PIRINEOS Gran apertura
Visión y apertura vanguardista en Gavarnie
Unai Mendia, Albert Salvadó y Martín Elías abren en el tercer muro del circo de Gavarnie la línea «Memento Mori» (240 m, ABO, RS4). Se trata de una espectacular ruta que combina grandes dificultades técnicas (máximo M6, 7b/c y 5+) y compromiso.
Andoni ARABAOLAZA
En el siguiente texto enviado a GARA, Martín Elías nos cuenta la experiencia vivida junto a Unai Mendia y Albert Salvadó durante la apertura de «Memento Mori» (240 m, ABO, RS4) en el tercer muro del circo de Gavarnie. Una apertura rápida realizada en dos días, con mucha clase y estilo y con ingredientes muy vanguardistas.
Eso sí, el susurro de «memento mori» sigue vigente; y es que les recuerda que siguen siendo hombres y, como tales, mortales.
«Memento Mori»
«Es la vía soñada del Circo, desde que vivo en este lado del Pirineo, en el bar de Gedre al calor del fuego y de las cervezas oía las historias de los grandes pirineístas contando la vez que intentaron escalar esa vía. Ahora, algunos años después y tras varios golpes de suerte, somos nosotros los que damos con el itinerario; repito, no deja de ser un golpe de suerte.
La vía la realizamos en dos intentos. El primero, el fin de semana del 6 y 7 de febrero, cuando escalamos los dos primeros largos. Un largo en travesía que nos deja en un segundo largo con un comienzo en roca muy mala, pero bien protegido y a medida que la roca mejora van desapareciendo las protecciones, lo que deja una parte del largo muy expuesto si no se pitona y una llegada a la reunión bastante picante. Y al pie del desplome comenzamos una discusión que durará toda una semana. Las opciones son dos: ir a la derecha o subir recto. A la derecha, menos estético pero más lógico, y recto, más estético pero más difícil. La duda se resolverá en el último momento.
Tras una semana y alrededor de 35 correos electrónicos quedamos el viernes 11 de febrero a las 5.34 de la mañana en el parking de Gavarnie. Salimos con el material preparado y con unas ganas terribles de saber lo que nos depara la continuación de la vía. Escalamos rápido el primer y segundo muro ya que durante la semana había dos cordadas en Aloïs, y llegamos al pie del tercer muro con la huella bien hecha. Para nuestra sorpresa, hay unos amigos en la primera reunión de Aloïs: Xavier y Eric con un compañero, son los CRS de Gavarnie, esto siempre ayuda. Y sin ninguna vergüenza les pedimos que nos fijen una cuerda, así que subimos el primer largo de Aloïs con su ayuda, de nuevo gracias. Ellos no entendían nada y en la reunión les explicamos que nuestro objetivo es la plancha de la derecha. Asustados por el estado del cordino de Aloïs lo retiramos para evitar accidentes; las últimas cordadas nos dan su aprobación, ya que era lamentable.
De ahí, con una travesía a la derecha, llegamos a la reunión donde habíamos dejado el trabajo hace una semana. De nuevo empieza la discusión y las grandes mentiras del pirineísmo. Todos los argumentos eran válidos para que cada uno apoyase su moción, y al final nos decidimos por el camino más corto, la línea recta. Este largo le toca a Unai, y una vez que se pone los pies de gato (que serán imprescindibles para una repetición, así como una isoterma elevada) en su cara se dibuja una sonrisa. Enseguida se lanza a por el desplome, `es todo canto chavales', nos dice emocionado, pero hay que saber que el muchacho tiene una noción muy diferente de lo que es el canto de la que tenemos Albert y yo. Pero, bueno, parece que se escala con facilidad; al menos él. Llega a la reunión al anochecer y nos dice que los largos de hielo son fáciles, así que fija la cuerda y remontamos ya de noche al pie de la fina capa de hielo.
