«Hostoak» busca romper con las fronteras que dividen la danza, el canto y la música
El Kursaal acoge hoy el estreno de «Hostoak», un proyecto que combina, danza, música y voz; vanguardia y tradición. Oreka Tx pone la música a golpe de txalaparta y «tututófono». La voz corre a cargo de Amaren Alabak y Kukai, con Jon Maia de coreógrafo, se encarga de la danza. Al final, el espectáculo cuenta con veinte personas sobre el escenario y otras diez en bambalinas. Donostia ha sido escogida para el estreno, pero «Hostoak» viajará por las siete capitales.Aritz INTXUSTA | DONOSTIA
Igor Otxoa, de Oreka Tx, dice que el germen de «Hostoak» no fue un proyecto de espectáculo concreto, sino más bien «las ganas que teníamos de trabajar unos con otros, porque creemos que tenemos un concepto bastante parecido de hacer arte contemporáneo bebiendo de la tradición». Otxoa se refiere a Kukia, Amaren Alabak y Oreka Tx, las tres compañías que han hecho posible «Hostoak», un montaje de unos 80 minutos en las que se combinan las especialidades escénicas de danza, música y canto, y que llega esta noche al Kursaal de Donostia.
Orquestando esta fusión de géneros se encuentra Mireia Gabilondo, que comparte las labores de producción con Otxoa. «Es la primera vez que trabajo con Amaren Alabak; con Kukai había elaborado dos o tres espectáculos y también con Oreka Tx. La combinación ha resultado potente. Nos ha permitido romper fronteras entre disciplinas. Hemos hecho cantar a los bailarines y dibujar danza con las makilas a las chicas de Amaren Alabak y a los palos de los Oreka», señala Gabilondo. Al parecer, esta fusión (o confusión) de géneros para crear un peculiar híbrido ha tenido éxito. En Bilbo «Hostoak» se ha catalogado como concierto y, en Iruñea, como danza.
Otxoa y Gabilondo han querido dar al espectáculo «un toque de fiesta, que anime a la gente a bailar, a participar del espectáculo y que se sienta parte». Para ello, los directores de «Hostoak» han tendido puentes para aunar tradiciones de Hegoalde e Iparralde en busca de la misma raíz cultural. El único idioma que comprenden todos los que participan en la obra es el euskara. El volumen y ambición de «Hostoak», un proyecto en el que están implicados unos 30 artistas, ha complicado los ensayos generales. Era difícil reunir a todos. Pese a ello, el espectáculo cuenta con un componente importante de improvisación. Nadie sabe exactamente cuánto dura y tampoco cuántas piezas se tocan, puesto que las canciones se van hilando unas con otras generando espacios de libertad para los intérpretes.
Otro punto innovador de la obra hay que buscarlo fuera del escenario. Varias cámaras toman imágenes del espectáculo para proyectarlas sobre el fondo en tiempo real. Sobre estas imágenes, se jugará generando texturas y atmósferas en directo a través de pinturas o productos como el aceite o la leche.
Jon Maia, de Kukai, comenta que en «Hostoak» han viajado un poco a los orígenes de la compañía, entregada desde hace un tiempo a piezas más contemporáneas. «Hemos conseguido algo muy agradable de ver a partir de las reflexiones sobre tradición y modernidad que compartimos todos».
El concepto de «Hostoak» es el de un gran árbol, que hunde sus raíces en la tradición, y que se ha cubierto de hojas. «Cada una de las hojas es distinta, aporta un matiz o una sensación. Esto nos permite a las tres compañías saltar de la fiesta a la reflexión, para abordar a lo largo del espectáculo temas tan diversos como el amor, la naturaleza, las relaciones entre los herrialdes y el dolor de la pérdida del euskara», explica Gabilondo. Por su parte, Maia, coreógrafo de la obra, afirma que las tres compañías serían la «savia de ese árbol» que «extiende sus ramas hacia el futuro».
Pastoral, danza y txalaparta
De las tres compañías que participan en «Hostoak», quizá la menos conocida en Hego Euskal Herria sea Amaren Alabak, y esto la convierte, a priori, en la más interesante de cara al estreno. Se trata de seis jóvenes del norte del país que han innovado sobre las pastorales zuberotarras incorporando nuevas técnicas vocales, pero sin perder esa faceta de teatralidad que identifica la raíz de la que se nutren.
Kukai ha viajado por medio mundo con sus espectáculos de danza contemporánea en la que reivindican los bailes propios. Su Max a espectáculo revelación en 2009, acredita el buen hacer de estos dantzaris.
Por su parte, Oreka Tx se ha caracterizado por sus ganas de romper las disciplinas e innovar a partir de un instrumento tan primitivo como la Txalaparta. El documental-espectáculo «Nomadak» ha supuesto, hasta ahora, su proyecto más ambicioso.
«Hostoak» se llevará a las siete capitales: Baiona (25 de febrero), Iruñea (26 de febrero), Bilbo (16 de marzo), Gasteiz (31 de marzo), Donibane Lohizune (11 de agosto) y Maule (1 de octubre).
Oreka Tx descartó en el último momento utilizar el «tututófono» en la gira de Nomadak, por resultar demasiado voluminoso. Se trata de un instrumento que impresiona, elaborado con tubos que parecen de obra. Se toca con paletas de ping-pong.