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Martxelo Díaz Periodista

Occidente vuelve a quedar en evidencia

Por si las revueltas de Egipto no lo habían dejado claro, las de Libia han confirmado que la política de las potencias occidentales hacia los países árabes se basa únicamente en los intereses económicos y que la defensa de los derechos civiles, sociales y políticos es algo que les tiene sin cuidado. Dicho de otro modo, mientras no suba la gasolina les importa un comino que bombardeen a civiles desde el aire.

Resultaba patético ver a los ministros de Exteriores de la UE reunidos en Bruselas intentando ofrecer una imagen de unidad y consensuando una condena de la represión pero sin molestar demasiado al régimen de Al-Gadhafi, que tiene un alto grado de control de la economía de un país como Italia y el poder de cerrar el grifo del petróleo y el gas. A todo ello hay que añadir que lo que más les preocupaba era que Libia siguiera controlando la inmigración.

Pero el que se lució fue el ministro británico de Exteriores, William Hague, que anunció pomposamente que Muamar Al-Gadhafi había huido de Trípoli y que se dirigía hacia ¡Venezuela! Total, que todo era un bulo que Hague soltó no se sabe muy bien para qué. Si su objetivo era liar la manta más todavía e implicar, lo consiguió, pero quedó bastante mal. Si quería relacionar a Al-Gadhafi con Chávez, le salió el tiro por la culata cuando empezaron a rescatarse de las hemerotecas las fotos del líder libio con Zapatero, Sarkozy, Berlusconi y otros líderes europeos. Con jaima y todo. Se supone que Hague tiene información privilegiada del MI5, del MI6 y hasta del mismísimo James Bond, que por lo que parece no tenían ni idea de lo que estaba pasando en Libia. Y eso que es un país estratégico. Lo es ahora, al igual que lo era cuando Al-Gadhafi tenía una posición antiimperialista, anticolonialista y panafricanista. El Al-Gadhafi de entonces se ha convertido en poco menos que un fantoche que cada vez se parece más a un Michael Jackson recauchutado con bótox. Antes, las potencias occidentales le temían. Ahora, le necesitan, lo que es aún más peligroso, porque le permiten masacrar impunemente a su propia población. Lo importante es que el petróleo no pase de los cien dólares.

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