«encuentro reivindicativo» de hosteleros
«Ésta no es una ley antitabaco, es una ley contra la hostelería»
Ayer el interior del Palacio Euskalduna echaba humo. Decenas de hosteleros, mayoritariamente vizcainos, fueron invitados por sus representantes a enfrentarse a una Ley Antitabaco que llega «en el peor momento económico».
Joseba VIVANCO |
«No es una ley antitabaco, ni una ley antifumadores. Es una ley antihostelería». Fue una de las denuncias que en tono más elevado se hicieron ayer desde la tribuna del auditorium del Palacio Euskalduna de la capital vizcaina, ante decenas de miembros del gremio hostelero, mayoritariamente vizcaino. Una cita organizada por la Federación de Hostelería del País Vasco y la Asociación de Autónomos de Hostelería del País Vasco, que tenía como objetivo invitar «a actuar» a los directamente afectados, hosteleros, pero a la vez autónomos.
«Esta ley es un acto de chulería que sólo se lo hacen a los autonómos», insistió ante los oyentes Ángel Gago, máximo responsable del sector de restauración. El presidente de la Federación de Hosteleros de Bizkaia, Tomás Sánchez, matizó que la Ley Antitabaco ha sido «la gota que ha colmado el vaso», pero pidió «llegar más allá» y no dejarse cegar por ese debate para reclamar «los derechos del autónomo».
Pero dicha ley es la que marca la actualidad y los organizadores reiteraron en todo momento que no están a favor del consumo de tabaco. «Es más, estamos a favor de los derechos de los no fumadores, del derecho a la salud de los empleados, pero a partir de ahí, también a favor de los derechos de los fumadores», recordó el propio Gago.
Más allá de la justicia o no de la prohibición, los organizadores recriminaron a los responsables políticos que la ley se haya puesto en marcha «sin sensibilidad alguna por los plazos», ya que se aprobó y entró en vigor con apenas días de margen, y que «se haya aprobado en el peor momento económico». Y es que como recordó Gago, «los parados son gente que no gasta en nuestros locales».
El «encuentro reivindicativo» -como lo calificaron sus promotores- trató de poner negro sobre blanco el trato que reciben los autónomos y, como tales, los hosteleros, pero también sirvió para recriminales que «no han sabido ganarse el respeto» de los responsables políticos. «Tenéis que actuar, tenéis que sensibilizaros», se les instó desde la tribuna.
Responderán a las denuncias
A partir ahí, lo que la Federación de Hostelería de la CAV quiso dejar claro es que no se quedará con los brazos cruzados esperando a que el Gobierno de Lakua elabore durante este año el prometido informe sobre la afección de esta ley al sector. «Sacaremos jugo a la normativa vasca para amargársela», advirtió Ángel Gago, que también invitó a los asistentes a defenderse «con picardía» de las posibles denuncias, utilizando todos los recursos posibles para sacar los colores a la ley.
Respecto de esas denuncias que puedan recibir los hosteleros, adelantó que, en cuanto reciban «la primera», tomarán «decisiones respecto a los propios incumplimientos que hacen ellos mismos». Destacó que los hosteleros recibirán defensa jurídica de la propia federación: «Si yo tengo prohibido fumar y una persona fuma y alguien me quiere hacer una denuncia, todos los conocimientos legales que tengamos los pondremos al servicio del empresario».
Recogida de firmas en bares; invitación a no vender una Lotería Nacional «que no ofrece ninguna rentabilidad al local, que es cero y por tanto le da de ganar al Estado»; retirada de las máquinas expendedoras de tabaco o exhibición de carteles de denuncia en ellas... Son algunas de las iniciativas impulsadas estas semamas desde la propia Federación. Pero Gago fue más allá e instó a los hosteleros a «hacerse visibles», ya sea participando en los foros de debate en Internet, llamando a programas de radio o televisión o enviando cartas a los medios de comunicación.
El final del concurrido acto coincidió con la votación, a mano alzada, de una serie de preguntas en las que, por ejemplo, de forma masiva se mostró el rechazo a que el movimiento se convierta en una opción política en las próximas elecciones. Final del acto y, casi a la carrera, el esperado pitillo en el exterior.
Las decenas de hosteleros que ayer acudieron en el Euskalduna a la llamada de su gremio recibieron a la entrada al acto un cuestionario con una decena de preguntas que debían valorar de 0 a 10. El resultado de la consulta se sabrá este martes y servirá a la Federación de Hostelería del País Vasco para adoptar nuevas y hasta llamativas medidas contra la Ley Antitabaco, incluidas la de no vender lotería o censurar con carteles en las máquinas de tabaco la nueva legislación. «Si se mantienen las circunstancias actuales (...) estoy de acuerdo en que los establecimientos cerremos el domingo de las próximas votaciones», fue una de las propuestas sometidas a la opinión de los asistentes. Como no hay cobertura legal para un cierre patronal así, se sugiere que se dé «día de descanso semanal a nuestros trabajadores para que todos podamos acudir a votar con tranquilidad». Otra propuesta sometida a votación pasaba por inscribirse en las listas del INEM «como demandante de empleo» o exhibir carteles en los locales durante la jornada electoral de mayo donde se defienda que «hay otras formas de gobernar». J. V.
«La gente se vuelve loca con las partidas, que si abras la ventana, que si no puedo hacerlo...»
