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Triunfo rojiblanco en San Mamés

Razones para creérselo

El Athletic se aupa a la quinta plaza tras enlazar su cuarta victoria consecutiva. Los rojiblancos firmaron un partido espectacular ante un Sporting que también llegaba lanzado a la cita, pero que jugó en inferioridad desde el minuto 14 por la expulsión de Gregory.

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Amaia U. LASAGABASTER

No ha hecho más que empezar, pero 2011 está siendo un año de ensueño para el Athletic. Ni siquiera el lunar -entre muchas comillas, teniendo en cuenta la entidad del rival y cómo se decidió la eliminatoria- copero empaña la trayectoria de los rojiblancos, que han sumado 13 de los 18 últimos puntos en juego.

Cuatro victorias consecutivas ha enlazado la escuadra bilbaina, una cifra que no lograba desde la añorada temporada del centenario y que le ha permitido pasar de mirar la sexta plaza con deseo a hacerse con la quinta. Con un colchón mínimo de cinco puntos respecto al séptimo puesto y quién sabe con qué desventaja respecto al cuarto -será de apenas tres puntos si el Valencia pincha hoy-.

No es sólo una cuestión de resultados, aunque a fin de cuentas sea la única unidad de medida válida para los objetivos. Es que el equipo, por momentos, parece un desconocido. Para bien. Sólo una acción del encuentro frente al Sporting valió tanto como muchos de los partidos que se han vivido en San Mamés en la última media docena de años: un contragolpe espectacular, poco antes de la media hora, que arrancó con Ekiza robando un balón de forma inmaculada en el área y que pasó por las botas de Iraola, David López, Gurpegi y Orbaiz antes de que Lora frenase en falta a Toquero, a apenas un par de metros del área gijonesa. Una jugada, sí, y ante un rival de la clase trabajadora y en inferioridad numérica. Pero para enlazar esa acción, con la clase, el ritmo y la seguridad con que lo hicieron los rojiblancos, hay que ser capaz de hacerlo y saberse capaz de hacerlo. Tener confianza, en definitiva. Algo que da puntos, aunque a fin de cuentas se trate de una espiral: a mejores resultados, mayor atrevimiento y a mayor convencimiento, más posibilidades de conseguir puntos. Confianza que se ha disparado a la enésima potencia en algunos casos personales.

El problema, siempre tiene que haber alguno, pasa por saber si el equipo será capaz de mantener ese nivel, en todos los sentidos, ahora que el calendario vuelve a llegar con curvas. Cierto es que fue capaz de ganar en un campo complicado como el Calderón y en una de esas situaciones en las que en otros tiempos acostumbraba a pinchar, o que ayer no cayera en el exceso de confianza, sabiendo imponer su racha a la de un Sporting que llegaba igualmente lanzado a la cita, pero es probable que este tramo de la temporada -en poco menos de mes y medio el Athletic se enfrentará a Mallorca, Barcelona, Valencia, Zaragoza, Sevilla, Getafe y Villarreal- establezca definitivamente dónde está el tope de los rojiblancos.

Con partidos como el de ayer, ahora mismo se ve muy alto, aunque no haya que perder de vista el hecho de que el Sporting jugara en inferioridad numérica desde el minuto 14. No es menos cierto que el propio Athletic forzó esa circunstancia con uno de esos arranques a la tremenda que tanto le gustan, y tan buen resultado le dan, en San Mamés. De hecho, los bilbainos podían haberse adelantado al minuto de partido, con una acción de Muniain que peinó Llorente, que entre Toquero y Gurpegi enviaron al fondo de la portería y que Teixeira Vitienes anuló por inexistente falta previa del pitxitxi rojiblanco. O en el diez, cuando el colegiado se comió tres penaltis -sobre Llorente, San José y Gurpegi- clarísimos en la misma acción.

Acción decisiva

Por fortuna, no hubo tiempo para lamentarse. Al filo del cuarto de hora, Gregory cedía cuatro tallas la camiseta de Llorente, veía la segunda amarilla -se había ganado la primera, igualmente clara, apenas dos minutos antes- y, sin discusiones esta vez, David López transformaba el penalti en el primer gol de la contienda.

El Sporting, con el partido muy cuesta arriba, insistía en la táctica que, sin resultado, había probado desde el pitido inicial, frenar el partido. Siguió sin funcionarle ante un Athletic que quería más. Y que lo obtuvo para la media hora. Pudo hacerlo con ese espectacular contraataque que los gijoneses frenaron a duras penas, pero tuvo que esperar la siguiente jugada, igualmente brillante. Esta vez fue una combinación entre Toquero y Muniain, que el gasteiztarra transformó en el 2-0. A punto estuvo Llorente de dejar el partido totalmente sentenciado, si no lo estaba ya, poco antes del descanso, pero su cabezazo se estrelló en la misma cruceta de la portería.

