Gregorio Ubierna Güemes Coordinadora estatal de Comunidades Cristianas Populares
En apoyo a Félix Placer
Ante la llamada de la Audiencia Nacional a nuestro hermano en la fe Félix Placer para declarar como testigo de la causa abierta por la última manifestación de Bilbo, la Coordinadora estatal de Comunidades Cristianas Populares (CCP), reunida en Madrid con carácter ordinario, quiere manifestar ante la opinión pública lo siguiente:
Que el sacerdote Félix Placer es un cristiano de base de intachable trayectoria, entrega y solidaridad, a la vez que uno de los pocos teólogos de la liberación que van quedando en el Estado español: profesor emérito de la Facultad de Teología de Gasteiz, es miembro de la Coordinadora de Sacerdotes de Euskal Herria, participó hace casi 40 años en la fundación de nuestras Comunidades Cristianas Populares, y siempre defendió sin ocultar el ser un cura comprometido con su pueblo, un convencido defensor de la paz, los derechos y las libertades y un acérrimo enemigo de la violencia.
Que sin respeto alguno a la presunción de inocencia, los medios más conservadores de este país ya le han criminalizado por lo que ellos llaman «conexión con el terrorismo», tergiversando el hecho de que haya sido citado por el juez Santiago Pedraz sólo por ser quien solicitó el permiso administrativo para celebrar una manifestación, ante la imposibilidad de llamar a todas las organizaciones convocantes.
Sabemos que hoy en día en Euskadi se está tolerando más allá de lo que debería permitirse, vendiéndonos unos discursos que sólo fuera del País Vasco tienen alguna credibilidad. Existen torturas documentadas que quedan impunes, detenciones por terrorismo que como mucho son meros deseos de independentismo, o los casos especialmente graves contra las jóvenes o ni siquiera eso, como ocurrió con la detención de nuestro hermano Zalakain, y todo ello con nuestra connivencia o silencio.
Nuestra apuesta siempre ha sido y será el camino de la paz y por ello valoramos en su justa medida la declaración de alto el fuego de ETA, porque aunque parezca insuficiente, es algo que muchas y muchos vascos estaban esperando hace años.
Pero la verdadera paz tiene mucho que ver con el pleno respeto y cumplimiento de los derechos humanos, desde el derecho a la vida que reza el quinto mandamiento hasta el derecho de expresión y asociación.
Y, desde el concepto de paz de Jesús de Nazaret, nos reconocemos totalmente en contra de la violencia, creemos que la paz en el Pueblo Vasco exige reconocer la existencia de un conflicto político y que las partes vinculadas al mismo dialoguen sobre un nuevo acuerdo político, que tenga en cuenta la pluralidad del pueblo, sin excluir ninguna opción política.