Lakers por 99-92 en la madrugada del lunes.

Y lo hicieron en un choque marcado por la intensidad. Sirva de muestra que cuando el partido ya estaba decidido y a falta de escasos segundos para la finalización, Lamar Odom y Blake Griffin se enzarzaron en una serie de empujones tras luchar por un rebote. La tensión que existía en el ambiente afloró y, aunque la cosa no llegó a convertirse en tangana, los árbitros decidieron expulsar a cuatro jugadores. Griffin y Odom por desatar las hostilidades, Ron Artest por separar (en el código de la NBA separar es igual que participar) y Baron Davis por querer avivar las llamas con una actitud impresentable.

Temibles pero irregulares

Los Clippers volvieron a asumir su condición de matagigantes ante sus cercanos e incómodos vecinos, los actuales campeones de la NBA. Hasta el momento, los otros inquilinos del Staples Center de Los Angeles han derrotado a cinco líderes de división. El dato, que dice mucho sobre la capacidad de sacrificio de los entrenados por Vinny Del Negro, también deja claro que la regularidad no es su fuerte. Con 14 victorias y 25 derrotas, todo apunta a que los Clippers volverán a quedarse fuera de los playoffs.

Quizá las recientes lesiones de Baron Davis y Chris Kaman, no se conoce fecha para su vuelta, han mermado las opciones de la franquicia angelina pero lo cierto es que se antoja complicada su participación en las eliminatorias por el título que en estos instantes se encuentran a seis partidos.

Sin dominador

Los Angeles Lakers no se encontraron cómodos en ningún momento en su visita a la cancha que comparten con los Clippers. Los primeros 12 minutos sirvieron para demostrar que Del Negro y sus muchachos estaban dispuestos a emular lo que habían llevado a cabo cuatro días antes al derrotar a Miami Heat. Pero el parcial de 27-22 a favor de los Clippers mutó en el segundo período. Los Lakers, gracias a Pau Gasol, lograron parar a la principal estrella rival, Blake Griffin, y tras un parcial de 23-17 dejaban el marcador en 50-49 a favor de los locales.

Con Griffin desconcertado y fallando la mayoría de lanzamientos, fue Eric Gordon, jugador de segundo año, el encargado de mantener a los Clippers en el encuentro. Aunque mediado el tercer cuarto los Lakers y su rodillo estuvieron a punto de decantar el choque cuando alcanzaron los doce puntos de ventaja, el propio Griffin resurgió de sus cenizas en el último período, se sumó a la fiesta de Gordon y, con la ayuda del veterano Baron Davis, logró sellar la remontada.

Con los deberes hechos, llegó el conato de pelea pero no empañó el buen trabajo de unos Clippers que mantienen una racha de nueve victorias en los últimos catorce encuentros. Y su estrella, Blake Griffin, con 18 tantos y 15 rebotes demostró la razón por la que es una de las imágenes de la NBA para esta temporada