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Primera División

El Mallorca les baja de la nube en menos de una semana

Los de Camacho, que tuvieron el partido a su favor a los siete minutos, afrontaron el duelo frente a los isleños con una actitud impropia de quien se está jugando los cuartos en la parte baja de la tabla.

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OSASUNA 1

MALLORCA 1

 

Natxo MATXIN

Vísperas de mucho, días de nada. La victoria frente al Real Madrid acabó pasando factura frente al Mallorca, un choque tan importante como la visita de los merengues, pero que Osasuna encaró de manera bien diferente. Para más inri, los locales ya habían encauzado su compromiso en poco más de siete minutos. Sólo su mala cabeza y el poco compromiso con el que saltaron al verde impidió que se firmara un segundo triunfo casero consecutivo. Dio la impresión de que el trabajo de entre semana -más psicólogico que otra cosa para limpiar la cabeza de posibles vanidades- no sirvió de mucho.

Sólo la escuadra navarra se comportó como se espera de ella cuando ya no había remedio al traspiés que, a medida que transcurría el partido, se veía venir. Lo del Real Madrid fue un oasis del que la plantilla bien poco en positivo ha sabido extraer, ya que, tras lo visto ayer en el estadio iruindarra, ese importante triunfo no ha servido de punto de inflexión para una posible remontada.

Ya lo había advertido el técnico rojillo, José Antonio Camacho, que la intensidad no iba a ser la misma que ante el Real Madrid, y sus jugadores se contagiaron de la máxima del entrenador murciano. Los grados con los que saltó la escuadra navarra fueron inversamente proporcionales a los meteorológicos, en una tarde iruindarra inusual para las fechas en las que estamos.

Sin esa tensión, a Osasuna le valía el hecho de que el rival que tenía enfrente, mermado con un buen número de sensibles bajas, tampoco le apretaba las clavijas, pero por si acaso avisaba. Como Rubén, que no pudo enganchar en el minuto 3 un córner. Fue la antesala del 1-0, que aún adormeció más el encuentro entre ambos contendientes.

Era la primera llegada clara de los locales y el segundo gol de la temporada para Miguel Flaño, tras anotar en Mestalla el 3-2. Con tan poco esfuerzo, los rojillos obtenían un premio que encarrilaba momentáneamente un encuentro muy importante. Pero la diana del defensa de Noain no sirvió para que los anfitriones, con el electrónico a su favor, dieran la puntilla en la primera mitad.

Más bien al contrario, fueron languideciendo a medida que llegaba el descanso. Un letargo del que se vieron obligados a desperarse cuando a falta de nueve minutos para ir a vestuarios Gonzalo Castro despertó a los de Camacho con un tanto de calidad.

Ponerse las pilas

Como suele pasar en estos casos, la grada, tampoco muy motivada por lo que veía sobre el césped, exigió otro talante a los suyos, que se encontraron con la necesidad de ponerse las pilas de inmediato. Pandiani lideró la reacción, con dos oportunidades casi consecutivas, primero con un cabezazo que se le fue arriba (m.39) y después con un tiro al larguero (m.40).

De un duelo prácticamente encauzado, Osasuna pasaba a complicarse la vida de mala manera y volver a las andadas de las recientes jornadas. Público y marcador le demandaban mayor esfuerzo, como no podía ser de otra forma en un choque de la máxima categoría.

Sin embargo, sólo se consiguió que el equipo terminara por aturullarse más todavía tras el obligado reposo y que el oponente acabara por creérselo. El Mallorca jugaba con sosiego el balón en el campo rojillo, a diferencia de una formación local que ahora no sabía encontrar el camino hacia Aouate, entre la precipitación y la torpeza.

El envite había entrado en una posición de stand-by en la que los bermellones, que venían de tres derrotas consecutivas, se encontraban seriamente cómodos. Hasta que hubo movimiento en el banquillo osasunista y Camacho puso en liza a Vadocz y Calleja, Más que por aportación personal de ambos, la escuadra navarra notó la ausencia de Coro y Soriano, que pasaron desapercibidos. Más a base de arreones que de criterio constructivo, se buscó achuchar a un enemigo que, a esas alturas del partido, ya había buscado su posición más favorable sobre el campo.

Dominio sin ocasiones

El dominio no se tradujo en ocasiones, a diferencia de una primera mitad repleta de lances peligrosos por ambos contendientes, pues lo más destacado fue un disparo arriba de Pandiani y un remate flojito con la testa de un Aranda, que ayer no fue el de hace una semana. Con los isleños perfectamente pertrechados en su zona y buscando la salida rápida de Nsué, a Osasuna sólo le quedó el recurso del balón largo y los corners.

Pese a tan exiguo armamento para asaltar el castillo bermellón, incluso la suerte pudo volver a estar del lado osasunista si Leka, que salió en el 83, hubiera estado un poco más vivo en el segundo palo cinco minutos después tras un tiro de Pandiani que salió excesivamente cruzado. Quizás demasiada recompensa para los méritos acumulados.

Al final, los de Camacho desaprovecharon una oportunidad de oro para haber encadenado dos triunfos consecutivos, algo que no ocurre desde hace un año, y colocarse en una posición de bastante mayor desahogo. En apenas seis días, la afición rojilla se ha visto obligada a despertarse del sueño que supuso la comentada victoria frente al Real Madrid.

Camacho: «Sabíamos que esto iba a ocurrir, pese a que teníamos una ocasión de oro»

El técnico rojillo, José Antonio Camacho, se lamentó de la oportunidad desperdiciada por los suyos para conectar un segundo triunfo, lo que les hubiera valido para dar un salto cuantitativo en la clasificación. «Sabíamos que esto iba a ocurrir, pese a que teníamos una ocasión de oro para hacer algo importante, pero por lo menos hemos sumado», se consoló.

Reconoció que su equipo «regaló minutos, sobre todo al principio; en ese momento nos ha faltado intensidad y ritmo. Si los hubiéramos tenido como en la última media hora, seguro que el resultado habría sido bien diferente». El preparador murciano, que volvió a apelar a su manida dosis de fortuna, admitió implícitamente que no había sabido contagiar a sus hombres de la importancia del choque. «Desde el primer día dijimos de no hablar del Madrid, pero ha sido imposible evitarlo», se justificó.

En cualquier caso, el míster rojillo sacó pecho sobre el bagaje de puntos total conseguido en este último tramo casero. «Si hace una semana hubiéramos dicho que íbamos a sumar cuatro puntos, no habría muchos que hubieran apostado por ello», indicó.

Por su parte, el discurso del entrenador del Mallorca, Michael Laudrup, fue bastante más acorde a lo visto. «Con ojos neutrales, el encuentro ha sido flojo si lo analizamos desde el punto de vista técnico, pero a nosotros lo que nos importaba era sumar y lo hemos conseguido», afirmó.

N.M.

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