El primer ministro de Kenia y enviado especial de la Unión Africana (UA) a Costa de Marfil, Raila Odinga, llegó ayer a Abidjan con una «nueva oferta de paz» para tratar nuevamente de persuadir al gobernante Laurent Gbagbo a entregar el poder a Alassane Ouattara, reconocido por la llamada «comunidad internacional» como el presidente electo del país.

La llegada de Odinga se produjo el mismo día en que Ouattara llamó a una huelga general a partir de hoy y hasta que Gbagbo abandone la Presidencia. El presidente electo dijo adiós a la diplomacia y apeló a la fuerza para desalojar a su rival.

«Mi misión es una nueva prueba para ver si podemos resolver pacíficamente la crisis. Veremos la reacción (de Gbagbo) a la nueva oferta de paz que le vamos a hacer. Esperamos resolver la crisis», declaró Odinga, quien no dio ningún detalle del contenido de la propuesta. Antes de viajar a Costa de Marfil, Odinga visitó Nigeria, donde se reunió con su Goodluck Jonathan, presidente del país y de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), que ha amenazado con una intervención militar si Gbagbo no entrega el poder a Ouattara.

El primer ministro keniano se mostró bastante optimista en su nueva visita a Abidjan, pero parece casi imposible que la misión mediadora de Odinga sea capaz de encontrar una solución pacífica a la crisis tras las infructuosas visitas anteriores.

El negociador de la UA experimentó de primera mano la tensión que impera en la ciudad cuando la caravana de automóviles en la que viajaba custodiado por cascos azules de la ONUCI fue bloqueada temporalmente por grupos de los llamados Jóvenes Patriotas, seguidores de Gbagbo, a corta distancia del hotel Pullman en el que iba a alojarse.

Tras ver impedido su paso, Odinga tuvo que dirigirse al hotel Sebroko, donde tiene su sede la ONUCI.