LEGALIZACIÓN DE LA IZQUIERDA ABERTZALE
López reitera que espera que los tribunales avalen a Sortu, pero se niega a mover ficha
Patxi López reiteró ayer que su partido quiere que sean los tribunales quienes, «con todas las garantías jurídicas», decidan si Sortu cumple o no los requisitos para ser legalizado. «Ojalá decidan que así es, porque eso supondrá el avance definitivo hacia la libertad», comentó.
GARA | BILBO
El líder del PSE y lehendakari del Gobierno de Lakua aprovechó ayer su intervención en el acto de clausura de la Conferencia Municipal y Foral que celebró su partido el fin de semana para valorar la manifestación que, la víspera, reunió a 40.000 personas en Bilbo para reclamar la legalización del nuevo partido de la izquierda abertzale.
Ante el auditorio reunido en una de las salas del Palacio Euskalduna, Patxi López puntualizó que, aunque en esa movilización se pidiera a ETA «un alto el fuego definitivo, que tiene mucha importancia, y se la concedo a esa petición», le hubiera gustado que «hubieran pedido rotundamente la desaparición definitiva de ETA».
Tras señalar que su partido dejará trabajar a la Justicia para que, «con todas las garantías jurídicas», decida si Sortu cumple o no los requisitos legales, «que es lo que corresponde en democracia», añadió que «ojalá decidan que así es, porque eso supondrá el avance definitivo hacia la libertad».
No obstante, insistió en reclamar nuevos pasos en esa dirección a la izquierda abertzale al comentar que «lo que más ayudaría a la legalización de Sortu» sería «la petición de la desaparición de ETA».
Al mismo tiempo, López dio muestras de que no es ajeno a las peticiones que se hacen para que tanto su Ejecutivo como el Gobierno español muevan ficha, aunque defendió su inmovilismo. «Llevamos semanas asistiendo a exigencias permanentes a los gobiernos y al Estado de derecho: legalización, acercamiento y excarcelación de presos, mesa de partidos para hablar de normalización en las derivadas soberanistas», enumeró.
A partir de ahí su mensaje fue cambiando de destinatarios: «Claro que, más que una mesa, parece un ventanilla en la que algunos pretenden cobrar algún precio por la paz, y [no hacen] ninguna exigencia a ETA ni al mundo de la izquierda abertzale que le ha dado permanente cobertura a la violencia».
Acusaciones «indecentes»
Patxi López centró buena parte de su discurso en criticar la posición del PNV, obviando que el partido jeltzale mantiene en esta materia una evidente sintonía con el Gobierno de Rodríguez Zapatero y, especialmente, con el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Comenzó diciendo que la manifestación que abarrotó las calles de Bilbo fue, «en parte», un acto de «propaganda electoral de la izquierda abertzale» y que «incluso lo reconoció así el PNV, que asistió». Y le reprochó que varios de sus dirigentes tomaran parte en la misma.
El tono se elevó cuando recordó, sin citar explícitamente al PNV, algunas insinuaciones, que calificó de «indecentes», que en las últimas semanas han lanzando dirigentes del partido jeltzale. «No voy a permitir -enfatizó- que nadie diga que a los socialistas nos conviene que la izquierda abertzale no se presente a las elecciones para ganar alcaldías o diputaciones de manera ilegítima, y que por eso no hacemos nada».
«El que diga que los socialistas jugamos con la vida de las personas, con la vida de nuestros compañeros con tal de conseguir unos votos, es un inmoral que no merece más que nuestro desprecio», añadió.
Hasta el 22 de mayo
Iñigo Urkullu, por su parte, valoró la cuestión de la legalización de la izquierda abertzale durante un encuentro con periodistas, en Bilbo, para presentar la implantación de una red wifi gratuita en los batzokis de Bizkaia. Paradójicamente, el líder jeltzale señaló que no quería opinar sobre la manifestación del sábado, en la que participaron varios cargos públicos de su partido pese a que no apoyó oficialmente la marcha. Y en cuanto a la reunión mantenida la pasada semana por el presidente del GBB, Joseba Egibar, y Juan José Ibarretxe con una delegación de la izquierda abertzale, se limitó a indicar que no tenía «nada que decir» porque su costumbre «no es hablar de compañeros del partido si no es para ensalzarles».
