ELKARRIZKETA | MIikel Chamizo, compositor
«La música es una herramienta más que un fin en sí mismo»
Mikel Chamizo (Tolosa, 1980) comenzó su carrera musical en Tolosa, para continuarla después en Donostia. Finalizó el Grado Superior de oboe, pero pronto se dio cuenta de que lo suyo no era interpretar, sino componer. Así, cursó estudios de Composición en Musikene y, con vistas a desarrollar su recorrido musical, se trasladó a Madrid, donde hoy día reside, escribe para este diario y emprende nuevos proyectos musicales.
Ariane KAMIO | DONOSTIA
Mikel Chamizo ha vivido junto a la música desde bien pequeño. Según explica a GARA, su padre le decía que era muy importante ejercitar el cuerpo y el alma, por lo que comenzó a practicar judo para ejercitar el primero, y percusión, para el segundo. Pronto cambió de instrumento y comenzó a fantasear con el oboe. Fue un alumno aventajado en las dos vertientes, pero a los catorce años tuvo que elegir entre uno de los dos, y se decantó por la música. De la Escuela de Música de Tolosa pasó a estudiar al Conservatorio de Donostia, donde consiguió el Grado Superior con el mismo instrumento.
Sin embargo, recuerda que, desde pequeño, lo suyo era la composición, por lo que ingresó en Musikene para cursar los estudios pertinentes. Al día siguiente de finalizar el último examen de su carrera, sin perder más tiempo, trasladó su residencia a Madrid. Su objetivo: desarrollar su carrera como compositor y aumentar su conocimiento dentro del amplio mundo de la música, tanto la clásica como la vanguardista.
Reconoce que ni en Euskal Herria ni en Madrid es fácil emprender una carrera en la composición, pero es consciente de que poco a poco va avanzando en su camino, aunque ello no sea, de momento, su principal fuente de ingresos. Chamizo se dedica a escribir artículos y críticas para este diario y para otras muchas revistas Estatales e internacionales, al tiempo que aborda nuevos proyectos musicales.«He ido haciendo cosas bastante curiosas; compuse temas para un grupo de tecno-pop, trabajé en un centro cultural de la Comunidad de Madrid para la integración de jóvenes con problemas dando clases de hip-hop, he estado tocando el reactable (un sintetizador con forma de tablero que crea sonidos a través del movimiento de unas fichas)... Me he dejado llevar, y he logrado vivir muchas experiencias», explica el tolosarra.
Los tweets musicales
El último proyecto en el que se ha embarcado Chamizo está directamente ligado con internet y, sobre todo, con las redes sociales, como es el caso de Twitter. 150 millones de personas utilizan este mecanismo para comunicarse entre ellos a través del ciberespacio, siempre respetando una de las reglas que impone esta propia red; la de no sobrepasar los 140 caracteres en cada mensaje o tweet que se envía.
El proyecto «365 musical tweets» (http://365musical-tweets.com) es una acción musical. Consiste en publicar, a través de sus cuentas de Twitter (@MikelChamizo y @365MusicTweets), un tweet musical diario, entre el 1 de enero y el 31 de diciembre del 2011. Cada tweet tiene una extensión máxima de 140 notas o acordes, y responde, como ocurre con los tweets de texto, a una idea, ocurrencia, reflexión, vivencia, motivación o noticia que haya captado su atención ese día. «Además de ser un proyecto musical, es un proyecto 2.0, de cómo se puede difundir la música en internet. Los proyectos compositivos son largos, laboriosos, en los que se trabaja despacio y se piensa muchas veces lo que se hace. A veces soy muy impaciente con esas cosas, y con este proyecto lo que hago es reducir todo ese proceso a dos horas. No es una improvisación, pero está a medio camino entre la improvisación y la composición. Lo que me interesa es forzar la máquina, y poner por delante la intención de inmediatez y de comunicación al de excelencia musical. Es decir, utilizar la música como herramienta más que como un fin en sí mismo», dijo.
Se considera un compositor «ecléctico» pero «radical». «Dentro del mundo de la música contemporánea hay mucho radicalismo respecto a una estética y a una manera de componer muy vanguardista. Yo estoy muy aburrido de eso. He tenido mis peleas por esos temas, sobre todo en Musikene, pero en este proyecto utilizo todo el poso de conocimiento que tengo, ya que me gusta todo tipo de música, y lo empleo indistintamente, sin pensar que debería de hacer esto o lo otro de una manera determinada para que suene más contemporáneo», asegura.
Se ve como un compositor «radical» a la hora de defender posturas diferentes, «no la de quien dice que `esta música no vale porque suena de esta manera', sino la radical de defender lo de `todo vale mientras esté bien hecho y haya un sentimiento sincero detrás'».