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REVUELTA EN LOS PAÍSES ÁRABES

Máxima tensión hoy ante el día de la ira en Irak

Un reciente ataque sobre un campamento en la plaza Tahrir de Bagdad deja un muerto, ocho heridos y cientos de miles de iraquíes dispuestos a celebrar su «día de la ira» hoy mismo.

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Karlos ZURUTUZA | Bagdad

Vinieron sobre la una de la madrugada, una hora después del toque de queda. Eran unos 60 y estaban armados con cuchillos y palos. Han matado a uno de los nuestros y ocho más están heridos».

Kemal Jabar no vacila a la hora de señalar a los asaltantes que han destrozado su campamento en la plaza Tahrir esta madrugada. «Venían de la zona verde. Y no es casualidad que los soldados que estaban desplegados alrededor nuestro se hubieran retirado media hora antes».

Jabar es uno de los congregados hoy a la mañana en la céntrica plaza de de Bagdad. Cubre su cabeza con una gorra en la que ha escrito la palabra «Basta». Es el nombre de una de las plataformas de protesta creadas al calor del que ya se da en llamar «efecto Tahrir (liberación)», en referencia a los levantamientos en distintas plazas homónimas por casi todo el mundo árabe.

«El domingo nos manifestamos frente al ministerio de Asuntos Exteriores, junto a la zona verde. Luego cruzamos el puente y acampamos para pasar la noche», explica Rahman, otro miembro de «Basta». El manifestante añade que varios de los congregados fueron detenidos por el Ejército a las cuatro de la madrugada y que los ocho heridos están siendo atendidos en sus casas. «No se atreven a ir al hospital por miedo a las represalias», añade el activista, visiblemente afectado por lo sucedido.

«Mañana o pasado vamos a hacer una marcha por todo Bagdad con nuestro mártir a hombros. El mundo tiene que saber lo que está ocurriendo hoy en Irak», exclama Muhannad, otro de los concentrados en Tahrir.

La policía y el ejército han acotado la zona con una cinta amarilla en la que se lee «escenario del crimen» en inglés, aunque, aparentemente, las fuerzas del orden iraquíes no parecen tener muy claro cómo actuar. Un soldado nervioso agarra a un manifestante por el brazo para llevárselo pero acaba soltándolo tras ser increpado por el resto de los congregados. Asimismo, Bashar Mandalawy, corresponsal de la agencia AKnews se queja de que la policía está decidiendo qué medios pueden trabajar en la zona y cuales no.

A la sombra de Irán

Las últimas semanas también han sido testigo de múltiples protestas frente a la embajada de Irán. Y es que a la necesidad urgente de reformas, de infraestructuras y de medidas contra la corrupción, se le suma la preocupación por la, para muchos, «creciente injerencia» del país vecino.

«Yo soy chií pero iraquí, no iraní. No queremos una República Islámica como en la vecina Irán. Hoy aquí nos hemos congregado chiíes, suníes, cristianos...Todos tenemos los mismos problemas porque vivimos en el mismo país», explica Akram tras ser entrevistado en directo por una de las cadenas oficiales con permiso para trabajar.

A pesar del aparente carácter secular de «Basta», el mulah Abdulgaith Al-Hassan también se ha sumado hoy a la concentración. «Este es nuestro pueblo pero, a diferencia de nosotros, el Gobierno está muy lejos de él», dice este clérigo tocado con un turbante negro que indica que es descendiente directo del profeta.

Otros que están apoyando abiertamente las protestas son las cadenas de radio y medios de prensa independientes iraquíes. Sin embargo, la coacción por parte del Gobierno no se ha hecho esperar:

«Nos están amenazando con subirnos las tasas de emisión si seguimos dando cobertura a las manifestaciones. Buscan asfixiarnos económicamente y provocar un apagón informativo que les permita controlar al pueblo sin ninguna cortapisa», asegura Hisham Dorman, periodista independiente local.

«Puede pasar de todo»

«¿Has oído las noticias que llegan desde Suleymania (Kurdistán sur)? ¡La propia policía kurda está disparando contra su gente!», exclama este joven de «Basta».

Paradójicamente, la pacífica ciudad kurda, que apenas ha vivido episodios de violencia desde 1991, está siendo estos días escenario de auténticas batallas campales. Mientras las cifras oficiales hablan de un solo muerto, testigos directos aseguran haber asistido a brutales cargas a tiros que habrían provocado un número importante de muertos y heridos.

«Hay una cuenta de Facebook («Bagdad no será Kandahar») que parece estar coordinando el movimiento pero muchos dicen que también hay partidos políticos detrás», dice Amuda, una de las pocas mujeresí.

Sea como fuere, lo cierto es que la convocatoria parahoy viernes ha calado hondo entre la población de todo el país:

«Soy de Basora (sur del país) pero vivo en Bagdad. Mis amigos y hermanos van a venir para la concentración del viernes. Nadie se lo quiere perder», añade otro manifestante con una bandera iraquí anudada en la cabeza.

Pero la anunciada masiva asistencia popular para el «Día de la Ira iraquí» está despertando la inquietud de muchos en Irak, y no sólo de los que mandan.

«Se comenta que vendrá gente de todas partes, incluso desde Mosul, Ramadi...Una congregación de miles de personas es el sueñode cualquier suicida buscando inmolarse. Este viernes puede ocurrir prácticamente de todo», explica a gritos este manifestante, intentando hacerse oír entre el ruido de un megáfono que pide el desalojo inmediato de la plaza.

 
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