El presidente del EBB expresó su hartazgo por el protagonismo de la izquierda abertzale en la política vasca, pese a lo cual se mostró convencido de que hasta el 22 de mayo sólo se hablará de «los planes A, B o C» de ese sector político para concurrir a los comicios.
Urkullu dijo que es partidario de que se permita a Sortu presentarse a las elecciones con sus propias siglas si respeta -apostilló- «las reglas de juego, la democracia, la legalidad y las sentencias». «Ojalá que Sortu sea una formación legal en las próximas elecciones municipales y forales; ojalá que, por tanto, sea posible el plan A y no haya necesidad de otros planes», insistió.
«Es muy importante que sea legal, pero no por el hecho de que Sortu sea legal nos vamos a despistar tampoco de todos los temas que afectan en cada uno de los días a cada uno de los ciudadanos y ciudadanas».
Sin estrategias partidistas
Ezker Batua fue una de las formaciones políticas que sí participó en la movilización bajo el lema «Bakerantz legalizazioa». Según explicó ayer Serafín Llamas, portavoz de la Presidencia de EB, la amplia respuesta obtenida por esa convocatoria debe hacer «reflexionar» al Ejecutivo español sobre el hecho de que Sortu «tiene que ser legal» y que «no debe influir ni presionar políticamente» al Tribunal Supremo, porque éste órgano judicial debe adoptar «libre e imparcialmente» la decisión de legalizar este partido «guiándose exclusivamente por la legalidad y por lo que dicen los estatutos de Sortu, que se atienen escrupulosamente a la Ley de Partidos».
Llamas instó a los gobiernos de Patxi López y de José Luis Rodríguez Zapatero a que «escuchen el clamor popular» que se escuchó en la manifestación silenciosa de Bilbo y «abandonen sus estrategias partidistas».
Es un hecho habitual que GARA calcule cuántas personas participan en manifestaciones de especial relevancia informativa, como la que se celebró el sábado en Bilbo, utilizando un método específico que siempre se detalla junto al resultado del recuento. Y también es habitual que la mayoría de los medios no lo haga o que, sólo en ciertos casos, reproduzca la cifra que ofrecen los convocantes o, lo que es rara excepción, la que facilita una institución oficial. En esta ocasión no fue así, ya que muchos diarios recogían el resultado del cálculo que realizó la empresa Lynce para la agencia Efe: 40.960 manifestantes. Este diario contabilizó 39.900, cifra que «redondeó» en los textos hasta 40.000. GARA
El ministro español de la Presidencia, Ramón Jáuregui, considera que Patxi López «tiene un papel fundamental», como lehendakari, «para integrar al conjunto de fuerzas políticas en la respuesta a cada uno de los movimientos que se vayan produciendo». Así respondió cuando se le preguntó, en una entrevista que publicaba ayer «El Correo», si ha llegado el momento de impulsar una mesa de partidos. «Me parece -añadió a renglón seguido- tan importante que el PNV esté en la estrategia para el final de la violencia como que el PP vasco acepte el nuevo escenario, que reconozca las oportunidades. La relación del lehendakari con Basagoiti es uno de los elementos nucleares. Tiene importancia no sólo en Euskadi, sino en la capacidad del PP vasco de modular al PP nacional en esta cuestión».
No obstante, Jáuregui rechazó cualquier respuesta positiva por parte del Gobierno del PSOE a quienes desde Euskal Herria y desde la comunidad internacional le reclaman, entre otras medidas, que ponga fin a la actual política penitenciaria. GARA
Patxi López rechazó enérgicamente que se acuse a su partido de buscar réditos electorales a cuenta de la ilegalización de la izquierda abertzale: «El que diga que los socialistas jugamos con la vida de nuestros compañeros con tal de conseguir unos votos es un inmoral».
Iñigo Urkullu no quiso valorar particularmente la manifestación del sábado, pero sí entró en el tema: «Ojalá que Sortu sea una formación legal en las próximas elecciones municipales y forales; ojalá que, por tanto, sea posible el plan A y no haya necesidad de otros planes».