Entrevista
«Nuestra oferta apostará por la unidad abertzale y representaremos la ilusión»
Presidente de EA en Nafarroa
A un político tan joven como Maiorga Ramírez (Tafalla, 1976) le ha tocado afrontar una situación realmente compleja y desconocida para EA, que llevaba dos décadas de singladura tranquila y estable en Nafarroa. Tras ser arrojado fuera de NaBai, el partido no pierde tiempo y prepara ya una opción electoral fuerte para un tiempo que remarca varias veces que es histórico.
Ramón SOLA
Las cicatrices de la ruptura de NaBai están aún frescas, pero EA mira al futuro. Maiorga Ramírez asegura que lo hace con músculo suficiente como para representar la «ilusión» en las próximas elecciones. Y más allá, para buscar la unidad abertzale y la confrontación con el Estado.
La secuencia final ha sido extraña. Horas después de que se mostraran dispuestos a seguir en NaBai, sus socios elevaron el listón y les exigieron romper con la izquierda abertzale. ¿Qué es lo que pretendían: condicionarles, humillarles, echarles...?
Hemos llegado a la conclusión de que Aralar y PNV tenían la decisión tomada. Sólo buscaban forzar una posición que fuera inasumible para EA desde un mínimo de dignidad. Nosotros habíamos flexibilizado al máximo nuestra postura, sobre la base de priorizar el cambio político y la confrontación con la de- recha foral y española. Y la prueba de todo ello son las flagrantes contradicciones en las que está cayendo Aralar.
¿Cuáles?
Considera que acuerdos independentistas y comprometidos con las vías pacíficas son contradictorios con Nafarroa Bai, pero no considera contradictorios con NaBai los acuerdos del PNV con Rubalcaba. Y el súmmum del absurdo -y esto Patxi Zabaleta se lo tiene que mirar- es que después de usar contra EA los acuerdos con la izquierda abertzale, invite a ésta a una fusión. Eso es de siquiátrico.
¿Creen que hubo premeditación en jugadas anteriores como el registro de la marca de NaBai por parte de Aralar?
Txentxo Jiménez dijo una vez que no usurparían la marca NaBai, pero que tampoco permitirían que nadie la usurpara. Ahora cobra sentido todo. Es algo que hicieron con alevosía y nocturnidad, pero sería un absoluto fraude pretender disfrazar una coalición PNV-Aralar bajo la sigla de Nafarroa Bai.
¿Cómo se entiende que se intente vetar a la izquierda abertzale justo en este momento? ¿A qué lo atribuye?
PNV y Aralar son conscientes, como el resto de la sociedad, de que estamos en un fin de ciclo, y están empeñados en repartirse la herencia para entrar en un nuevo ciclo con las bodegas llenas. Pero ésa es una actitud verdaderamente perdedora. Estamos en un momento de gran calado histórico, y quien pretenda actuar como si fuera un periodo normal va a cosechar el rechazo de una sociedad que aboga por el cambio político, la normalización y la paz. Para eso hay que anteponer el país a los intereses partidistas.
¿Qué les diría a los abertzales de Nafarroa que se sientan decepcionados por todo esto?
Que nuestra oferta electoral va a apostar claramente por la unidad entre abertzales, por anteponer el cambio político a los intereses partidistas, y que esperamos concitar la adhesión de todos aquellos que consideran que se dan las condiciones para que actuemos como equipo. Vamos a representar la ilusión que hemos generado algunos partidos con nuestro compromiso.
Cuando EA habla de los acuerdos del PNV con Rubalcaba, ¿cree que hay algo concreto referido a Nafarroa que haya podido desencadenar este veto?
Yo no sé si en sus acuerdos con Rubalcaba Urkullu ha podido comprometer la ruptura de Nafarroa Bai. Lo que sí sé es que los acuerdos de UPN con el PSOE llevaron a UPN a romper con el PP. Puede ser... Algún motivo debe haber, porque la irresponsabilidad política de calado histórico de unos partidos abertzales que dan la espalda a las posibilidades de unidad de acción y de cambio político es escandalosa.
¿Hay algún vértigo en EA ante el nuevo escenario? De entrada, están ustedes abocados a cambiar de planificación electoral...
Es cierto que hasta el momento nos hemos volcado en Nafarroa Bai, hemos aportado la columna vertebral organizativa de NaBai. Y en estos momentos estamos ya iniciando el camino de un proyecto político propio, abierto, defensor de los valores de la colaboración entre abertzales... Todo cambio de dinámica requiere un esfuerzo. Pero salvo alguna excepción que confirma la regla, EA tiene músculo suficiente para abordar esta nueva fase política.
Incide en que la estrategia de EA es buscar la unidad abertzale. Cabe pensar que Aralar y PNV seguirán intentando un acuerdo con el PSOE. Usted estuvo en las negociaciones frustradas de 2007. ¿Cree que eso aún es factible, es viable?
