Martin Garitano Periodista
Guardo un libro
La Fiscalía y la Abogacía del Estado exigen ahora a Sortu que «repudie el terrorismo pasado de ETA» si quiere ser legal. La dependencia orgánica de ambos respecto del Gobierno indica a las claras que el PSOE ha optado por afrontar el nuevo tiempo político con la mirada fija en el retrovisor y no mirando hacia delante.
Se equivocan una vez más el Gobierno español y su máximo representante, José Luis Rodríguez Zapatero. Porque aquí todo el mundo tiene un pasado y no es precisamente la izquierda abertzale la que, llegado el caso, tendrá que entonar la letanía más larga de los mea culpa. No lo duden.
Y se equivoca, sobre todo, porque la decisión de la izquierda independentista es tan sólida y firme que no se va a desmoronar por las condiciones imposibles o las triquiñuelas de picapleitos que puedan intentar Cándido Conde-Pumpido y compañía.
No alcanzar a comprender que ya no vivimos el tiempo de los regates en corto ni las apuestas de los trileros, acredita la cortedad de miras de un Gobierno y un partido paralizados por el pánico a las encuestas. Estas son excusas, no razones.
El movimiento independentista ha diseñado una estrategia de futuro, con la mirada fija en la constitución de un Estado vasco desde la izquierda. Y lo ha hecho sin reescribir la Historia ni obsesionarse con los agravios. Lo ha hecho, además, desde la propia voluntad.
Es posible que sea precisamente todo eso lo que les falta a Zapatero y al PSOE: Respeto a la Historia, libertad para tomar decisiones y voluntad de avanzar. En este terreno el Partido Popular no le va a la zaga, lastrado por la connivencia de sus jerarcas con la tiranía de los cuarenta años. Aquí nadie engaña a nadie.
Es tiempo de mirar adelante, de sumar voluntades y de abrir espacios para la libertad. Es tiempo, pues, de ilusión para los que queremos ver, antes que tarde, una Euskal Herria libre, independiente y socialista. Y tengo la convicción de que somos muchos más de los que algunos quisieran.
Pero si se empeñan en mirar hacia atrás, sepan que guardo como un tesoro un ejemplar de «Operación Ogro», editado por Ruedo Ibérico, en el que Iker, José, Mikel y Jon narraban la ascensión de Carrero Blanco. ¿Qué quieren? ¿que queme el libro? Pues va a ser que no.