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«Hay una involución del público. Europa está más conservadora que nunca»

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Agustín ALMODÓVAR y Esther GARCÍA

Productores de cine

El Deseo, la productora madrileña, es la factoría de hacer cine de Pedro Almodóvar desde los años 80 y a ella están unidos desde sus inicios estos dos profesionales, uno de ellos, hermano y compañero de batallas del realizador manchego. De sus peleas, sus alegrías y sus locuras -aquellas que ahora les dan vértigo- hablaron con nosotros horas antes de recibir el premio honorífico de Zinegoak.

Anartz BILBAO |

El Festival Internacional de Cine Gay-Lesbo-Trans de Bilbo, Zinegoak, inauguró ayer su octava edición en el Teatro Arriaga, con una gala en la que entregó un premio honorífico a la productora El Deseo, en la que encuadra su obra cinematográfica el manchego Pedro Almodóvar. Los productores Agustín Almodóvar -hermano del cineasta y su compañero en labores de producción desde sus inicios- y Esther García lo recogieron «con mucho gusto». «En nuestra profesión no acostumbramos a recibirlos -nuestro premio lo recogemos todos los días con la confianza depositada en nuestro trabajo-, pero los premios son para los artistas», confesó Esther García.

Zinegoak quería reconocer la labor realizada por la madrileña productora El Deseo. El suyo es, a juicio de García y Almodóvar, «un oficio muy desconocido: se trata de que cuanto mejor lo hagas menos se note, porque, cuando defiendes la obra, el foco debe de estar en el director y en la película».

La pareja profesional recuerda el arranque de El Deseo, allá por 1987, un comienzo que no fue nada fácil. «Nuestro primer premio nos la dió una librería gay de Berlín», recuerda Almodóvar. «Fue un inicio dificilísimo, pero sobrevivimos hasta `Mujeres al borde de un ataque de nervios', que fue muy comercial, una comedia blanca». Sin embargo, el primer proyecto de la productora fue «La ley del deseo», una historia de amor entre dos hombres. «Nadie nos la quería financiar... cada vez que lo pienso, qué locura», relata el manchego, al lanzar la vista atrás. García asiente a su lado: «Sí, fue muy atrevido, de una valentía terrible, pero... estaba en el ADN de la productora», reconoce, aunque «ahora da un poco de vértigo» recordarlo. «Fueron tiempos heróicos, pero qué maravilla haberlo hecho», finaliza Almodóvar.

«Hemos sido siempre de impulsos» explican ambos y confiesan pertenecer a un creador, en referencia a Pedro Almodóvar. «Somos parte de él; que no trabaja por fama ni dinero». Satisfechos: «Fuimos muy íntegros y coherentes con lo que queríamos -añaden-, no nos hemos distraído. Uno de los grandes logros como productores es que Pedro pueda hacer su carrera como director», relata su hermano, recordando a cineastas que tuvieron que emigrar a Hollywood en su día, grabar por encargo o dejar trabajos sin finalizar.

«Su obra es muy coherente y las claves de cada obra están en la anterior. Para él su trabajo es su vida, no tiene otra cosa».

Han pasado casi 25 años desde aquella «La ley del deseo» de 1987, pero preguntado por el valor del festival Zinegoak y el tratamiento del género en el cine, «no veo la cosa mejor» se lamenta Almodóvar: «Hay una involución del público». «Estamos en un período de recesión -añade García-, Europa está más conservadora que nunca, y los temas que se tratan en este festival, de género, se tratan de manera superficial, como parodia» en el cine comercial y masivo. «Se utilizan estereotipos, los homosexuales se usan como elemento de atracción del melodrama, de modo burlesco. Sólo en festivales como este se tratan con naturalidad, como parte de la vida».

Para ambos productores, «vivimos la dictadura de lo políticamente correcto, con la familia cristiana tradicional. Y la vida no es así, es muy plural y muy variada, las relaciones son mucho más complejas». En su opinión, «el cine tiene que mostrar la vida en toda su dimensión y ceñir la ficción a ese mundo que no hiere la sensibilidad de nadie es un atraso». Para El Deseo, el objetivo es trabajar «contando las historias con riqueza, como es la vida, con libertad de miras y sin condenarnos a la corrección política. Ese es nuestro interés, mostrar con naturalidad a heterosexuales, homosexuales...».

«En definitiva, abogamos por la libertad editorial -explica Agustín Almodóvar-. Nuestra pretensión es crear un cine que genere discusión y mostrarlo a la sociedad, a un público inteligente, para continuar un debate que nos permita avanzar. Ese es nuestro compromiso con la sociedad».

Problemas de distribución hoy en día

«No hemos avanzado nada -confiesa Agustín Almodóvar-. Yo, de hecho, al ver nuestro trabajo de los 80... resultaría muy difícil ahora meternos con las instituciones, con la Iglesia... Hoy `La ley del deseo' casi no sería posible» se lamenta. En cuanto a la normalización de la homosexualidad en el cine, según García «sólo interesa como personaje si es gracioso». Sobre el valor de festivales como el bilbaino, «la especialización me gusta mucho, pues la banalización también ha llegado a los grandes festivales. Todos tienen un lado promocional, turístico y comercial», afirma Almodóvar, por lo que necesitamos «miradas alternativas, que trasciendan incluso de la temática del género, con gente sin convencionalismos, que no renuncie a transgredir».

En la gala inaugural de ayer, además del cortometraje «Nubes», de Francisco Boira, El Deseo proyectó el largometraje «El ultimo verano de La Boyita», de Julia Solomonoff. Una historia de una niña que se crió como si fuera un chico hasta su adolescencia. «Un trabajo contado con mucha sensibilidad, que tenemos problemas para distribuir». A.B.

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