Revueltas en el mundo árabe
UE y OTAN debaten una acción militar en Libia
Afirman que en caso de producirse, su objetivo sería facilitar una evacuación ordenada. Gadafi acusa a Al-Qaeda de instigar las manifestaciones
GARA | BUDAPEST
Los ministros de Defensa de la UE celebran hoy una reunión informal en Gödöllo, a 30 kilómetros de Budapest, y el ministro húngaro -país que preside temporalmente la Unión-, Csaba Hende, destacó que la situación de Libia estará seguramente en la agenda.
En la UE se habla ya sin tapujos de una misión de carácter militar y con apoyo naval, con el objetivo oficial de evacuar de Libia a entre 5.000 y 6.000 ciudadanos europeos, según anunció ayer Raphael Brigandi, portavoz de la Comisión Europea para Gestión de Crisis y Ayuda Humanitaria. Una de las cuestiones que quedan aún por decidir es el papel que jugará la OTAN en esta intervención.
Alemania ha enviado ya a la zona tres buques de guerra y Gran Bretaña y Grecia tienen sendas fragatas para colaborar en la evacuación.
El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, de visita en Ucrania, afirmó que la Alianza no tiene intención de intervenir militarmente en Libia. Sin embargo, añadió que «en cualquier caso, una acción de este tipo tiene que estar basada en un claro mandato de la ONU».
El ministro francés de Defensa, Alain Juppé, también señaló que no se plantea una intervención militar, pero subrayó que no se descarta instaurar una zona de exclusión aérea. EEUU ya aplicó esta medida a Libia durante el mandato de Ronald Reagan.
El miércoles, el secretario de Defensa de EEUU, Robert Gates, destacó que el Estado francés e Italia son los mejor colocados para imponer una zona de exclusión aérea a Libia.
Los ministros de Interior de la UE, por su parte, descartaron tomar medidas especiales para frenar una eventual llegada masiva de inmigrantes desde Libia al considerar que este escenario no iba a producirse. Sin embargo, esta misma semana, se han sucedido los mensajes apocalípticos, especialmente por parte de Italia, que llegó a cifrar en cientos de miles los africanos que podrían llegar desde Libia debido a la situación de revueltas.
El presidente de EEUU, Barack Obama; el primer ministro británico, David Cameron; y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, tenían previsto ayer por la noche conversar sobre la situación en Libia de cara a consensuar las medidas de presión contra Gadafi, según informó la Casa Blanca.
Suiza anunció que bloqueará las cuentas de la familia de Gadafi.
El líder libio por su parte, destacó ayer, en un mensaje de audio difundido por la televisión pública, que las manifestaciones que se están llevando a cabo en Libia responden a los intereses de Osama bin Laden y de Al-Qaeda, al tiempo que destaca que no puede abandonar el poder porque su figura es más moral que política.
Gadafi culpa a Al-Qaeda
En el décimo día de revueltas, el coronel Gadafi se dirigió expresamente a los habitantes de la ciudad de Zawiyah, a 60 kilómetros de Trípoli, donde según la agencia oficial JANA, «terroristas degollaron a varios soldados siguiendo el método de Abu Mussab al-Zarqawi», el antiguo líder de Al-Qaeda en Irak.
Junto a ello, Gadafi acusó a Bin Laden y a Al-Qaeda de «manipular a los jóvenes dándoles pastillas alucinógenas».
«No tengo el poder de hacer leyes o de aplicar la ley. La reina de Inglaterra tampoco tiene esa autoridad. Es exactamente mi casa», respondió a Gadafi a quienes reclaman que deje el poder, añadiendo que su autoridad es meramente de carácter moral como «líder de la Revolución» desde el golpe que derrocó al rey Idris en 1969.
Teniendo en cuenta que las informaciones que llegan de Libia siguen sin poder ser contrastadas, France Presse destacó que la oposición controla el oeste del país y que Gadafi estaba cada vez más aislado en Trípoli.
Además de Bengasi, los opositores, que ondean banderas de la monarquía del rey Idris, contralan la zona fronteriza con Egipto, especialmente ciudades como Ajdabiya, Tobruk o Derna.
Al menos 300 personas han muerto en los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad o partidarios del régimen según fuentes oficiales, aunque grupos de defensa de los derechos humanos destacan que el balance es mayor.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), más de 30.000 tunecinos y egipcios que trabajaban en Libia han regresado a sus países desde el lunes. Un recuento de France Presse, eleva a 38.000 el número de personas que han abandonado Libia.
