Osasuna comparte con todos los conjuntos ubicados en la parte baja de la tabla el mismo problema: el gol. Casi ninguno de ellos -el colista Málaga es la curiosa excepción- supera la treintena una vez disputadas 27 jornadas, pero en el caso de los rojillos se suma la significativa circunstancia de que la responsabilidad anotadora no está recayendo sobre sus delanteros, sino en el mayor porcentaje sobre el resto de líneas.

El Levante dispone de Caicedo (11 dianas), Trezeguet está reverdeciendo laureles en el Hércules (10), Rondón es la referencia en vanguardia del Málaga (9) y Diego Castro, que suena para el Getafe de la próxima campaña, está ofreciendo un gran rendi- miento en el Sporting (8). Sin embargo, los números de los atacantes rojillos están muy distantes de las mencionadas cifras, tanto que sus pichichis están en la mitad.

Es Aranda, con sus cuatro tantos, el que mantiene en cierto modo el tipo del grupo de hombres que más cerca se mueven del área contraria, empatado con Nekounam, si bien, en el caso del iraní, hay que tener en cuenta que de esos cuatro goles, tres los ha conseguido desde el punto de penalti y uno más frente al Espanyol.

El dato más elocuente de esta situación es que los delanteros rojillos no llegan a aportar ni el 30% de las dianas que hasta el momento ha conseguido Osasuna a su favor, cuyo cómputo total suma 27. Entre Aranda, Pandiani y Lekic -Kike Sola no se ha estrenado-, han marcado 8 hasta el momento, mientras que los centrocampistas suman 13 y los defensas 5 ó 4, dependiendo de si se adjudica o no a Monreal el gol que abrió la cuenta frente al Hércules en El Sadar.

A Pandiani se le echa en falta

Y es que en esta particular estadística, por mor de las lesiones, se echa en falta el notable concurso de Pandiani de las últimas temporadas. Así, El Rifle, cogiendo el relevo de Soldado en la 2006-07, colaboró con once dianas en cada una de las dos pasadas campañas, muchas de ellas generadoras de una importante cuantía de puntos, unos guarismos anotadores que difícilmente va a poder repetir el charrúa en el presente año, aquejado de constantes problemas físicos que no le han permitido rendir con regularidad.

Para reafirmar más todavía la tesis de la escasa importancia de los goles conseguidos por los delanteros osasunistas, hay que recordar que, a excepción del firmado por Pandiani que dio lugar al origen de la remontada frente a la Real en la primera vuelta y del de Aranda en el minuto 87 en Mestalla, el cual supuso arrancar un punto del difícil estadio valencianista, todos los demás no han tenido mayor trascendencia que la de aumentar un resultado ya encarrilado o maquillar una derrota.