Los cuatro jóvenes que seguían ayer en dependencias policiales tras ser arrestados el miércoles por la Policía Municipal de Iruñea recobraron al mediodía su libertad tras comparecer ante la titular del Juzgado de Instrucción número 1. Los cuatro navarros, junto a un quinto que compareció ayer de manera voluntaria, continúan sin embargo imputados por delitos de «atentado contra la autoridad» y «desórdenes públicos».

En total son dieciséis las personas imputadas por los hechos ocurridos en los minutos previos al chupinazo de 2010, cuando los agentes de este cuerpo policial cargaron contra un grupo de jóvenes que pretendían desplegar una ikurriña en la plaza. Así lo confirmó a GARA una de las abogadas de la defensa de los jóvenes y es que, a la docena de arrestados el miércoles hay que sumar el joven que acudió ayer al juzgado, -después de que los agentes se personaran el miércoles en su vivienda y no lo encontraran-, y los arrestados en julio.

El miércoles fueron al menos doce los jóvenes, de distintos puntos de Iruñerria, arrestados por la Policía. Todos se encuentran ya en libertad con cargos. Tres de ellos, menores de edad, se encuentran a disposición de la Fiscalía de Menores y el resto deberán personarse en el juzgado los días 1 y 15 de cada mes.

Uno de estos arrestados, además de estar imputado por los delitos antes mencionados, está acusado también de ser el autor del lanzamiento de un botellazo que supuestamente impactó sobre un joven madrileño, provocándole graves secuelas de las que no se ha recuperado aún.

Esta persona es la segunda a la que la Policía Municipal señala «con absoluta certeza» como autor de los hechos imputados. Cabe recordar que el mismo día del chupinazo, el 6 de julio, la guardia urbana de Iruñea ya detuvo a varios jóvenes y abrió diligencias por este delito contra uno de ellos.

La decisión de la Policía Municipal de cargar contra la muchedumbre provocó el lanzamiento de alguna botella en los minutos anteriores al pasado chupinazo. Pese a que todos los medios de comunicación daban por hecho que las graves lesiones del joven madrileño fueron causadas por el impacto de una botella, distintas fuentes apuntan a que las secuelas podrían haber sido fruto de las porras extensibles empleadas por los agentes de la Policía Municipal.

Aún es pronto para saber que pruebas existen contra los dieciséis imputados y es que ni sus letradas tienen entre manos el atestado realizado por la guardia urbana iruindarra.