La comunidad islámica de Iruñea ha convocado para hoy a las 19.30 en el paseo de Sarasate una concentración en apoyo al pueblo libio. El Ayuntamiento de Donostia, por su parte, llama también a concentrarse en silencio mañana a las 19.00 en Alderdi Eder.
Seif al-Islam, hijo de Gadafi, negó ayer que hubiera bombardeos contra los manifestantes y que haya «cientos o miles de muertos», al tiempo que invitó a la prensa extranjera a viajar a Libia para confirmar la exactitud de sus declaraciones.
Libia reclamó ayer oficialmente que Malta le devuelva los dos cazas que aterrizaron en La Valetta el lunes después de que, según distintas fuentes, sus pilotos se negaran a bombardear a los manifestantes, informó France Presse.
Representantes de la comunidad libia en Euskal Herria y el Estado español apelaron ayer a la comunidad internacional, la Unión Europea (UE) y Naciones Unidas a que apoyen al pueblo libio y pongan fin a las «atrocidades» que está cometiendo el «dictador sanguinario» Muamar al-Gadafi. Aseguraron que «el oxígeno se lo dan Occidente y la comunidad internacional», por lo que reclamaron medidas «severas» como la ruptura de relaciones con el régimen, que se impidan los vuelos en el espacio aéreo libio, la congelación de las cuentas bancarias del clan Gadafi en el extranjero y, por supuesto, que se ponga fin a la venta de armas a Libia. «El pueblo libio necesita ayuda», insistieron al tiempo que reclamaron que Gadafi sea «atrapado y juzgado por crímenes de guerra por un tribunal internacional».
Idris Abdallah Erdiwah, Milad Milad, Sabriya Abdulsayed, Jamal Ali Massoud y Wanis Belghuzzi expresaron su preocupación por la situación en su país y denunciaron la contratación de mercenarios, «guerreros de Darfur y de otras guerras de África», para matar a la población civil, pilotando los aviones que están bombardeando algunas zonas del país tras la huida de los pilotos libios que se niegan a atacar a su pueblo, y patrullando y sembrando el terror. Según dijeron, esos mercenarios están «limpiando las calles de Trípoli y llevándose los muertos y heridos de los hospitales hacia lugares desconocidos para no dejar pruebas, al tiempo que amenazan al personal sanitario para que no hable».
«La mente del dictador es perversa», subrayó Erdiwah, quien agregó que Gadafi ha perdido toda la credibilidad y la legitimidad y «se está quedando solo en el poder» ya que ya «no representa al pueblo libio sino a los intereses de una familia y de unos mercenarios».
Explicaron que Gadafi se encuentra encerrado en «un búnker, un cuartel subterráneo antinuclear» desde el que controla todo el país y del que «no sale» ni siquiera para sus comparecencias televisivas, que calificaron de «montaje», y advirtieron de que tiene «centralizados» los suministros en Trípoli, por lo que alertaron del «desabastecimiento» de la población.
Los representantes de la comunidad libia manifestaron, no obstante, que el líder libio ha conseguido unir al pueblo como nunca antes y negaron que la situación en su país sea de guerra civil. «Es una revuelta del pueblo contra el régimen de Gadafi -sostuvieron- para que se marche ese asesino y poder construir otro país, otra Libia, otra democracia distinta».
A su juicio, quienes han desertado de entre su círculo más cercano lo han hecho para «tratar de salvarse, porque si cae Gadafi y su régimen, ellos serán los primeros en caer», aunque también señalaron que hay personas que no se han desmarcado públicamente del régimen porque sus familias están amenazadas o, en el caso del cuerpo diplomático, porque tienen familiares en Libia.
El derrocado rais egipcio Hosni Mubarak utilizó la amenaza del caos para mantenerse, aunque poco, en el poder. El régimen libio también ha pronosticado caos y ha apelado al fantasma de la constitución de un Estado islámico en caso de que caiga el régimen de Muamar al-Gadafi. Pero los representantes de la comunidad libia aseguran que nada más lejos de la realidad y recordaron que el movimiento «Revolución 17 de febrero», que dio inicio a la revuelta, es muy claro en sus objetivos de construir un «Estado libre y de carácter civil fundamentado en una Constitución que derive de la voluntad del pueblo y basada en la igualdad y la libertad». Mirari ISASI