Creo que si hubiese sido yo quien hubiese tenido que juzgar el estado del primer largo de hielo hubiera dicho que es inescalable, que lo dejamos para otro año, pero el carácter de Unai me anima para empezar el largo. Una fisura nos deja al pie del hielo fino y tras unos metros de hielo delicado puedo poner dos tornillos ecualizados y me lanzo en una plancha de hielo megafino en medio de la oscuridad total; siempre he tenido miedo a los fantasmas y allí arriba más todavía. Les pido a mis compañeros una parada por estrés y monto reunión a 35m. Gracias al sabio consejo de Albert, que me ha recomendado llevar el cordino auxiliar, puedo poner dos chapas, si no hubiera sido un fracaso total.
El siguiente largo parece más asequible. Una pequeña columna, y el hielo se hace más espeso. Recorro otros 35m y vuelvo a montar, miro hacia arriba en medio de la noche y, según mis cálculos, estoy a 5 metros de la cumbre. Monto reunión y miro el reloj. Son la 1.00 de la madrugada: que le den por culo, ya terminarán otros la vía. Y de ahí nos bajamos, no sin los problemas habituales de los rápeles: Unai se duerme en una reunión, nos perdemos, se lían las cuerdas y todas esas cosas que hacen que sea todo tan agradable y tan bonito en el alpinismo nocturno. Al final, a las 5.30 de la mañana y tras 24h de escalada, llegamos al coche bastante cansados. Diana nos recibe con un té caliente y nos pregunta por qué madrugamos tanto. Es al día siguiente cuando vemos con los prismáticos que nos quedan 20m para terminar la vía, pero que le den...
Así se queda, el próximo que vaya que la termine y sobre todo que recuerde que el segundo largo es muy, muy expuesto, que empiece a pitonar en cuanto pueda».
La nueva línea del tercer muro de Gavarnie, «Memento Mori», fue abierta en dos días: 6 y 11de febrero. Es una línea sin precedentes en el tercer muro de Gavarnie.
La propuesta de Mendia, Salvadó y Elías tiene dificultades técnicas máximas de M6, 7b/c y 5+. Cabe destacar el buen estilo de apertura realizado por el trío pirineísta.
Pirineista
El tercer muro se ha mantenido desde su atalaya privilegiada como un buen laboratorio sobre todo de dificultad y, cómo no, compromiso. ¿Cómo lo definiría?
El tercer muro, por definirlo de alguna manera, es el Doctorado de Gavarnie. Primero empiezas haciendo una vía en el primer muro, luego atacas el segundo muro o Ático y terminas encadenando los tres muros. Ninguna de las líneas que existen son fáciles, de difícil acceso y comprometidas. Las vistas desde allí arriba son magníficas, cuando estás allí te das cuanta de lo lejos que estás del cómodo cafecito.
¿Cómo ha sido el proceso de «Memento Mori»?
Hace dos años que investigo esta línea. Han sido tres veces las que he estado a pie de vía y muchos ratos de discusión con otros alpinistas. Sobre todo con Remi Laborde, otro gran conocedor de Gavarnie; siempre tenía la idea clara de la escalada en libre y con muchas dudas sobre el espesor del hielo. Por fin nos decidimos a ir, fue un empuje de atrevimiento.
Es una vía muy vanguardista. En términos generales, ¿cómo la define?
Es una línea muy dura que combina libre muy expuesto con mixto difícil y hielo muy fino y con pocas protecciones. Es un poco futurista. Es una vía de estilo muy moderno; como «La Ruta de Shakelton», difícil y con compromiso.
En total pusieron 14 expansiones.
En 240 metros de vía. Están en las zonas de roca y mixto, en el hielo están sólo las reuniones. Cuando Unai puso el primer parabolt del tercer largo se cayó un cacho de la gran cascada: un mensaje de que al circo no le gustan las expansiones.
Hábleme de cada largo, de sus características.
El primer largo es una travesía fácil que nos deja al pie de las dificultades. El segundo largo, el más expuesto, es un largo que combina los piolets y las manos: hay que pitonar, si no es muy peligroso. El tercero es un desplome con buena roca y difícil que nos deja al pie de dos largos de hielo fino y de difícil protección.
¿Algún consejo para el que quiera escalar esa nueva propuesta? Por cierto, ¿la han encadenado?
Los grados del tercer largo son orientativos; el resto está encadenada, no teníamos tiempo de probar el tercer largo. Le dejamos la sorpresa a los repetidores. Un consejo es que pitonen en el segundo largo porque si no es muy expuesto.