Los trabajadores de la empresa Ramón Vizcaíno se manifestaron ayer en Donostia bajo el lema «Familia Vizcaíno, Gobierno vasco, AIAC cierran CRV. 400 despidos», para reclamar una solución a su situación y que los agentes implicados «cumplan los compromisos adquiridos».

Los empleados de la empresa guipuzcoana recordaron, en una intervención difundida por Europa Press, que 400 familias «van a perder el derecho al trabajo y su medio de sustento» en los próximos días y denunciaron que «ni siquiera tienen garantizada la recuperación de sus deudas salariales a través del Fondo de Garantía Salarial».

Del mismo modo, señalaron que su situación es «atípica» porque «no se conoce ninguna empresa en la que, tras interminables promesas gubernamentales con el compromiso de todas las instituciones, la realización de carísimas auditorías que reflejaban que la empresa tiene producto, mercado y cartera y que es líder del sector del frío industrial», haya sido «regalada por el Gobierno vasco a una banda de cuatreros».

Los trabajadores criticaron que se les exija la aceptación de «traumáticas medidas» como son el despido de cien personas, una reducción de la masa salarial del 15% y congelación salarial por dos años, como «condición indispensable» para hacerse cargo del plan de salvación de la compañía. «Y todo ello con el beneplácito del Gobierno vasco», añadieron.

A su juicio, el grupo estadounidense AIAC es un grupo de «cuatreros» porque «han estado cobrando mientras los trabajadores no lo hacíamos, han paralizado secciones rentables dentro del grupo y han destruido mercado internacional».

«Durante seis meses, han creado un vacío de poder, imposibilitando la toma de decisiones para al final pegarse la espantada, dejando al grupo sin un Consejo de Administración y sin posibilidad de conseguir las ayudas aprobadas», denunciaron los trabajadores.

Ocho nóminas sin cobrar

Los trabajadores de Ramón Vizcaíno explicaron, asimismo, que han sido «agredidos económica y psicológicamente», ya que tienen ocho nóminas sin cobrar y porque les han estado transmitiendo durante meses «falsas expectativas», cuando desde hacía tiempo sabían que no existía ninguna voluntad de solucionar el problema.