Crónica | Mesa redonda por Arnaldo Otegi
Animan a sumar fuerzas para liberar a un «rehén político»
Y ahora qué? Esa fue la pregunta que tuvieron que responder el ex presidente del PNV Xabier Arzalluz, el periodista Mariano Ferrer, la letrada Jone Goirizelaia y el director de Berria Martxelo Otamendi en la mesa de redonda organizada en Elgoibar en demanda de la libertad de Arnaldo Otegi.
Oihana LLORENTE
Arzalluz fue el primero en tomar la palabra y tuvo en mente el encuentro mantenido con Arnaldo Otegi en la prisión de Martutene, en febrero de 2008, el cual calificó como «una visita de amigos». Se mostró convencido de que el encarcelamiento de Otegi responde a la «voluntad de Pérez Rubalcaba».
Todos coincidieron en que el arresto buscaba «quitar a Otegi de circulación para impedir así el cambio en la izquierda abertzale». Otamendi llegó a denominar al elgoibartarra de «rehén político».
Jone Goirizelaia dio toda la razón al director de Berria y llegó a asegurar que los fiscales de la Audiencia Nacional española, en privado, le han indicado que en la situación de auge que vive la izquierda abertzale no van a liberar a una persona tan carismático como Otegi. «Esa es la visión del Estado español y, mientras no cambie, no liberarán a Otegi. Por tanto, razones jurídicas ninguna, políticas todas», apostilló.
La abogada dio cuenta de la situación que padece el elgoibartarra en prisión, y apuntó que a excepción de la prisión de Navalcarnero, siempre lo han mantenido aislado y sin poder tener relación alguna con el resto de integrantes del Colectivo de Presos Políticos Vascos.
Aseguró que está «muy contento» por el trabajo realizado en el seno de la izquierda abertzale, pero indicó que lo que le gustaría es «estar en la calle trabajando en esta dirección».
El momento del encarcelamiento de Otegi también estuvo presente durante todo el debate que fue seguido por centenares de vecinos que llenaron el Herri Antzokia. A juicio de Ferrer, el Gobierno español «no tenía interés en dar aire a la izquierda abertzale y la quería acosada».
La abogada Jone Goirizelaia aseguró el Estado «sabía muy bien en qué andaba» la izquierda abertzale en el momento del arresto de Otegi y cree que era este cambio lo que quería impedir. «El Estado estaba cómodo en la situación anterior», apuntó.
Ante la insinuación del moderador, Hasier Etxeberria, de que la organización armada pueda no estar de acuerdo con el camino emprendido por la izquierda abertzale, Arzalluz aseguró que «ETA no está callada, ha hablado y lo ha dicho alto y claro». Ferrer, por su parte, apuntó que «no le interesa para nada lo que diga ETA» e insistió que «el partido se está jugando en manos de la izquierda abertzale».
Tras criticar que «todo el mundo ha pasado años diciendo qué tiene que hacer la izquierda abertzale», Goirizelaia valoró el debate «estratégico e importante» desarrollado por este movimiento.
En el transcurso de la mesa redonda, tanto Otamendi como Ferrer censuraron que la izquierda abertzale no emplee la la figura de Otegi como un «icono». Goirizelaia apostó, sin embargo, por «aprovechar la ola» para conseguir la puesta en libertad de Arnaldo Otegi y animó a aunar fuerzas para liberarlo junto a Sonia Jacinto, Miren Zabaleta y Arkaitz Rodríguez.
En el debate también hubo espacio para tratar la legalización de Sortu. Ferrer sostuvo que a día de hoy, apostar por la ilegalización es una «apuesta incómoda, a causa de la debilidad jurídica de este razonamiento y por dónde y con quién sitúa esta apuesta».
Otamendi, por su parte, llamó a la movilización social, más allá de Euskal Herria, para lograr la legalización de Sortu, convencido de que cuantas más adhesiones se consigan más complicado lo tendrá el Alto Tribunal para impedir que Sortu llegue a las urnas.
«¿Qué hay que hacer para lograr la legalidad?», se preguntó Goirizelaia antes de asegurar que la izquierda abertzale ya ha hecho todos los deberes.