Hacia la privatización y la fusión de las cajas, sin apuntalar su carácter social
En medio de la presentación de los resultados económicos de 2010, el sector financiero del Estado español se encuentra en un cruce de caminos que conduce a la privatización de las cajas. En este mismo contexto, se ha reabierto la polémica sobre las cajas vascas y su posible fusión. En los últimos días se ha hablado del control de las cajas, pero poco del reforzamiento de su carácter social y de que sean una herramienta «para y por» Euskal Herria.
El sector financiero en el Estado español está revuelto y en Hego Euskal Herria, más. Cajas de ahorros y bancos ultiman estas semanas las presentaciones de resultados, que dan una idea de que la crisis les toca, pero sólo lo justo. Porque, en realidad, están presentando resultados económicos positivos y sueldos elevados, en medio de movimientos como el nuevo sistema de saneamiento que ha ideado el Gobierno español al objeto de inyectar más dinero público para avanzar hacia la privatización de las cajas. Son actuaciones que se produjeron ya en la Unión Europea y que en este momento han tocado al Estado español, que se encuentra en una fase de hacer aquello que le piden para avanzar en un modelo cada vez más neoliberal. Los bancos entendieron que las cajas de ahorros, que se repartían su mercado casi al 50%, suponían un problema para la competencia. Por otra parte, muchas de esas cajas se han utilizado para beneficio de los consejeros de partidos políticos.
De ahí que la crisis financiera abriera la puerta a su saneamiento, lo que ha sido aprovechado para adecuar el negocio hacia la privatización.
En Hego Euskal Herria el cruce de intereses en torno a las cajas ha generado la enésima polémica. La realidad es que Caja Navarra, integrada en Banca Cívica, tiene sus días contados, porque se desmantelará en Nafarroa y porque la intención de Banca Cívica es sacar entre un 30% y un 40% a la venta para que entren los inversores privados, que en este momento son los especuladores más avanzados en la entidad.
Las cajas BBK, Vital y Kutxa llevan desde hace más de quince años intentando su unión. Primero fue la pretensión del Gobierno de Lakua de conformar el Banco Público Vasco, tarea que correspondió al ex consejero de Hacienda, José Luis Larrea, pero que fracasó, a pesar de que las tres entidades estaban presididas y controladas mayoritariamente por el PNV. Desde entonces se han sucedido otros tres intentos, que han fracasado igualmente. Entre medias, BBK se ha hecho más grande y, por lo tanto, en este momento busca un mayor peso de representación en la futura caja.
En medio de este cruce de pretensiones, se ha demostrado que unos y otros se están preocupando por el control de la nueva caja, que avanzará en la privatización y, por lo tanto, perderá dos orientaciones básicas: su carácter social, a través de la obra social, y una visión de país. Frente a ello, Joxean Urkiola, responsable de LAB Finantzak, sostiene que lo ideal sería que el 50% del beneficio se destinase a la obra social, y que, por otro lado, «la caja se blindara ante posibles injerencias». También demanda «una caja para Euskal Herria que impulse el tejido productivo vasco». Estas tres características no cuentan en la guerra por el control partidario de las cajas, según critica Urkiola.
Beneficios en la crisis
La gran banca española cerró el año pasado con un beneficio económico neto de 14.940 millones, lo que supone una reducción del 4,8% respecto al año anterior. La crisis no parece que tenga una repercusión excesiva. Menos, si se tienen en cuenta las millonarias retribuciones que cobran los ejecutivos de los bancos y cajas. Así, BBVA destinó casi 13 millones para pagar a once consejeros y otros 14,5 millones para los planes de pensiones, aparte de que los dos máximos responsables del banco percibieron casi 9 millones. Otros trece miembros de la alta dirección percibieron en total 23,3 millones. En este caso, el presidente, Francisco González, tiene un fondo de pensión privado de 79,4 millones. Además, la alta dirección y los consejeros tienen retribuciones en acciones que suman más de 11 millones para 2011.
El Banco Sabadell pagó un 32% más a su dirección, 8,23 millones para la alta dirección formada por 24 personas, mientras que «al personal del Guipuzcoano -absorbida por el Sabadell- se les están poniendo trabas y se les amenaza», como denuncia LAB.
Kutxa logró un beneficio neto en 2010 de 69,4 millones, lo que significa un 32,7% menos que el de 2009, aunque durante el pasado año la caja destinó 204 millones a dotaciones voluntarias. BBK cerró con 257,8 millones de beneficio, un 10,7% menos que un año antes, pero la entidad detrajo 100 millones para destinarlos a saneamientos extraordinarios.
Según los datos aportados por BBK del informe del Gobierno corporativo, las retribuciones del personal clave de la dirección y los miembros del consejo de administración en su calidad de directivos alcanzó los 3,59 millones. Son unos diez altos directivos. Para los planes de pensiones y seguros de vida se desembolsaron 366.000 euros y 118.000 euros más en dietas.
Juanjo BASTERRA