Trabajadores de Babcock exigen a SEPI y a Lakua soluciones contra el cierre
Los trabajadores de Babcock exigen a la SEPI y al Gobierno de Lakua que busquen una solución para que esa empresa emblemática de Ezkerraldea no cierre las puertas definitivamente. El miércoles la dirección presentó un ERE de extinción para 336 trabajadores.
Juanjo BASTERRA |
Los trabajadores de Babcock responsabilizan de forma directa a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) de la situación que padecen debido a que los procesos de privatización que llevó adelante fueron un fracaso. Pero también a la falta de iniciativa del Gobierno de Lakua para haber dado una salida a esta empresa que, junto a Mecánica de la Peña, lideraron la industria de los bienes de equipo en el Estado español.
Ayer los responsables del comité afirmaron que este próximo martes se reunirán con el Departamento de Industria del Ejecutivo de Lakua para reclamarle que encuentre un grupo inversor con futuro. Esa vía ya se cerró hace dos meses, cuando los emisarios de Bernabé Unda, consejero de Industria, trasmitieron al comité las dificultades de esa misión.
Lo peor, según reconocen algunos representantes de los trabajadores, fue que SEPI conocía de antemano que el grupo austriaco A-Tec no era «ni sólido ni los planes que presentó se sustentaban en realidades económicas y productivas eficaces». Ya ocurrió con los primeros que compraron Babcock, el grupo alemán Babcock Borsig, que seis meses después de la venta, autorizada por la Comisión Europea, se declaró en quiebra.
Al final, este proceso de privatización de la última década ha terminado en el Juzgado número 2 de Lo Mercantil, donde la dirección de la empresa ha presentado un expediente de extinción de los contratos para 336 trabajadores, dado que otros 25 trabajadores están en la empresa porque ya estuvieron afectados por el expediente anterior de 2008.
Según la dirección de Babcock, se da ese paso porque «estamos en una situación de insolvencia y de pérdidas continuadas que es irreversible, tanto por la caída de ventas como por la posibilidad de acceder a financiación externa para paliar el déficit de tesorería que la propia actividad genera». Para preservar los derechos de los trabajadores y de los acreedores, «era necesario cesar las actividades», según indica el informe de la dirección.
El secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, «Txiki», manifestó ayer sobre el futuro de Babcock que el objeto del proceso de privatización de la empresa de bienes de equipo «fue realizado para que el Gobierno se desentienda de la empresa y de los trabajadores».
SEPI ha llevado adelante dos procesos de privatización, con los alemanes y los austriacos, pero, en ambos, ni la solidez ni la solvencia de esos grupos empresariales estaba garantizada.