REVUELTAS POPULARES EN EL MUNDO ÁRABE
Los opositores a Mubarak honran a sus mártires
Postrados en la plaza Tahrir, decenas de miles de opositores al presidente Hosni Mubarak rezaron ayer la oración por sus muertos, después de más de una semana de protestas, represión y enfrentamientos violentos entre partidarios y detractores del régimen. Algunos de ellos presentaban lágrimas en los ojos recordando a sus «mártires».
Michel MOUTOT AFP
Nacemos libres y vamos a vivir libres (...) Les pido que tengan paciencia hasta la victoria», señaló el imán identificado como Khaled al-Marabkbi a los fieles durante la oración semanal de los viernes, celebrada por primera vez por los opositores al régimen en la plaza Tahrir, epicentro de las protestas en El Cairo.
Los manifestantes antigubernamentales tomaron este emblemático lugar hace una semana. Desde entonces no la han abandonado. Durante los últimos días, los opositores se han paseado por la plaza Tahrir con grandes fotografías de los jóvenes que fueron víctimas de los violentos enfrentamientos con la Policía primero y con los partidarios del presidente Hosni Mubarak después, encabezadas con la palabra «chahid» (mártir, en árabe).
Ayer, el imán pronunció llorando la oración de los muertos. Los emocionados fieles tenían también lágrimas en los ojos. Al final de la oración, éstos comenzaron a corear «vete, vete» dirigido a Mubarak y también: «Soy egipcio, no tengo miedo, soy un león sobre la plaza».
Con el velo ajustado y grandes gafas de sol, Inji, de 34 años de edad, agarraba de la mano a su hijo Abdallah, de 11 años, con la intención de acceder a la plaza Tahrir. «Yo no tengo miedo de estar aquí con mi hijo, jamás lo expondría a un verdadero peligro. Sé que está muy seguro en el interior» de la plaza, afirmó a AFP. «Quiero que aprenda la democracia, ahora o nunca. Debe ver esto, para que un día se lo cuente a sus hijos y les diga: `Yo estuve allí'», añadió.
Miles de personas, hombres en su inmensa mayoría, acudieron a escuchar y aclamar a los oradores.
«Esperamos este momento desde hace 30 años, hace ya 30 años que sueño con ver a tanta gente en esta plaza y con que llegue el cambio», declaró a la multitud Mohamed al-Awaa, un islamista moderado.
En otra esquina de la plaza se levantó un pequeño escenario por el que pasaron poetas, cantantes y músicos. Entre ellos se encontraba Rami Essam, con una gorra negra sobre la cabeza y una guitarra a la espalda. «Canto aquí desde hace cinco días -dijo a AFP-. Tengo miedo, he sido herido por una pedrada, pero debo estar aquí. Esto les hace felices, y a mí también». Con su grupo de rock Machakel (Problemas) entonó piezas como «El gran mulo y su hijo» o «Soy un ciudadano que no tiene ninguna idea».
Todos los accesos a la plaza estaban controlados por el Ejército, que realizaba un primer control de los documentos de identidad, pero sobre todo por cientos de jóvenes que pretendían defenderla. Los manifestantes antigubernamentales reunieron cascotes, piedras y palos y, armados con porras y escudos improvisados, establecieron varias líneas defensivas tras las barricadas levantadas en diferentes puntos de acceso a la plaza, dispuestos a defender su posición ante los partidarios de Mubarak. Más lejos, los jóvenes fabricaron una catapulta que lanzaba piedras al azar.
Cuando los seguidores del raïs se acercaban a una calle adyacente, se llamaba a la batalla, pero no se produjo el temido cara a cara. Las piedras se quedaron en las manos y el enfrentamiento se limitó a las consignas.
Cientos de partidarios de Mubarak se reunieron en la plaza Mustafa Mahmud del barrio de Mohandissine, en la orilla opuesta del Nilo. Parecían haber recibido instrucciones de no irrumpir en el corazón de la capital.
La web del presidente yemení, Ali Abdallah Saleh, estaba inaccesible el jueves tras la llamada al bloqueo realizada por Anonymous, un colectivo de piratas informáticos que ya actuó contra las páginas digitales de los gobiernos de Túnez y Egipto.
Más de mil personas se congregaron en Ammán convocados por el opositor Frente de Acción Islámica (FAI) para exigir reformas políticas en el reino y expresar su apoyo a la revuelta egipcia. El FAI no reclama la caída del régimen.
Las revueltas populares en Túnez y Egipto son una «señal del despertar islámico» en el mundo, afirmó ayer el líder supremo de Irán, ayatolá Alí Jamenei, quien descalificó al ex presidente tunecino y al jefe del Estado egipcio por sus vínculos con Occidente.
El llamamiento realizado por Internet para protestar ayer en Siria contra «la monocracia, la corrupción y la tiranía» no fue secundado, informó AFP. La calma era total sobre todo en los alrededores de las mezquitas en Damasco.