Inmune a la pequeña revolución a la que se vio forzado a introducir Manolo Preciado, la escuadra bilbaina siguió en sus trece a la vuelta de vestuarios. Con protagonismo especial para Muniain -aunque Toquero no anduvo demasiado lejos-, presente en todas las acciones de peligro de su equipo. Incluyendo la que acabó con el definitivo 3-0: Susaeta centró un servicio del navarro para que Llorente empujase el balón.

La tensión desapareció en el último cuarto de hora, lo que estuvo a punto de aprovechar el Sporting para maquillar el marcador. Pero ni siquiera eso pudo hacer el cuadro asturiano ante un anfitrión muy superior, que no habría merecido un resultado más corto.

 

«El equipo siempre ha sido muy ambicioso, aunque hay que seguir trabajando mucho»

Otra tarde sin la más mínima pega para el Athletic, que se congratulaba por juego, resultado y consecuencias clasificatorias. El pleno, en definitiva, aunque Joaquín Caparrós intentaba restar importancia a la quinta plaza en la que dormirá su equipo.

«Estamos muy contentos -reconoció el técnico-. Se ha ganado el partido ante un rival que también venía con una buena racha y se ha conseguido haciendo un buen partido. Hemos estado a un nivel muy bueno, sobre todo en el primer tiempo, generando muchas ocasiones, jugando con velocidad, combinando por bandas, con intensidad... Se han metido tres goles, se han sumado tres puntos más, con muy buena sintonía entre el equipo y la afición... Lo de la clasificación es secundario».

Lo cual no quiere decir que al utrerano no le guste verse en la quinta plaza. Y mejor si es más arriba a final de temporada, aunque insiste en el partido a partido. «Las cuatro victorias nos tienen que dar confianza para el siguiente. Es en lo que tenemos que pensar, en el siguiente partido. Y si seguimos en esta línea, que cada vez vamos cogiendo más confianza, la gente va sacando descaro y colectivamente vamos creciendo, mejor. Pero insisto, quitando Barcelona y Real Madrid, todos los equipos somos racheros. Así que tenemos que trabajar mucho para prolongar la racha, yendo partido a partido pero sabiendo que este equipo siempre, no sólo ahora, ha sido muy ambicioso», subrayó.

No quiere Caparrós, por otro lado, entrar en comparaciones y de ahí que se resista a hablar del «mejor Athletic» desde su llegada al banquillo rojiblanco. «Creo que a veces tenemos mala memoria -aseguró-, pero para estar el año pasado con opciones de entrar en Champions hasta la penúltima jornada o para llegar a una final de Copa, algo tenía que tener el equipo. El equipo ahora está creciendo y cogiendo confianza, en muy buena racha, pero todavía queda mucho que hacer y muchos puntos en juego. Los objetivos se marcan a principio de temporada, pero hay que pasar muchas estaciones y muchos meses hasta conseguirlos». Sí admitió Caparrós, de todos modos, que el equipo ofrece ahora mismo prestaciones que no se habían visto en tiempo. «Los jugadores que tenemos han sido distintos -argumentó-. Lo he dicho siempre, los entrenadores tenemos que intentar sacar el máximo provecho a los futbolistas que tenemos. Qué duda cabe que han ido entrando y madurando jugadores y eso nos hace tener más alternativas».

También ayuda el estado de los jugadores, que el técnico justifica con «el trabajo fortísimo que hacen diariamente», pero también con «el estado emocional. En el fútbol es muy importante y el equipo está en un estado emocional muy bueno ahora mismo, con confianza y con todo el mundo apretando. Pero insisto en que hay que ir piano piano y tener los pies en el suelo».

Pablo Orbaiz, por su parte, se reconoció «muy feliz» por haber alcanzado los 250 partidos en Primera. «No os podéis imaginar la ilusión que me hace. Cada día que salgo al campo es una felicidad y un lujo como jugador y como persona». En lo que respecta a la trayectoria del equipo, el navarro cree que hay que «tener ambición», aunque manteniendo «los pies en el suelo. Hay que tener siempre las miras altas, pero sabiendo siempre que sin esfuerzo ni trabajo no hay nada».

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250 partidos en Primera para Pablo Orbaiz

Pablo Orbaiz, titular ayer ante la ausencia de Javi Martínez, alcanzó los 250 partidos en Primera. En la plantilla sólo le supera Andoni Iraola, con 265, mientras Igor Gabilondo, sin minutos en estas últimas jornadas, se mantiene en los 249.

Urko Vera, cuarto debutante de la temporada

Urko Vera, que saltó al campo a un cuarto de hora del final, debutó oficialmente con el Athletic. Es el cuarto jugador que lo hace esta temporada, tras Igor Martínez, Ibai Gómez y Borja Ekiza.

Carlos Gurpegi no podrá jugar en Mallorca

Carlos Gurpegi vio su quinta cartulina amarilla, por lo que no podrá jugar el próximo lunes en Mallorca. A cambio, Joaquín Caparrós recuperará para la cita a Javi Martínez.

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