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CRÓNICA | CARNAVALES EN EUSKAL HERRIA

Sátira y reivindicación se dan cita en desfiles repletos de colorido

Las calles se llenaron ayer de personajes de fábula o de teleserie dispuestos a disfrutar de los Carnavales, sin olvidar con ello la sátira inherente a estos festejos y reivindicaciones, para los que cualquier día es bueno. El sol quiso sumarse al jolgorio y ayudó a subir unos grados el termómetro y hacer más llevadero vestirse con algunos disfraces ligeros. L

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Agustín GOIKOETXEA-Nagore BELASTEGI

La Cuaresma queda aún lejos, bien lo saben en Tolosa donde hoy sacarán toda su «artillería» para demostrar que sus Carnavales ocupan un lugar destacado entre las Carnestolendas vascas. Ayer fue en otras localidades de Euskal Herria, donde se vieron a payasos, indios, guerreros y damas medievales, vaqueros del far west, deportistas de diversas y sorprendentes modalidades, piratas, curas y monjas, princesas, fichas de dominó, hadas, todo tipo de animales domésticos y de fábula, además del popular Bob Esponja y su amigo Patricio, con un objetivo común: disfrutar de la fiesta y, en algunos casos, criticar con ironía y sarcasmo al orden imperante, especialmente a quienes detentan el poder político y económico en el país y en el mundo.

Mucho queda para la Quema de la Sardina, de la que aún pocos se acuerdan, imbuidos en la jarana, por lo menos hasta hoy en la mayoría de los casos, pero que en otras localidades del sur del país se extiende hasta el mismísimo martes.

BILBO

Crítica a raudales

Hurtado Amezaga volvió ayer a ser el espacio en el que Bilboko Konpartsak tuvo que desarrollar su tradicional desfile, en el que la crítica social estuvo al orden del día en la mayoría de los montajes. Frente al Carnaval espectáculo organizado por el Consistorio a golpe de talonario, los agentes festivos demostraron que no se arredran.

No hubo lobos o terribles animales traídos por grupos teatrales como en la exclusiva Gran Vía municipal, fueron los propios comparseros y otros colectivos los que marcharon con sus particulares carrozas. En la animación colaboraron los de Gose. Bunpada Sound, Band Sound System, Goloka, y varias fanfarrias y grupos de albokaris.

Para hacer boca, abrieron el cortejo festivo txistularis y los gigantes y cabezudos de Mairuek, que dieron paso a un caballero, con divisa rojigualda y rostro parecido al del alcalde del Botxo, que salía despedido de su montura tras impactar con su lanza contra un castillo de las fiestas de todos los colores. Los estandartes del guerrero eran «Osakibeltza», «Petrolor» e «Ibertrola», entre otros.

A partir de ahí, los de la Peña Pa...Ya con su akelarre, a los que seguía uno de los circos de la marcha, el de Pinpilinpauxa con magos, forzudos, leones, tigres, malabaristas y payasos. También lo hicieron los de Kaixo, en su Bilbo Zirkus Ridikulus. De alumnos del Colegio Sagrado Castellano se plantaron los de Hau Pittu Hau, con maestros con regla en mano dispuestos a imponer la lengua de Cervantes.

El espacio también fue tema recurrente para otros, como los de Komantxe y Sin Kuartel. Por el Carnaval veneciano se inclinaron los de Uribarri, mientras los de Satorrak optaban por los tiempos de los mosqueteros y un cardenal Richeliue con facciones de Azkuna. Y es que el médido metido a alcalde fue blanco de las críticas en otras carrozas, como la de Altxaporrue, en la que posaba junto a una guillotina en la que rezaba el lema «si no gano las elecciones, que les corte la cabeza». Txinbotarrak, desde Zorrotza, mostraba a un primer edil con las arcas llenas, al que Txinbohood «robaba» para dárselo a los barrios.

La crisis económica también fue fuente de inspiración para otros, como los de Kobetas Mendi con su Castillo del Pacto Social, en el que una Blancanieves con 67 años veía al resto trabajar como enanos. Los de Zaratas con su oficina de Lanbide-Inem, menos sofisticado que la que ocupaban guardaespaldas, curas y guardias civiles en la carroza de Algara, mientras el populacho pedía una vivienda digna o ayudas sociales.

Los de Hontzak vestidos de piratas enarbolaban una enseña muy similar a una conocida entidad bancaria española mientras «se hacían con el Botín». Txomin Barullo se retrotraía al Egipto de los faraones con un ZP con latigo en mano y el estandarte de Euribor Imperium. Cerca iban, muy medievales, las de Mamiki y los de Aixeberri y su versión botxera de Bollywood oscarizado. Para flamencos los de Abante, mientras Kaskagorri regresaba varias décadas y presentaba «Udagorri», aunque sin Chanquete ni Piraña

No faltaron vaqueros e indios con los tomateros de Tintigorri. Los de Mekagüen y Askapeña se unieron para manifestar que el internacionalismo no es delito en su espectáculo de lucha libre. Muchos de Eguzkizaleak, por su parte, se convirtieron en cubos de la basura donde arrojar recortes sociales, lindane y TAV, mientras Bizizaleak optaba por reivindicar la bicicleta y reiteraba su espíritu antinuclear.

