El líder de Hizbulah, Hassan Nasrallah, advirtió ayer de que si se produce una nueva agresión israelí contra Líbano pedirá a sus combatientes que ataquen Galilea, en el norte de Israel, y destruyan sus infraestructuras.

«He dicho a los combatientes de la resistencia (Hizbulah) que estén preparados para el día en el que Israel imponga una nueva guerra en Líbano, y les pediré tomar Galilea», dijo Nasrallah en una videoconferencia, transmitida por televisión.

El clérigo chií agregó que «Israel sabe que la resistencia es capaz de destruir sus infraestructuras» y, por ello, «prepara a su pueblo construyendo nuevos refugios».

En su discurso, insistió en que Hizbulah no tiene «un proyecto de guerra sino de defensa de sí mismo», informó Efe.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, le recomendó que «se quede en el búnker».

El jefe del grupo chií agregó que «la estabilidad en Líbano desde 2000 se debe a la Resistencia, que es una garantía para lograr la justicia, la estabilidad y la paz», porque «la justicia internacional no ha traído la paz» al país, en alusión al tribunal de la ONU encargado de investigar la muerte en 2005 del ex primer ministro Rafiq Hariri, cuya acta de acusación se prevé apunte a miembros de la resistencia chií.

Al respecto, dijo que la muerte de Hariri «ha tenido y sigue teniendo consecuencias en Líbano y en la región» y que todos quieren «conocer la verdad y que haya justicia».

Buques de guerra

Por su parte, el ministro de Exteriores israelí, Avigdor Lieberman, indicó ayer que Irán tenía previsto enviar anoche dos buques de guerra al Mediterráneo a través del Canal de Suez, lo que consideró una «provocación».

«La comunidad internacional debe comprender que Israel no puede ignorar estas provocaciones eternamente», amenazó el jefe de la diplomacia sionista en un discurso en Jerusalén.