Esta vez no hubo chorreo, pero el Barcelona volvió a ganar. Los de Xavi Pascual tuvieron que arremangarse y sudar para derrotar al Real Madrid en un duelo feo pero emocionante y con destellos de calidad. Todo eso, con Ricky Rubio muy mal -aparte de no estar en el partido, sufrió un pequeño esguince que no le impidió seguir jugando- y Navarro, muy bien defendido, desquiciado, por Prigioni.

Pero el cuadro de Xavi Pascual tiene recursos de sobra, y ayer, aparte de un innegable derroche físico de sus componentes, no fueron otros que Víctor Sada y Alan Anderson quienes dieron un paso al frente. El ex jugador del Maccabi fue el máximo anotador con 19 puntos y se alzó con el galardón de MVP, tras marear a Suárez y Tucker. Mientras, el base badalonés lanzó poco, pero con acierto, y reboteó y asistió de maravilla, siendo en muchos minutos el guía de un Barcelona al que no le importó no vestir de etiqueta.

Por su parte, al Real Madrid le faltó algo. Quizá un poco más de fondo de armario o que Llull y Reyes dieran un paso adelante. Prigioni secó a Navarro -como suena-, Tomic y Mirotic mostraron a ratos lo buenos que pueden llegar a ser, Tucker dio buenos puntos a su equipo, igual que Suárez, que además peleó como un león por cada rebote, y Sergio Rodríguez mantuvo vivo al Real Madrid en un nuevo cuarto final muy bien jugado. Los de Messina hicieron bien los deberes y pudieron vencer -de hecho, ganaron en cuanto a valoración por 67-63-, pero flojearon durante unos pocos minutos entre el tercer y el último cuarto, y la final se les fue por esa rendija.

Tres triples claves

La final se empezó a romper en el tercer período, después de llegar al descanso con empate a 30. El Real Madrid ganaba 34-33 y recibió un parcial de 4-11, entre ellos tres triples, uno de Navarro -su primera canasta, un tiro con suspense tras botar en el aro- y dos de Lorbek al contraataque. A partir del 37-44, los de Xavi Pascual se serenaron, y con el dúo Sada-Anderson en la punta de lanza, supieron jugar con la ventaja.

Sergio Rodríguez y Tucker hicieron que el Real Madrid aguantara el tirón, pero el Barcelona ya tenía a otros secundarios dispuestos a anotar. Hombres como Grimau, Ndong o «el hombre tranquilo» Morris aportaron su granito de arena. Unido a una gran labor en defensa y al dominio reboteador, la renta barcelonista se estiraba hasta los 15 puntos: 49-64.

Una vez más el Chacho Rodríguez lideró la reacción blanca, logrando un parcial de 7-0. Podía cundir el nerviosismo en el seno culé, pero Navarro -también con suspense- volvió a emerger con una «bombita» para sellar el triunfo culé.