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El derecho ciudadano a disfrutar de una vivienda digna también existe

Si eres de los afortunados con vivienda en propiedad o alquiler, ya tienes una guía básica con tus derechos para «disfrutar de ella». La ha editado la Plataforma por una Vivienda Digna para aclarar desde cómo afrontar un desahucio a cómo reclamar a la Administración.

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Joseba VIVANCO I

Son más de 170 páginas destinadas a que la ciudadanía conozca mejor su «derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada» y a cómo defender ese derecho ante las administraciones. Se trata de la reciente ``Guía de denuncia para una vivienda digna'', publicada por la Plataforma estatal por una Vivienda Digna y que persigue «arrojar luz», aseguran sus promotores, sobre el «entramado burocrático» al que se deberá enfrentar quien quiera reclamar ante las instituciones este derecho, el derecho a una vivienda en condiciones. «Este ejercicio de defensa siempre será más provechoso que la apatía o el escepticismo», subrayan desde la sección navarra de esta plataforma -también funciona otro grupo en la CAV-, a modo de incentivo para afrontar el acuciante problema de vivienda.

Esta iniciativa ciudadana, que surgió en 2003, acepta la premisa de que el derecho a la vivienda que recoge, por ejemplo, la Constitución española, no confiere la posibilidad de exigirla ante los tribunales, sino que debe interpretarse como «un simple mandato a los poderes políticos», lo que se traduce en «posibilidades muy limitadas para intentar hacer efectivo ese derecho». No en vano, estiman que «si tal vez -este derecho- no sea lo que muchos creen, desde luego no es papel mojado». Por ejemplo, el Parlamento catalán ha reconocido por ley la función social de la propiedad.

Respuestas y formularios

Este nuevo manual -que se puede descargar en la web www.viviendadigna.com-, lo que hace es explorar ese derecho constitucional e informar a la ciudadanía sobre cómo beneficiarse de esos instrumentos legales. Su verdadera aportación reside en poner en manos de los ciudadanos esas herramientas para hacer frente al mercado inmobiliario, las administraciones o las distintas normativas sobre vivienda, que la población suele desconocer.

¿Qué ventajas tiene constituirse en asociación vecinal? ¿Qué debe hacer y a quién debe recurrir un inquilino sujeto a una demanda de desahucio? ¿Cómo defenderte si eres un inquilino de `renta antigua'? ¿Qué gastos obligatorios debe asumir el inquilino de una vivienda y hasta dónde puede o no elevar la renta o los gastos el propietario? ¿Cómo solicitar la renta de emancipación para jóvenes entre 22 y 29 años? ¿Has realizado una petición a una administración y no has obtenido respuesta?... Son sólo algunos de los interrogantes que resuelve esta guía, que viene acompañada de modelos de formularios para reclamar, denunciar o solicitar documentación pública. Incluso nos aclaran que la iniciativa popular, consulta ciudadana incluida, es posible llevarla a los ayuntamientos para su debate.

La iniciativa parte de la idea de esta Plataforma de que las opciones actuales para conseguir una vivienda, sea en propiedad o en alqluiler y a un precio asequible, pasan por la asociación y la movilización. «Poco a poco la ciudadanía se va dando cuenta de la sobrevaloración del precio de los pisos y de que nuestra economía no puede seguir basándose en el ladrillo. Somos los jóvenes los que tenemos que invertir la tendencia al alza de la viviendas y hacer que bajen», responden desde la plataforma navarra.

El balance que hacen de la coyuntura actual es que si bien el precio de las viviendas vive una tendencia a la baja, «la concensión de hipotecas se ha restringido, por lo que si bien poco a poco los precios caen y todavía deberían hacerlo más, lo malo es que sigue siendo complicado comprarlas sin hipotecarse de por vida y sin tener avales».

En esta tesitura, desde la Plataforma navarra recomiendan a la juventud apostar «por el alquiler, en la medida de lo posible, hasta que las viviendas dejen de estar sobrevaloradas». Y como se explica en la guía, insisten en ello, «la asociación y la movilización son las herramientas de las que disponen los ciudadanos para luchar por sus derechos».

Uno de esos instrumentos es, precisamente, dar la mayor publicidad posible a este documento que han elaborado, y sobre cuya noticia, lamentan, «ningún medio estatal ni local se ha atrevido a publicar». A pesar de ello, medios independientes y de menor difusión se han venido haciendo eco de dicha guía, y ya contabilizan más de 21.000 accesos a la misma en su página web.

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