Tras la tregua por el tiroteo de Tucson los republicanos se preparan para la ofensiva
Emmanuel PARISSE (AFP) |
La oposición republicana al presidente de EEUU, Barack Obama, se han preparado este fin de semana para el fin de la tregua en el Congreso, declarada tras el tiroteo de Tucson, que abrirá el camino a la reanudación esta semana de las hostilidades.
El jueves iniciaron un «retiro» invernal de tres días en Baltimore (Maryland), de los legisladores y senadores republicanos discutieron la estrategia, después de que la semana estuviera dedicada a los trágicos sucesos que el 8 de enero costaron la vida a seis personas y dejaron heridas a catorce, entre ellas la congresista demócrata Gabrielle Giffords, gravemente herido en la cabeza. El miércoles en Tucson, Obama homenajeó a las víctimas y pidió un debate público «más civilizado».
Simbólicamente, el senador demócrata Mark Udall propuso que todos los electos se sentaran juntos y no por partidos el 25 de enero durante el discurso presidencial sobre el estado de la Unión.
Sin embargo, un portavoz del republicano John Boehner, presidente de la Cámara de Representantes, respondió a AFP que Boehner había señalado que «los miembros deben poder elegir dónde sentarse», rechazando así la propuesta demócrata.
La política retomará su curso esta semana, con una votación muy disputada para derogar la reforma estrella del residente sobre la cobertura sanitaria. La votación se aplazó tras el tiroteo.
«Es importante que el Congreso vuelva a trabajar y por eso vamos a reanudar la discusión sobre la cobertura sanitaria», señaló la pasada semana en un correo electrónico Laena Fallon, portavoz del líder de la mayoría republicana, Eric Cantor.
Los republicanos llaman a su texto «proyecto de ley sobre la cobertura sanitaria destructora de empleos».
Con su nueva mayoría tras las elecciones de medio mandato de noviembre, los republicanos de la Cámara de Representantes tienen los medios para llevar a cabo esta promesa de campaña. Pero encontrarán una fuerte oposición en el Senado, donde los demócratas siguen siendo mayoría. Y Obama ya advirtió de que utilizaría su derecho de veto si un texto deroga la reforma que él presentó.
Además de la derogación de la reforma sanitaria, los republicanos retomarán su principal caballo de batalla: la reducción del déficit y del gasto público.
El jueves, el todavía portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, indicó que «el presidente confía en que podamos estar en desacuerdo sin ser decorteses y desagradable». Gibbs reconoció que habrá muchos desacuerdos en los próximos años.