CRíTICA cine
«El oso Yogui 3D»
Mikel INSAUSTI
Los actores de carne y hueso que intervienen en «El oso Yogui 3D» son de pesadilla, empeñados ellos, por exigencias del ridículo guión, en animalizar a la histórica pareja de plantígrados para que dejen de ser las caricaturas animadas que siempre fueron.
Todo viene a cuento de que su hogar es visitado por una documentalista que quiere que se comporten ante la cámara como verdaderos osos salvajes, a lo que colabora gustoso el guarda forestal Smith, en su deseo de vencer la timidez que le acompleja con las chicas. En eso hace acto de presencia el malvado de la función, un corrupto alcalde que pretende clausurar el parque natural porque no rinde como los de atracciones, aunque se trata en realidad de una cortina de humo para hacer negocio con su total deforestación.
El siniestro plan no impedirá la pirotécnica celebración de la fiesta del centenario de Jellystone, a la vez que los futuros damnificados encuentran una causa para defender su amenazado hábitat en la mascota de Boo Boo, una tortuga en peligro de extinción.
Título original: `Yogi Bear'.
Dirección: Eric Brevig.
Guión: Jeffrey Ventimilia, Joshua Sternin y Brad Copeland.
Intérpretes: Anna Faris, Tom Cavanagh, Andrew Daly, T.J. Miller, Nate Corddry.
Música: John Debney.
Fotografía: Peter James.
País: EEUU, 2010.
Duración: 80 m.
Género: Animación.
Estreno: 16 de julio.