El macizo paleozoico de Aiako Harria es el afloramiento geológico más antiguo de Euskal Herria y el centro referencial de un área de 6.900 hectáreas que desde 1995 ha sido declarada Parque Natural.

Entre las diferentes puertas de acceso a este macizo vamos a escoger la que se abre desde la central eléctrica de Irusta, en el barrio de Meaka de Irun.

Tras dejar el vehículo en un aparcamiento frente a un restaurante, situado junto a la bifurcación de la carretera que asciende hacia el collado de Eluretxe, avanzamos por una pista cementada. En pocos minutos se llega ante los impresionantes hornos mineros de Ingurutzeta, que actualmente están siendo reconstruidos. En ellos se transformaba el mineral de carbonato de hierro que se extraía de los yacimientos de este macizo y en los que llegaron a trabajar más de un centenar de mineros. La explotación se interrumpió definitivamente en 1936.

Junto a los hornos, un ancho camino remonta en fuerte pendiente hacia el hayedo hasta alcanzar una langa de madera (30 min) (300 m). Al otro lado del cerramiento, un indicador nos encamina hacia la cima de Erlaitz siguiendo por una pista que penetra en la barranca de Agozarretako erreka. Cruzado el cauce del arroyo, la pista cambia de vertiente y gana altura describiendo varias lazadas a través del bosque de coníferas (marcas de PR). Se llega así a confluir con la carretera entre Irun y Eluretxe (1,05 h). Nos encontramos en las laderas de Erlaitz, a cuya cercana cima accederemos cruzando el seto de arbustos a través de un paso habilitado junto a unos contenedores.

El entorno de la cima de Erlaitz (498 m) (1,15 h) se encuentra transformado por unas excavaciones realizadas a finales del siglo XIX para la construcción de un fuerte que nunca llegó a iniciarse. Estas excavaciones nos obligan a trazar un pequeño rodeo para poder alcanzar el buzón de la cumbre. Los edificios en ruinas que se levantan en la ladera inmediata fueron el albergue de las tropas dedicadas a hacer realidad este frustrado proyecto.

Hacia Aiako Harria

Descendemos de la cima del Erlaitz hacia la carretera. La cruzamos en dirección hacia un área de descanso, para enfilar después hacia la masa rocosa de Aiako Harria siguiendo marcas de GR. La senda, tras tocar brevemente la carretera, la abandona para continuar flanqueando en dirección SO los altozanos de Arbiun y Hirupagoeta, hasta llegar a un collado cercano en el que nos encontraremos un indicador (1,45 h).

Si queremos evitar el ascenso que proponemos a la cumbre de Hirumugarrieta, en este punto deberemos seguir la dirección marcada hacia el collado de Eluretxe, hasta el que llegaremos en 20 minutos tras pasar junto a Aireko Palazioa (Castillo del Inglés).

No obstante, la excursión quedará mucho más completa si nos animamos a afrontar la subida a la primera de las peñas de Aiako Harria. Para ello deberemos ignorar las direcciones del indicador y avanzar a través del bosque de alerces en dirección SSO, siguiendo una tenue senda que va tomando más presencia en el terreno a medida que nos acercamos a las laderas rocosas. Los planos se van inclinando de forma creciente en un sendero zigzagueante que nos lleva con esfuerzo hasta la cumbre de Hirumugarrieta (812 m) (2,30 h).

Tras la contemplación de extraordinario panorama que se domina sobre costa y montaña desde esta cima, iniciamos el descenso siguiendo el camino clásico hacia el collado de Eluretxe. En las cercanías de la cresta los caminantes pasan junto a la cueva acondicionada como ermita de la Virgen del Juncal, en la que desde 1973 los montañeros iruneses mantienen la tradición de celebrar misa el último domingo del año.

Arribamos al concurrido collado de Eluretxe, por el que cruza la carretera que desciende a Oiartzun (505 m) (2,55 h). Al otro lado del asfalto se encuentra el elurzulo en el que se conservaba la nieve para su uso refrescante en épocas de verano. Junto al foso desciende una ancha pista que va a tener como referencia la dirección de la línea de alta tensión que pasa sobre nuestras cabezas. Junto a la primera torre giraremos a la derecha siguiendo el balizaje marcado en un pequeño poste que nos encamina a profundizar en la barranca de Meazuri. Nos situamos así bajo la siguiente torre, junto a la cual la senda desciende rotundamente hacia el arroyo. Cruzamos la corriente (piedras resbaladizas), para continuar por un sendero estrecho y un tanto escabroso trazado en paralelo a un tubo de conducción de agua. Pronto nos encontramos sobre un puente de cemento levantado sobre un paisaje de aspecto bravío y salvaje (3,25 h).

Pasamos a la orilla izquierda hasta situarnos poco más adelante ante las ruinas de las explotaciones mineras de Meazuri. Una ancha pista nos abre ahora el camino en paralelo a la erreka hasta llegar a una sucesión de túneles abiertos para la explotación minera. En los tramos que los separan podremos contemplar magníficas perspectivas sobre la impresionante cascada de Aitzondo o Irusta, una de las más largas de nuestra geografía.

Atrás ya los túneles, el ancho camino describe una curva sobre el valle hasta situarnos frente a la langa en la que encontramos al inicio de la excursión el primer poste indicador (3,50 h). Sólo nos queda abordar el fuerte descenso hacia la central de Irusta (4, 10 h).