Raimundo Fitero
Merecimiento
Los debates se plantean con la intención de esclarecer, aunque se empiece por un título bastante tendencioso, «Nos merecemos la televisión que tenemos?» Sucedió en La 2, y era un debate con personas casi todas muy entendidas en la materia, que procuraron no gritar, no hablar uno por encima de otro, argumentar, situarse en el territorio de las ideas y las reflexiones y no insultar. Su primer mensaje positivo fue recordar que es posible hablar en televisión sobre asuntos que nos puede interesar a un número determinado de telespectadores, hacerlo con criterios, contradecirse, apurar argumentos y salir con la cabeza llena de nuevas preguntas que es la mejor manera de responderse al vacío intelectual que nos llevan políticos, filósofos de pega y tertulianos de bando partidista, o sea de núcleo económico.
Está claro que se plantea la pregunta de inicio porque se considera que hay una televisión mala, perversa, basura, que no se la merece nadie, peor que su simple existencia nos refleja. Es una sensación bastante extendida sobre la mala programación existente en la televisión, pero si nos atenemos a los resultados de audiencia, a la realidad, cuando hablamos de la televisión hablamos de los otros, como si nosotros solamente viéramos los documentales de La 2, para seguir con el tópico instalado, pues resulta que tienen una audiencia muy baja, la que más en sus horarios de emisión.
Tiene razón, en este sentido, Víctor Amela, uno de los participantes, al señalar que se trata de una herencia intelectual europea errónea, al pedirle a la televisión unos valores que no necesa- riamente debe cumplir. No hablamos, por ejemplo, de los libros basura, que los hay y a toneladas, ni de la música bazofia, ni del cine petardista y bajo nivel artístico. Le pedimos al invento demasiado. Y lo curioso es que mirando bien la parrilla, hay de todo, entretenimiento, debate, información (en este apartado sí que encontramos basura de la más pestilente), conocimiento, divulgación científica, música, cine, de toda índole, fútbol, otros deportes. Por tomar una primera postura, la televisión puede mejorar, pero responde a la sociedad que la produce y la consume. Seguiremos.