Crónica | Elecciones municipales
Las primarias de Barcelona abren la batalla en el PSC
Jordi Hereu y Montserrat Tura se enfrentan durante la jornada de hoy en las primarias con las que el PSC elegirá su cabeza de lista por Barcelona para las próximas elecciones del 22 de mayo. Se trata del primer asalto en una pugna interna con la vista puesta en el congreso de otoño, donde se elegirá al sustituto del ex president José Montilla.
Alberto PRADILLA
«No tenemos por qué dividir. Podemos aunar fuerzas. Y eso sólo lo garantiza mi candidatura». La frase, extraída de una carta enviada el martes por el actual alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, a militantes y simpatizantes del PSC, ha sentado mal al sector liderado por Montserrat Tura, que la interpretan como una amenaza de ruptura en caso de que la ex consellera (que también escoltó a Montilla en el frustrado segundo asalto a la Generalitat) se imponga en los comicios internos.
Porque en esta pugna interna para determinar quién liderará la candidatura del PSC a la Alcaldía de Barcelona parece que la capital catalana se haya convertido en el atrezzo sobre el que dirimir los enfrentamientos entre las distintas familias del partido. Una disputa, por ahora de bajo perfil, pero que ganará en intensidad tras el 22 de mayo. Sobre todo, si a la catástrofe electoral en el Principat se le suma la pérdida de Barcelona, uno de los bastiones del PSC, que la ha gobernado ininterrumpidamente desde que Narcís Serra se lo lograra en 1979.
Un partido, dos almas
Tras la debacle de noviembre, con la pérdida de la Generalitat, afloraron las dos almas del PSC. Una, la más catalanista, defiende una mayor independencia respecto a Madrid y apuesta por mantener ese perfil propio que no suelen entender sus compañeros del otro lado del Ebro. La otra, cercana al ex president Montilla, opta por esconder las senyeras y apoyarse en un electorado, el del cinturón de Barcelona, tradicionalmente castellanoparlante.
Entre ellos, toda la gama de grises que conforman el heterogéneo PSC. Prueba de ello es que, en la práctica, estas primarias no enfrentan exactamente a las dos principales corrientes. Mientras que Tura sí se identifica con el sector catalanista (y ha recibido el apoyo explícito de Pasqual Maragall), a Hereu se le considera un gestor que se ha alineado con los montillistas por su pragmatismo ante las primarias, pero tampoco tiene su apoyo, ya que es a Tura a quien se considera la candidata del aparato.
Esto ha abierto una grieta (en un partido ya de por sí agrietado) entre la dirección de Barcelona, que no ha escondido sus preferencias por Hereu, y la nacional. Para complicar más la situación, las encuestas aseguran que el actual alcalde es el favorito para los más de 12.000 afiliados y simpatizantes con derecho a voto pero que, por contra, tiene menos probabilidades que Tura a la hora de enfrentarse con Xavier Trias, el candidato de CiU, que tiene todas las papeletas para convertirse en el primer alcalde convergente en la historia de Barcelona.
Asalto a la dirección
Si Hereu pierde, ya ha avisado que dejará la política, mientras que nadie duda de que Tura ha aprovechado estas elecciones internas como un trampolín para asaltar la dirección del partido. Porque, en realidad, tampoco existen muchas diferencias entre el modelo de ciudad que ambos proponen, y el debate se ha convertido en una carrera entre duros por ver quién saca más Policía a la calle en la Barcelona de las ordenanzas cívicas. Así que las primarias han servido para posicionarse en la carrera interna más que para hablar de cuestiones municipales.
No obstante, Tura no es la única que se prepara para asaltar la dirección del PSC. En los últimos días, al menos dos alcaldes se han propuesto como recambios para Montilla. Josep Fèlix Ballesteros, de Tarragona, y Pere Navarro, de Terrassa, ya se han postulado como posibles líderes de un PSC que necesita definirse.
Por el momento, el debate ha quedado silenciado, aunque no hay que olvidar que hay personas, como el ex conseller de Economía Antoni Castells, que permanecen callados a la espera de las municipales, pero que ya han advertido de que plantarán batalla a Madrid y de que estarían dispuestos a crear un nuevo espacio político que heredase el espíritu del tripartit pero sin el lastre de las presiones particulares que condicionaron el Gobierno de PSC, ERC e ICV.