
La izquierda abertzale pone pista de aterrizaje para la democracia
La semana entrante estar� muy marcada por la presentaci�n de la nueva formaci�n pol�tica de la izquierda abertzale, en una agenda con varias citas de peso y formatos in�ditos como el acto p�blico de ma�ana en Bilbo, en el que Rufi Etxeberria e I�igo Iruin detallar�n la filosof�a y los estatutos del partido a quien quiera o�rles (que ser�n casi todos). La primera constataci�n obvia es que antes de nacer la nueva formaci�n ya se ha apuntado dos tantos: dejar en evidencia a quienes intentaron despreciar esta iniciativa, cuyo impacto pol�tico y medi�tico es notable desde hace varios meses, y aportar otra nueva prueba de que la izquierda abertzale ha decidido cambiar ella misma como paso necesario para ayudar a cambiarlo todo. Y lo hace p�blicamente y a cara descubierta, incluso ante sus rivales pol�ticos.
Sin embargo, ni el importante eco ya obtenido ni la transparencia mostrada constituyen objetivos en s� mismos. La finalidad es darle un empuj�n definitivo al logro de la democracia en Euskal Herria, a partir de un nuevo escenario caracterizado por la ausencia de las violencias que han condicionado el escenario durante a�os, d�cadas, siglos, y parad�jicamente quiz�s con m�s intensidad todav�a en este siglo XXI que comenz� con atentados mortales, cascadas de ilegalizaciones, records en el n�mero de presos pol�ticos... Con la decisi�n de registrar una nueva formaci�n, la izquierda abertzale da un gran paso, un paso avalado por una mayor�a de la sociedad vasca que seguramente es muy amplia.
Durante mucho tiempo se ha utilizado la figura de la pista de aterrizaje para reflejar necesidades de la izquierda abertzale. Acciones como �sta invierten la situaci�n. Parad�jicamente es la izquierda abertzale, v�ctima durante casi una d�cada de una Ley de Partidos dise�ada ad hoc contra ella, la que pone una pista libre al Estado espa�ol para que la democracia completa aterrice por fin en Euskal Herria. Empezando por lo m�s b�sico: restituir el principio de la representatividad ciudadana proporcional en las instituciones.
Prohibir es mala inversi�n incluso en Espa�a...
El acto p�blico de ma�ana, la decisi�n de acudir a la ventanilla del Ministerio del Interior espa�ol, los estatutos del nuevo partido... tienen otra consecuencia. Demuestran que la determinaci�n de la izquierda abertzale por seguir desarrollando la apuesta exclusiva por las v�as pol�ticas y democr�ticas es total y absoluta. Y que se mantendr�a incluso en el caso de que los aparatos del Estado espa�ol -ya sean gubernamentales, policiales o judiciales- decidieran mantener a ultranza sus boicots pol�ticos y sus pucherazos electorales. No ser�a inteligente, pero es posible. Pero incluso en ese caso, se puede aventurar ya que a medio plazo, quiz�s incluso a corto, s�lo tirar�a piedras a su propio tejado.
La izquierda abertzale no va a detener su hoja de ruta sea cual sea la actitud de Madrid. Ese desarrollo va a poner cada vez m�s ojos mirando a Euskal Herria desde el �mbito internacional. Y si en los pr�ximos meses y a�os se siguen produciendo avances unilaterales hacia un escenario democr�tico, al Estado espa�ol se le har�an muy largos otros cuatro a�os de apartheid. Tendr�a francamente dif�cil convencer a la comunidad internacional de que en este rinc�n de Europa a estas alturas hay alguna raz�n para seguir encarcelando a pol�ticos, vetar candidaturas o prohibir a partidos que cumplen la ley. De que hay alguna raz�n, claro est�, que no sea el miedo a enfrentarse con ellos s�lo pol�ticamente.
Prohibir, vetar, ilegalizar puede ser un recurso pasajero en situaciones de crisis, pero nunca ser� una receta de futuro ni una soluci�n. El Magreb no est� tan lejos del Estado espa�ol, y ah� tambi�n se est� probando estas semanas que los pueblos quieren democracia y las dictaduras dif�cilmente se eternizan. Aunque all� Hosni Mubarak a�n sue�e con lograr lo que Francisco Franco s� consigui�: morir en su tierra... y en la cama.
...y vetar tambi�n lo es en Euskal Herria
Si la izquierda abertzale se enfrenta al muro de la ilegalizaci�n construido por Madrid, en Nafarroa se ha encontrado una barricada inesperada y que resulta dif�cil desligar de aqu�l. Aralar, PNV y el mal llamado grupo de �independientes� de Uxue Barkos han hecho pi�a para decretar un veto a la acumulaci�n de fuerzas. No es una ilegalizaci�n, claro est�, pero se le parece por dos cosas. Primero, porque los actuales integrantes de NaBai saben l�gicamente que el veto pudiera tener el efecto colateral de dejar a la izquierda abertzale en Nafarroa fuera del reparto legal -desfigurando de paso su Parla- mento, como pasa hace ya ocho a�os para lucro directo de la derecha espa�olista-. Y segundo, porque obviamente Aralar, PNV y Barkos est�n en su derecho de no querer compartir listas con la izquierda abertzale, pero hoy es el d�a en que contin�an sin decir con qu� parte de su propuesta program�tica de m�nimos discrepan, y ello deja claro que ese veto se ejerce a modo de criterio pol�tico prefijado, sin contenido, porque s�.
Al fin y al cabo, de otro veto, tambi�n del PNV, surgi� NaBai en 2003. Pero que se mantenga en 2011 resulta tan inexplicable que se volver� contra sus autores.