Iñaki
Bar Bordatxua (Mungia)
Se nota menos afluencia de gente, que se puede achacar a la crisis porque hay gente que sale menos, pero nosotros que damos comidas, la gente come y se va enseguida. Lo del purito y la copa, olvídate. Por no salir fuera, la gente se va. Y con las partidas, lo mismo, la gente se vuelve loca, que si abras las ventanas, que si no puedes... Al final no la echan. Y fuera pones una tejavana, las estufas famosas, pero tenemos delante un parque, ¿y qué pasará cuando llegue el buen tiempo? Al final, nos quieren meter a todos en casa...
«Encima ahora somos el parque infantil de los niños, porque los padres están fuera fumando»
Isabel-Maribi
Bar Castilla-Bar Moi (Zorrotza)
Falta gente, porque si antes se fumaban tres paquetes, ahora uno y se van a casa. La señora que bajaba a ver el partido y echarse su medio paquete, ahora se queda en casa y se lo fuma allí... La clientela de tres a cinco se ha perdido. Y si antes se sacaban unas rondas, ahora justo el vino y a la calle. Es más, antes iban de bar en bar, ahora no; si llevan el cigarro se saltan alguno y si vuelven luego, ya volverán... Eso se nota muchísimo. ¡Es que no echan ya ni a las tragaperras! Y encima ahora somos el parque infantil de los niños, que los padres están fuera...
«Después de las comidas y las cenas, la gente sale fuera a fumar y se va. Sale uno, otro, todos»
José ELORRIETA
Bar Urrutxuko (Muxika)
El gasto ha bajado mucho en las copas, en los cafés, lo mismo que después de las comidas y cenas la gente sale fuera a fumar y luego se va, ya no toma copas... Sale uno, sale otro, salen los demás y acaban yéndose. Más que la pérdida de clientela, es el cambio de hábitos. Los domingos, por ejemplo, en vez de estar la gente hasta las siete o así, ahora a las cinco... La verdad es que ha bajado mucho el gasto, unido a la crisis, el control en las carreteras... Ya veremos si hay vuelta de hoja, pero no tengo esperanza...
«En la barra no lo hemos notado, pero en el salón de juego sí, porque la gente ya no está tan a gusto»
Marta MARTÍNEZ
Cafetería Sustrai (Astrabudua)
Lo nuestro es cafetería y también salón de juego, y lo que es en barra no se ha notado mucho, la verdad, pero en lo que es el salón, ahí sí se ha notado más. Sobre todo en los cámbios de hábito. Por ejemplo, en que el tiempo que estaban antes en esta zona recreativa, ahora están menos, y además hay menos gente porque no pueden estar jugando y fumando a la vez; no están tan a gusto. Se ha notado un poco en este aspecto. Tampoco hemos tenido que adaptar nada, por ahora. Ya veremos cómo va a ir la cosa, porque es difícil que se arregle algo.
«Los que bajaban al bar a desayunar se quedan en casa porque no pueden echar el cigarro»
Mari Carmen y Maribel
Bar Andekar (Santurtzi)
Nos ha afectado mucho, un 30% de pérdida de ingresos por lo menos. Nuestro bar es de partidas y la gente está acostumbrada a su café, su puro, y al no poder echarlo, pues han bajado las partidas muchísimo. Lo mismo que la gente que baja a desayunar, pues al final se queda en casa porque no puede echar el cigarro tranquilamente. Fuera pondremos mesas lo que nos deje el Ayuntamiento, pero también tienes que esperar que no llueva. La gente lo ha asumido bien, pero a los que nos ha tocado, lo seguimos padeciendo.
«En la cocina andamos al ritmo de los cigarros, el plato está, pero el cliente no; está fumando fuera»
Imanol y Maite
Rte. Portuondo (Mundaka)
Hemos abierto este febrero después de hacer obras y estamos a la expectativa. Se nota algo, pero notaremos más en adelante. Lo que sí vemos es que la gente come y se marcha, ya no hay sobremesa, eso se ha ido radical. Y otra cosa que hemos notado es que cuando en la cocina tienen que ir marchando los platos, resulta que la gente se ha salido a fumar, y hay que esperar. Esto hace que se junten las comandas, andamos un poco al ritmo de los cigarros y la gente no se da cuenta de lo que pasa en la cocina, y la calidad y calor del plato hay que mantenerlo...
«Antes, en un cuarto de hora echaban dos o tres rondas; ahora salen a fumar fuera y echan sólo una»
José María GÓMEZ
Bar Bustelo (Berango)
A mí me ha afectado bastante, porque la gente se marcha mucho antes para casa, no se echa la partida de cartas y mientras está en la calle fumando, pues no consume. Piden una ronda y salen a fumar, y mientras allí se quedan fumando con esa ronda, no echan dos. En un cuarto de hora, de dos o tres rondas, pues ahora se echan una. Y luego, en vez de irse a las once de la noche a casa, pues se van a las nueve. Se nota el cambio de hábito, porque los clientes vienen igual, pero están menos rato, y para fumar, se van a su casa...
«La clientela que venía por la tarde a por su purito, no viene. ¿Qué pasa con el personal que cubre esa hora?»
Silvia ALBELA
Cervecera Gambrinus (Santutxu)
El problema es que un servicio que ofrecías ya no se demanda, por tanto lleva implícito un problema como es el del personal. La ley no es mala, pero no se ha tenido en cuenta el desempleo que provocará. A nosotros no nos afecta tanto al cubrir muchas demandas, pero tenemos doce trabajadores, todos ellos importantes, y no tienes partidas de cartas, pero en el tramo de la tarde, de cinco a siete, que tienes gente que viene a por su purito, pues ya no viene, entonces ahí teníamos dos camareros. ¿Qué va a pasar con ellos? Vamos a tratar de mantener a todos...