Como se pueden imaginar, la prensa de ayer rebosaba de referencias a la nueva marca electoral de la izquierda abertzale.

La alocución de Rufi Etxeberria e Iñigo Iruin fue desmenuzada e interpretada por decenas de comentaristas para justificar la posición editorial de su medio. Para eso les pagan.

Resulta difícil hacerse eco de todas las reacciones. Por eso me quedo con una.

Carmen Gurruchaga, en «La Razón» advertía que «la puesta de largo de los nuevos estatutos que la izquierda abertzale pretende convertir en aval para concurrir a los comicios municipales, contienen frases que suenan bien, pero que no pueden desviar la atención de los demócratas tanto como para no ver que falta lo más elemental: la condena a ETA y la exigencia de su desaparición».

La explicadora de la derecha extrema se felicita por la proscripción de los derechos de cientos de miles de vascos: «Por suerte, hace una década, la Justicia sentenció que todo el entramado era el mismo perro (ETA) con distintos collares y Europa lo corroboró». Y, a modo de aval, pone su propia historia personal: «Quienes llevamos años en esta profesión hemos escuchado la misma cantinela de ayer a Esnaola, Montero, Zabaleta e incluso Iruin, entre otros. También entonces hablaban del reconocimiento y reparación de `todas las víctimas de las múltiples violencias' habidas en Euskadi». Repasen las cosas que escribía Gurruchaga en aquellos años. ¡Se mondarán de risa!

En relación a la posición del nuevo partido ante la organización armada vasca, Gurruchaga sentencia que «antes estaba prohibida la doble militancia. Como táctica para evitar detenciones entre los `políticos' quien `trabajaba' en ETA no podía hacerlo en HB y viceversa». Pues debería explicar por qué sostiene con tanto énfasis que ETA y Batasuna son la misma cosa. Se contradice.

Y para concluir, dicta sentencia: «mientras exista ETA, Batasuna no puede ser legalizada. Si quiere ser creída que esté un tiempo a prueba; el suficiente para comprobar si se trata de una apuesta sincera por las vías exclusivamente políticas o es otra estratagema para poder concurrir a los comicios de mayo con todo lo que representa». Le tienen pavor a las urnas.