Un desastre tras otro
Natxo MATXIN
No es por ser catastrofista, pero todo lo que rodea últimamente a Osasuna es lo más parecido a un desastre. Lo es en lo deportivo -el juego del equipo no invita a muchas alegrías- y también en la labor que se realiza desde los despachos. Empezando por el reciente traspaso de Juanfran, el canto de sirena de Nekounam y el último capítulo de falta de previsión con la llegada de Cejudo.
El club rojillo sabía con la suficiente antelación cuál era la situación física del futbolista y debía haber previsto que podían surgir complicaciones. Una forma de evitarlas hubiera sido no hacer coincidir el día de la presentación con el de su reconocimiento para evitar la situación que se produjo a lo largo de la jornada de ayer.
Al final, todo se solucionó con una rebaja en el traspaso, aunque Osasuna más que necesitado de dinero, lo que está ahora mismo es de hombres en condiciones que puedan aportar. Cejudo no lo podrá hacer de manera inmediata y confiemos en que no haya que lamentarlo.