Las autoridades neozelandesas elevaron oficialmente ayer a 102 el número de muertos a causa del sismo que el martes sacudió la ciudad de Christchurch, la más poblada de la Isla del Sur, donde proseguía la búsqueda de más de 200 desaparecidos.

El paso de las horas sin encontrar más supervivientes bajo las montañas de cascotes de edificios derruidos mellaba la esperanza de los miembros de los equipos de rescate y la del primer ministro de Nueva Zelanda, John Key.

«La pérdida de vidas puede ser sustancialmente mayor a la que ninguno de nosotros haya imaginado nunca», dijo a la prensa Key después de que durante la jornada de ayer se extrajeran otros 27 cadáveres de los escombros.

Algunos de los cuerpos recuperados estaban tan destrozados que para identificarlos será necesario tomarles las huellas dactilares o esperar el resultado de las pruebas de ADN, dijo el jefe local de la Policía Dave Cliff al canal estatal de televisión.

En la lista oficial de 226 desaparecidos figuran 46 estudiantes extranjeros y profesores de un centro para la enseñanza del inglés.