Tampoco faltó el pájaro carpintero de Txori Barrote, que fuera de su jaula, reivindicó la repatriación de los presos políticos vascos. Los de Moskotarrak se transformaron en un parchís con fichas, cubilete, tablero y dado.

LEGAZPI

Un día de miedo

Con el colorido Carnaval que se celebró en la capital guipuzcoana contrasta el celebrado en Legazpi, a donde llegó el terror de la mano de Legazpiko Gazte Asanblada (LGA). Por tercer año consecutivo, LGA organizó un sábado muy participativo en el que todo el que quiso se disfrazó siguiendo el tema elegido.

Tras el éxito de los Sanfermines de 2009 y los Juegos Olímpicos de Barcelona del 2010, los jóvenes siguen apostando por temas fáciles y que den mucho juego para este día que cada vez cuenta con mejor organización.

A las 12.30, un puñado de personajes salidos de ultratumba, algunos con auténticas caras de muertos por la juerga de la noche anterior, se fueron reuniendo en la plaza Gernika para comenzar con un poteo, un día en el que se lo iban a pasar de miedo. Nunca mejor dicho, ya que el tema elegido fue Beldur gaua.

Cuando se reunieron todos los monstruos comenzaron la comida popular, a la que acudieron unas 150 personas. La continua pasarela de gente ensangrentada estaba mayormente compuesta por zombies y Reagans ¯niña del exorcista¯, pero como siempre hay quien le da vueltas a la cabeza para pensar en un traje original, destacó el de Samara ¯protagonista de The Ring¯ con el aro incluido, y una novia cadáver muy particular, que llevaba en su vientre a un bebe maldito.

Después de comer y de haber bebido algo más que sangre, los muertos vivientes se reunieron para dar comienzo a la kalejira. Llamado por los gritos de sus seguidores, Drácula se despertó e invitó a sus compañeros siniestros a tomar las calles. A los que participaron en la comida se les unieron muchos más vampiros, brujas, hombres lobos, payasos asesinos, demonios y personajes de películas de terror.

Siguiendo los diversos ritmos de «Mi novio es un zombie» de Alaska, «Más allá del cementerio» de Eskorbuto o «La posada de los muertos» de Mägo de Oz, los legazpiarras protagonizaron un macabro desfile con el que más de un niño tendrá pesadillas. Sangre no faltó. Tampoco instrumentos varios de matanzas como motosierras y machetes de carnicero.

Acompañados por un esqueleto gigante dieron el cante, y también cantaron, recorriendo el pueblo de arriba a abajo, copa de pacharán en mano, que animaba a los monstruos a subirse a la carroza para participar en el karaoke, ya habitual en las celebraciones legazpiarras.

A mitad de camino fue obligatoria una parada en el gaztetxe para rellenar los vasos de kalimotxo o de sangre. La kalejira culminó con la visita a los bares. Todos volvieron a reunirse a medianoche para despedir a su señor Drácula.

DONOSTIA

A todo color

Más de 2.600 personas bailaron ayer por el Boulevard donostiarra al son de las pegadizas melodías de las 28 comparsas que lucieron coloridos trajes y carrozas perfectas. Después de varios meses ensayando las coreografías, pudieron lucirse gracias al buen tiempo que hizo.

En las carrozas destacaron los temas sobre películas Disney. Las comparsas que eligieron temas de dibujos animados: Boveda Gazte Asanblada, con Toy Story: Alegria de Alza, con Peter Pan; Aitor Ikastola, con Mary Poppins; e Intxaur Txiki, con Alicia en el País de las Maravillas, fueron de las más coloridas y variadas en cuanto a personajes. Esta última utilizó una estética basada en la versión de la oscarizada película realizada por Tim Burton, y hasta bailaron el tema ``Underground'' de Avril Lavigne, perteneciente a la banda sonora original.

También tuvieron presencia los disfraces que nunca pasan de moda como piratas, indios y vaqueros, y algunos más nuestros como las brujas y sus akelarres. Algunas comparsas eligieron temas más genéricos como «fantasía marina» o «yo pongo la letra y tu la música» que culturizaron el Carnaval con frases célebres. La comparsa Mi Nuevo Potosí recordó sus raíces bolivianas, vistiéndose con trajes típicos antiguos llenos de plumas naranjas y amarillas. Como acompañamiento, eligieron ritmos tribales y los alternaron con la música del grupo finlandes Nightwish.

Cada vez más gente participa en el desfile de Carnaval de Donostia, aunque la gran mayoría sigue siendo femenina y muchas mujeres tienen que adaptarse a personajes masculinos.

 

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