Revueltas en el mundo árabe
Los comités revolucionarios amenazan con una respuesta violenta en Libia
GARA | TRÍPOLI
Los comités revolucionarios libios amenazaron ayer a los «grupúsculos de aventureros» que se manifiestan contra el régimen de Muamar Al-Gadhafi, en el poder desde hace cuarenta años, con una «respuesta violenta y fulminante», cuando la represión en Libia se ha saldado ya con la muerte de al menos 45 personas desde el miércoles, según medios locales, que continuaron silenciando las protestas.
Advirtieron de que «el poder del pueblo, la Jamahiriya (poder de las masas), la Revolución y el líder constituyen líneas rojas, y el que intente sobrepasarlas o acercarse a ellas se arriesga al suicidio y juega con fuego».
Según el pilar del régimen, gracias a Al-Gadhafi y a la «Revolución de 1969», año en que el líder libio accedió al poder tras un golpe de Estado, «se han llevado a cabo reformas gigantescas».
«Es el único líder en el mundo que ha rechazado convertirse en presidente, rey o emperador y ha dejado todo el poder al pueblo», agregaron. El coronel Al-Gadhafi es, en teoría, un «guía» que aporta sus consejos.
Decenas de muertos
En Libia, desde el martes y al calor de las revueltas populares en Túnez y Egipto, se están sucediendo protestas sin precedentes contra el régimen y también contramanifestaciones de apoyo. Ayer se celebró el «Día de la Ira» contra Al-Gadhafi.
Las protestas han sido violentamente reprimidas, sobre todo en Bengasi, la segunda ciudad del país y bastión de la oposición, Al-Baida y Derna. Según informaron medios locales, desde el miércoles han muerto al menos veinte personas en Bengasi, catorce en Al-Baida y siete en Derna.
En el balance de víctimas mortales habría que incluir también a cuatro presos que fueron disparados por la Policía cuando intentaban escapar de la cárcel de El-Jedaida, cerca de Trípoli.
Miles de personas tomaron parte ayer en Bengasi en los funerales de los manifestantes muertos, tras los cuales se reanudaron las protestas.
En Al-Baida, la Policía estableció ayer controles en todas las entradas y salidas de la ciudad y en el aeropuerto, según indicó a AFP una fuente cercana al Gobierno. Las informaciones que circulaban en Internet apuntaban a que los manifestantes recuperaron el control de la ciudad tras expulsar a las fuerzas de seguridad, aunque la misma fuente señaló que «las fuerzas de seguridad recibieron la orden de abandonar el lugar para evitar enfrentamientos» y agregó que algunos de los muertos eran miembros de los comités revolucionarios y policías.
Más de mil presos escaparon ayer de la cárcel de Bengasi tras un motín, según el diario «Quryna», cercano a Seif Al-Islam, hijo del líder libio. Posteriormente fueron arrestados 150.
HRW informó de que el jueves murieron 24 personas y denunció los «ataques salvajes de las fuerzas de seguridad».
Jóvenes del extrarradio popular del pueblo costero de Asilah, junto a Tánger, en Marruecos, se concentraron frente al Ayuntamiento para exigir la dimisión del ex ministro de Exteriores y actual alcalde, Mohamed Benaissa, uno de los hombres fuertes del antiguo rey Hassan II.
Las autoridades argelinas aseguraron no haber recibido la solicitud formal de permiso para la manifestación convocada para hoy en Argel, por lo que no han decidido su prohibición. Las movilizaciones no están permitidas desde 2001 en la capital.
Los islamistas intentaron ayer prender fuego a una calle del centro de la capital tunecina en la que trabajan las prostitutas. Fueron dispersados por las fuerzas de seguridad que desplegaron varios helicópteros.
Decenas de miles de partidarios del régimen iraní pidieron ayer un juicio rápido, un castigo severo e, incluso, la ejecución de los dos principales líderes de la oposición, el ex presidente del Parlamento Mehdi Marubi y el ex primer ministro Hossein Mussavi, durante la oración en la Universidad de Teherán y las manifestaciones posteriores convocadas por todo el país. «Muerte a Mussavi, muerte a Karubi» y «Mussavi y Karubi deben ser ahorcados» fueron las consignas más coreadas por la multitud antes del inicio de la oración de mediodía.
En el sermón a los fieles, el ayatollah ultraconservador Ahmad Janati, presidente del Consejo de los Guardianes de la Revolución, rechazó la exigencia al señalar que tanto ellos como su Movimiento Verde han perdido ya toda su «credibilidad» y afirmó que ambos, a los que se acusa de servir a los intereses de EEUU e Israel, están sujetos a un estricto arresto domiciliario.
Tras la oración, la multitud se echó a las calles para expresar su «odio, ira y rechazo a los crímenes salvajes y repugnantes de los jefes de la sedición», en referencia al movimiento que lideran Mussavi y Karubi desde la reelección, que no reconocen, del presidente Mahmud Ahmadineyad en junio de 2009. Muchos de los manifestantes portaban retratos de Sanee Zhaleh, estudiante de 26 años muerto el lunes y que ha sido calificado como «mártir» por ambos bandos. GARA