Itxako logró ayer en Telde el primero de los tres títulos a los que aspira esta temporada, tras defender con éxito la Copa de 2010 en la edición número 32 de una competición que agrupa a las mejores de la División de Honor. Se le resistía el premio gordo en el torneo del k.o., que el conjunto amarillo ha disputado los diez últimos años hasta que cogieron carrerilla. Así que este año podrían reproducir el doblete, una vez dado el primer paso en cancha canaria, si continúan mandando en la Liga doméstica. Su presencia en la Champions League también es destacada, puesto que ocupan la segunda posición del grupo 1 igualadas a 4 puntos con el Oltchim. De la mano de Ambros Martín, el antiguo jugador del San Antonio, el equipo ha sumado siete títulos -2 ligas ABF, dos Copas, 2 Supecopas y 1 Copa EHF- todos a partir de 2008.

Esta circunstancia le permitió llegar a la ciudad de la isla de Gran Canaria como favorito. Ante un Elda más experimentado, que cuenta en su trayectoria copera con cinco finales y dos títulos, las de Lizarra sacaron rendimiento a su entusiasmo. Fue una pelea entre las dos mejores de la Liga, aunque resultara desigual. En la primera parte, la escuadra navarra mostró su mejor versión y apabulló a la alicantina doblándole en goles (17-9).

Aprovechando el primer tiempo muerto, solicitado por su homólogo José Ignacio Prada en el minuto 13 para evitar lo inevitable, Ambros Martín trataba de tranquilizar a sus pupilas recordándoles que no tuvieran prisa. Su intensa defensa y su ataque fluido les otorgaron una ventaja considerable. Ese era el camino. Tras el descanso, cuando todo parecía decidido, comenzaron los problemas para Itxako y con ellos los intentos de remontada de sus adversarias. Se acercaron peligrosamente en el marcador con un parcial de 0-6, mientras la casilla de Itxako permanecía detenida. Nerea Pena lloraba tumbada en la cancha, con su dedo dolorido por una jugada fortuita que le dejó el pulgar tocado.

Momentos después, el gol número 18 rompía el maleficio. Las navarras volvieron al partido pero las alicantinas ya se habían plantado en un 19-18 capaz de levantar el ánimo de las aspirantes y de minar la moral de las campeonas. No fue así, pese a que llegaran más golpes como alguno que rozó a Silvia Navarro, la guardameta que respondió con aplomo y fue elegida la mejor portera del campeonato.

Itxako volvía a estar enchufado, ganaba posiciones y su defensa respondía mientras sus rivales pagaban el desgaste. Llegaban así al momento de las felicitaciones, la entrega de medallas y el trofeo que de manos de Juan de Dios Román, presidente de la Federación Española, recibió la capitana Andrea Barnó para compartir con técnicos, jugadoras y afición.