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Mikati, nuevo primer ministro libanés con el apoyo de Hizbulah

La Alianza 8 de Marzo, liderada por Hizbulah, logró una importante victoria parlamentaria, al lograr que se nombrase a Najib Mikati primer ministro de Líbano. Esta designación fue muy mal recibida por los partidarios de su antecesor, Saad Hariri, apoyado por Occidente y Arabia Saudí, que protagonizaron disturbios en varias ciudades. Mikati y el líder de Hizbulah hicieron un llamamiento a la unidad.

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El candidato de la Alianza 8 de Marzo que lidera Hizbulah, Najib Mikati, fue nombrado ayer primer ministro de Líbano. Su designación fue rechazada por su rival Saad Hariri, cuyos partidarios se manifestaron, en ocasiones violentamente, en varias ciudades.

Este nombramiento se produce tras la caída del Gobierno de Hariri, provocada por la dimisión el 12 de enero de los ministros partidarios de Hizbulah, hostil a la investigación del Tribunal Especial para Líbano (TSL), encargado de juzgar a los responsables de la muerte de ex primer ministro y padre de Saad, Rafic Hariri.

Mikati es de religión suní, un requisito imprescindible según la Constitución libanesa para ocupar el cargo de primer ministro, ya que las principales magistraturas del Estado se reparten en función de la religión. Es el líder de la formación Harakat Majd (Movimiento Gloria), integrada en la Alianza 8 de Marzo y que tiene dos diputados en el Parlamento libanés.

Mikati obtuvo el apoyo de 68 parlamentarios, mientras que Hariri logró el de 60. Propietario de una empresa de telecomunicaciones y con una fortuna que «Forbes» estima en 2.500 millones de dólares [1.837 millones de euros], mantiene buenas relaciones con Siria, antigua potencia tutelar de Líbano.

«La mayor falsedad y mentira es acusar Hizbulah de querer controlar el país para imponer un proyecto iraní», dijo el líder de esta formación, Sayyed Hassan Nasrallah, destacando que Mikati no es el candidato de ninguna de los dos grandes bloques del país, sino que su objetivo es unir a los libaneses «para cooperar juntos y superar esta situación difícil y sensible».

Sin embargo, tras el nombramiento como primer ministro de Mikati, los partidarios de Hariri salieron a la calle en varias ciudades libanesas provocando incendios, según informó Al-Jazeera, que añadió que una furgoneta de la televisión qatarí, considerada por los prooccidentales de Hariri como proclive a Hizbulah, también fue pasto de las llamas.

En Trípoli, cerraron la mayoría de escuelas y comercios y se manifestaron miles de personas, que quemaron una foto de Mikati, originario de esta ciudad norteña.

En Sidón, los manifestantes pro-Hariri cerraron los accesos a la principal ciudad del sur libanés, mientras que en varios barrios colocaron barricadas de fuego, al igual que en varias zonas de Beirut.

INCENDIOS

Los partidarios de Hariri quemaron una furgoneta de Al-Jazeera, a quien consideran partidaria de Hizbulah, y varios locales de televisiones locales durante las movilizaciones que llevaron a cabo.

EEUU juega la carta del chantaje económico

«Un Gobierno libanés controlado por Hizbulah tendría claramente un impacto sobre los lazos entre este país y EEUU», declaró ayer la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, que compareció en Washington junto a su homóloga española, Trinidad Jiménez.

EEUU considera a Hizbulah como «una organización terrorista» y destaca especialmente que mantiene lazos con Siria e Irán.

La Administración Obama aporta ayuda económica y militar a Líbano. Preguntado el lunes sobre la posibilidad legal de continuar con esta ayuda si el Gobierno libanés estuviera dominado por una organización considerada «terrorista», el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, respondió que «eso sería algo difícil de hacer para EEUU».

En cualquier caso, Crowley dijo en rueda de prensa que EEUU «se reservará su opinión al respecto hasta que se cierre el proceso de formación del Gobierno libanés, pero advirtió de que contempla a Hizbulah como «una organización terrorista» y que le preocuparía un Ejecutivo en el que este grupo jugase un papel de liderazgo. «Cuanto mayor sea el papel que juegue Hizbulah, más problemática será nuestra relación», resumió.

Crowley añadió que EEUU desea que en Beirut surja un Gobierno «que apoye el trabajo del TSL y el fin de la impunidad en Líbano». GARA

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