La Orquesta Sinfónica de Euskadi aborda estos día su segundo Laboratorio de Música donde, a diferencia de la pasada edición, que estuvo enfocada a los solistas, los estudiantes de Dirección experimentarán con la sinfónica vasca lo que su futura profesión esconde.

El proyecto ha sido promovido y dirigido por el actual director titular de la orquesta, Andrés Orozco-Estrada (Medellín, 1977), quien, después de haber realizado diferentes giras por Sudamérica con la Mahler Chamber Orchestra y por Gran Bretaña con la Tonkünstler de Viena, trabaja estos días en Donostia con los cinco jóvenes seleccionados. El laboratorio culminará mañana con el concierto que la OSE ofrecerá en el marco del ciclo Matinées de Miramón a las 11.00.

Los futuros directores se llaman Georgina Sánchez, Marius McGuinnes, Carlos Garcés, Asier Zabalza y Antonio Lajara, tienen entre 21 y 31 años y son de Barcelona, Alicante, Soria, Iruñea y Valladolid. Todos ellos cursan o han finalizado estudios superiores de Dirección en el Real Conservatorio de Madrid, la Escola Superior de Música de Catalunya y el Centro Superior de Música del País Vasco, Musikene. En consecuencia, algunos de ellos, como es el caso del soriano Carlos Garcés, nunca antes habían pisado un podium ni tampoco se habían enfrentado a una orquesta. Según reconoció ayer Orozco-Estrada, todos los participantes «se han tomado el reto con mucha seriedad».

«Nos interesa dar la oportunidad a los jóvenes, que los vayamos conociendo, crear vínculos y relaciones más estrechas», explicó el director, quien en 1992 inició sus estudios de Dirección de Orquesta y entre 1997 y 2003 continuó perfeccionándose con Uros Lajovic en la Academia de Música de Viena. En 2007, fue nombrado Director Titular de la Tonkünstler Orchestra Niederösterreich de Viena y al cabo de dos años ocupó el mismo cargo en la OSE.

En su encuentro de ayer con la prensa, Orozco-Estrada subrayó el carácter especial del puesto de director, motivo por el que intenta transmitir los conocimientos que ha adquirido en diferentes orquestas. «Yo tengo ciertas herramientas, pero aquí lo que queremos es que se vayan creciendo y convenciendo porque esto de la dirección se basa en la técnica y el conocimiento, pero también en creerte realmente lo que estás haciendo. Es una cuestión de ego, al fin y al cabo».

El director colombiano confesó que a él le brindaron pocas oportunidades -en Colombia, reconoce que aprendió «muchísimo» con la Orquesta de Bogotá- y que por eso esta experiencia le parece un proyecto «importante». «Básicamente tuve una opotunidad -confesó- y entendí que fue muy valiosa».

Con el laboratorio se intenta romper con esa falta de iniciativa, ya que otras instituciones ofrecen becas para este tipo de proyectos, «pero se hace poco o nada». Según explicó, en Europa se desarrollan talleres pedagógicos, pero no existen laboratorios similares a éste; por ello, espera que esta iniciativa «se contagie» a otras orquestas.

Jornada intensiva

El laboratorio comenzó ayer con un pianista y un violinista invitados por la OSE. Y es que, según explicó Orozco-Estrada, el trabajo de director es difícil, pero «mucho más» cuando se trata de acompañar a un solista, por lo que cuentan con ellos para familiarizar a los nuevos directores con ese modo de trabajo. Hoy será la primera vez que dirijan a la OSE en dos ensayos. «Las orquestas están más amables con los jóvenes directores» dijo con sorna Orozco-Estrada.

Y mañana será la función final, en la que se estrenarán con un concierto en las Matinées. Para ello, se ha seleccionado un programa compuesto por W. A. Mozart, J. C. Arriaga o Ludwig Van Beethoven, entre otros. «El repertorio será clásico, porque para empezar hay que buscar un repertorio que de estabilidad a la orquesta para que el director se sienta cómodo».