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Movimientos en el escenario político vasco

El Grupo de Contacto trabaja ya para facilitar y agilizar un proceso de paz

El Grupo Internacional de Contacto, compuesto por expertos en derechos humanos, resolución negociada de conflictos y reparación de los daños habidos, trabaja ya en Euskal Herria para promover y agilizar un proceso de paz. Tres de sus cinco componentes se reunieron ayer en Bilbo respondiendo al llamamiento realizado por el abogado sudafricano Brian Currin. Hoy ofrecerán públicamente detalles de su misión y del calendario de actuaciones que han previsto.

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Iñaki IRIONDO | GASTEIZ

Pierre Hazan, Nuala O'Loan y Raymond Kendall están ya en Euskal Herria trabajando en la puesta en marcha del Grupo Internacional de Contacto, auspiciado por Brian Currin, del que también forman parte Silvia Casale y Alberto Spektorowsky, que no pudieron acudir a esta primera cita por problemas de agenda.

Reunidos en Bilbo, ayer comenzaron a preparar su trabajo y calendario con el objetivo de promover, agilizar, facilitar y posibilitar el logro de la normalización política en Euskal Herria. Hoy ofrecerán una rueda de prensa en la que informaran de los próximos pasos previstos en su agenda.

Dos de los integrantes de este Grupo de Contacto Internacional son firmantes de la Declaración de Bruselas. Se trata de Nuala O'Loan, que fue defensora del Pueblo del Norte de Irlanda en materia policial, y Raymond Kendall, que ocupó el cargo de secretario general de Interpol entre 1985 y 2000.

La presencia de Kendall fue destacada ayer en las noticias ofrecidas en las ediciones digitales de diversos medios que no le prestaron tanta atención cuando suscribió la Declaración de Bruselas, hace ahora un año.

La composición del Grupo Internacional de Contacto, en la que ha trabajado en los últimos meses Brian Currin, muestra la intención de contar con personas muy preparadas en las distintas materias que han de abordarse en cualquier proceso de superación de un largo conflicto político y armado.

Por ejemplo, el propio Kendall, que todavía tiene el cargo de secretario general honorario de Interpol, es un experto en materia de seguridad y fuerzas policiales. Y, como ya se ha mencionado, Nuala O'Loan fue defensora del pueblo en materia policial en el norte de Irlanda, lo que le llevó a investigar casos de abusos policiales.

Tortura y verdad

Pierre Hazan, que también se encuentra en Bilbo, es periodista y profesor universitario que da clases sobre justicia transicional en Ginebra y París. Judío de Oriente -nacido en Egipto en 1956, en plena guerra del Canal de Suez-, es especialista en materia de justicia criminal internacional y comisiones de la verdad, habiendo sido premiado por alguno de su trabajos. Su defensa de la protección de los derechos humanos le ha llevado a colaborar con la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para esta materia.

También en el ámbito de la búsqueda de la verdad ocultada ha trabajado la criminóloga inglesa Silvia Casale, que desde hace mas de veinte años es miembro de la Comisión de Revisión de Sentencias en el Norte de Irlanda. Ha sido presidenta del Comité Europeo para la Prevención de la Tortura entre 2000 y 2007, año en el que pasó a ser la primera presidenta del Subcomité de la ONU, cargo que ocupó hasta 2009.

Hazan y O'Loan tienen una amplia experiencia en conflictos internacionales. El primero de ellos ha cubierto procesos como los de Balcanes y la región de los Grandes Lagos en África. O'Loan es en la actualidad embajadora de Irlanda para la resolución de conflictos y enviada especial para Timor Leste.

Experiencia en negociaciones conflictivas tiene también Alberto Spektorowski, profesor de Ciencia Política en varias universidades de EEUU e Israel. Fue colaborador del ministro Shlomo Ben-Ami y formó parte de su equipo durante la negociaciones de paz de Camp David, en julio de 2000.

La legalización, en la agenda

Los miembros del GIC ofrecerán hoy los detalles sobre su trabajo en los próximos meses. Cuando Brian Currin anunció el pasado mes de noviembre la creación del grupo, explicó que entre sus objetivos se encontraría el de «promover, facilitar y posibilitar la legalización de la izquierda abertzale», una cuestión de candente actualidad.

Además, estas personalidades, desde su experiencia, se proponen «alentar medidas que generen confianza, tales como superar las medidas especiales que restringen la actividad política y adaptar la política penitenciaria a la nueva situación política transformada».

Se proponen también «animar y asistir a los partidos, en la medida que sean requeridos, con la preparación y desarrollo de una agenda para el diálogo político». Más concretamente, el GIC tiene entre sus objetivos «alentar, facilitar y posibilitar, en la medida que sean requeridos por los partidos, el diálogo y la negociación multipartita, sin condiciones y sin un resultado predefinido, sujeta a los Principios Mitchell. El objetivo del diálogo y la negociación multipartita sería alcanzar un acuerdo inclusivo para superar el conflicto político». Y se ofrecen para «mediar en caso de bloqueo» siempre «a petición de las partes».

Hoy se conocerán cuáles serán los primeros pasos que el Grupo Internacional de Contacto anuncie públicamente en este terreno, con la esperanza de «generar confianza en la sociedad» en que es «ciertamente posible» la puesta en marcha de un «proceso de paz exitoso».

Una presencia incómoda para el Estado español

El Gobierno español y también el de Lakua, así como el PSOE y el PP, siempre se han mostrado contrarios a la presencia de personalidades internacionales, auspiciada por Brian Currin, en la resolución del conflicto que afecta a Euskal Herria. La Declaración de Bruselas fue recibida con silencio en Madrid y con evidente distanciamiento y frialdad por el PSE. Pero en la medida de que las labores de Currin fueron adquiriendo mayor relevancia y notoriedad, las muestras de hostilidad fueron haciéndose palpables, hasta el punto de llegar al insulto, como hizo Antonio Basagoiti.

En la situación actual, quizá la reacción pueda ser otra. El portavoz parlamentario del PNV, Joseba Egibar, expresó ayer su esperanza en que quienes, en su día, «mostraron cierta resistencia a entrar a entender, comprender y compartir los trabajos» que el Grupo Internacional de Contacto (GIC) puede ir desarrollando, muestren ahora «otra receptividad».

En declaraciones a Info7 Irratia, el dirigente jeltzale censuró las «críticas y descalificaciones injustas» sufridas por Brian Currin hasta la fecha. Cabe recordar que, además de insidiosas campañas en prensa sobre la financiación de sus trabajos, Basagoiti llegó a acusarle de «mercenario del proceso» y de «lucrarse con el dolor de los demás».

Frente a este tipo de declaraciones u otras realizadas desde el Gobierno español en contra de la participación internacional, Egibar desea que «aquellas formaciones políticas, instituciones o agentes» que, con anterioridad, «mostraron cierta resistencia a entrar a entender, comprender y compartir los trabajos que se puedan desarrollar, en este momento muestren otra receptividad».

Ahora, a su juicio, llega la fase de «agilizar y posibilitar el logro de la normalización política». «A partir de ahí comenzará su trabajo, un trabajo de promoción, de facilitar y posibilitar el que la izquierda abertzale tenga esa ficha legalizada, y va a promover una serie de medidas», adelantó.

Por su parte, la consejera de Empleo del Gobierno de Lakua, Gemma Zabaleta, manifestó respecto al GIC que «en última instancia nadie puede aportar demasiadas cosas» al proceso, aunque sí valoró positivamente el paso dado por la izquierda abertzale, que, a su juicio, merece un reconocimiento. GARA

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