El PSN acaba de vetar las candidaturas municipales de Zizur, Atarrabia y Altsasu. Son precisamente las que más disposición habían manifestado para colaborar con los abertzales, por lo que parece claro que van a seguir colaborando con la UPN de Yolanda Barcina. No obstante, creemos que la coalición PNV-Aralar está haciendo aflorar algo más de fondo: la maduración del concepto de que quizás NaBai deba evolucionar hacia una especie de «UPN vasquista», desgajada del resto del país, algo con lo que en EA no estamos de acuerdo. Ese viraje es muy perjudicial para el país.
En cualquier caso, y vista la situación, ¿estamos abocados a cuatro años perdidos más para el cambio en Nafarroa?
Yo creo que es momento de que actuemos como pueblo, como equipo. La izquierda abertzale ha dado pasos de gigante en este sentido. Es cierto que tenemos elecciones en mayo, pero en marzo próximo también, y en 2013 al Parlamento de Gasteiz... No podemos esperar a que todos los semáforos estén en verde para echar a andar, y al mismo tiempo tampoco hay que tener prisa. Puede ser que el ritmo institucional y el estratégico no confluyan, pero el carril importante es el estratégico, el de generar el equipo que confronte con el Estado. Y en eso no se van a perder cuatro años.
Y a nivel técnico, ¿va a ser sostenible para EA seguir en ciertos órganos de NaBai?
Se dan situaciones kafkianas. Resulta que la candidata al Ayuntamiento de Iruñea [Uxue Barkos], que ha colaborado para echar a EA, es quien nos representa como diputada en Madrid. Resulta que la sede de NaBai va a ser el foro de trabajo de nuestros adversarios electorales. Pero no sólo eso, de NaBai salen para estas elecciones tres proyectos: IUN-Batzarre, PNV-Aralar y nuestro proyecto de colaboración entre abertzales. Lo lógico, por tanto, sería que nadie intentase usar el nombre de NaBai en estas elecciones.
EA ha dejado claro que es pronto para hablar de posibles confluencias con la izquierda abertzale, ¿pero cuál es su hoja de ruta general para las elecciones de mayo?
Hay que tener en cuenta que no hace ni una semana que se consumó la expulsión de EA, por lo que tenemos que afinar el proyecto electoral. En cualquier caso, será un proyecto comprometido con la colaboración entre abertzales, también lógicamente con la izquierda abertzale, desde el respeto a todos, con vocación de colaboración. Hay que analizar las posibilidades reales que se dan, también con las personas que se han sentido totalmente frustradas con PNV y Aralar y que están tocando a nuestra puerta para colaborar con un proyecto de unidad de fuerzas.
Concretando más, ¿el programa de EA se va a basar en el acuerdo estratégico con la izquierda abertzale y en el decálogo que consensuaron en Nafarroa?
El decálogo puede convertirse en un punto de partida para ese encuentro del que hablo. Es algo que cualquier abertzale debe poder asumir y hacer suyo.
Desde que NaBai empezó a encallar ha habido más hechos que les pueden facilitar el camino. Ha nacido Sortu...
Sobre EA se vertieron muchas críticas, y muchas de ellas ofensivas, tras la firma del acuerdo “Lortu Arte”. Hoy vemos que están quedando en el más absoluto de los ridículos, porque se está evidenciando con hechos que la nueva fase política, en la que EA ha puesto toda la carne en el asador, va a venir. Y va a estar caracterizada por la paz, la acumulación de fuerzas y la confrontación democrática con el Estado. El tiempo y los hechos están reconociendo nuestro esfuerzo. Sabíamos que eran tiempos para anteponer el país a las codicias partidistas. Y es evidente que eso está dando sus frutos.
¿Se puede decir que ahora hay más coincidencia ideológica entre EA y la izquierda abertzale que entre PNV y Aralar?
Aralar tiene un problema absoluto de definición. Que una persona con la capacidad de perspectiva histórica del señor Zabaleta busque refugio ahora en el PNV no se corresponde ni con lo aprobado en el Congreso de Aralar ni con su postulación estética como partido de izquierdas. Nosotros seguiremos nuestro camino por el acuerdo estratégico con la izquierda abertzale y Alternatiba. No han querido acompañarnos.
Dicho de otro modo, ¿ahora se sienten más cómodos con la izquierda abertzale de lo que lo han estado con Aralar y PNV en NaBai?
No entramos en ese tipo de planteamientos. Lo cierto es que en el seno de NaBai hemos tenido que soportar muchas situaciones realmente desagradables por anteponer el cambio político y la unidad entre abertzales. ¿Que ahora es más sencillo colaborar con la izquierda abertzale? Habrá que verlo y estudiarlo. R. S.