GARA > Idatzia > Iritzia> De reojo

Raimundo Fitero

Sin pudor

Uno se había preparado la estrategia. Ver con calma la primea entrega de «Sé lo que hicisteis» sin Ángel Martín, y comprobamos que su peso era grande, pero que han decidido suplirlo con lo existente y convertir el programa en algo más parecido a un continuo espectáculo, con muchas parodias, y unas reporteras que son realmente incisivas, que lucen palmito con convicción pero que juegan a otra cosa más divertida cuando tienen delante a los famosos.

Pero estábamos intentando utilizar bien los verbos, no opinar sobre las presentadoras con más criterios que los profesionales, cuando nos llega la nueva actuación de Silvio Berlusconi, en esta ocasión entrando en directo vía telefónica en un programa de una cadena privada italiana, donde se estaba hablando de su supuesta contratación de chicas para alegrarse sus noches, y en el fragor de la batalla dialéctica, empezó a insultar al presentador a las participantes en el debate y llegó a soltar la frase del millón: «eso es un prostíbulo televisivo».

Sin pudor. Es decir, como si estuviera cargado de razón y pudiera insultar porque se sabe intocable judicialmente. Pero una vez salvada la primera impresión, uno llega a la conclusión de que se trata, probablemente, de lo único coherente y sensato dicho por este individuo: «prostíbulo televisivo», es un concepto aceptable, aplicable a tantas y tantas comparecencias, que me la apropio, aunque no sé si la «señorita» (como ella llamó despectivamente a una periodista), ministra de la nada González Sinde, que ya tiene ley, más cutre todavía, me mandará los fiscales, o los de Intereconomía me pedirán que me clave un crucifijo en la entrepierna para ser un buen converso, o si el señor López, en sus ratos libres lehendakari por delegación de Basagoiti, entenderá que la frase más violenta dicha últimamente contra el euskera la acaba de pronunciar él. En la foto tenía detrás a un ser muy violento. Pero mucho. Muy amigo de Mayor Oreja y Aznar y de apellido Juaristi, que seguro le inspiró ese odio al euskera.

Todo lo anterior, visto en una sesión corta de zapeo, solamente se puede describir como un «prostíbulo televisivo». Y político, añadiría yo.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo